¡Adoptemos al Diablo! [Terminada ✓]

Capítulo 10| Deisy

La rubia y la pelinegra se miraron fijamente sin decirse nada. Simplemente se veían.

La rubia pensaba que la pelinegra era muy bonita con esos grandes ojos grises y aquellos pequeños risos negros, idénticos a los del padre de la niña. Hombre que ahora estaba hablando con su padre en el despacho mientras las madres de ambas conversaban en la cocina.

-Eres muy bonita -confesó finalmente la rubia, sintiendose perdida ante la batalla y la pelinegra esbozó una sonrisa de oreja a oreja.

-Muchas gracias -musitó la pelinegra de grandes ojos plateados -Tú tambien eres bonita -soltó en un murmullo la niña y la rubia se sonrojó hasta las orejas, sin embargo sonrió encantada por el halago.

-Me llamo Deisy, Deisy Blacke -la pequeña rubia extendió la mano hacia la otra niña y esta la miró por unos segundos, para luego extender la mano-¿Vamos a ser mejores amigas? -soltó la rubia con emoción y la pelinegra asintió efusivamente.

-Claro, mejores amigas para siempre -dijo y la rubia dió unos pequeños brinquitos en el escalón, le soltó la mano a la ojigris y se dió la vuelta.

-Ven, vamos a mi habitación a jugar a las muñecas -chilló y comenzó a correr escaleras arriba.

La pelinegra observó por donde se había ido la pequeña rubia y soltó un suspiro.

"Otro amigo que agregar a la lista", pensó la pequeña y comenzó a subir las escaleras con pesadez.

《...》

Rubia, ojos claros, piel -artificialmente- bronceada, piernas kilométricas, cuerpo esbelto y definido, tetas que parecían infladas por aire, sonrisa falsa y por último -pero no menos importante- tacones altos. Lo normal, el cliché de siempre ¿Saben quién es? Pues no, no es Barbie, pero están cerca.

Era Deisy.

Y no hablo de la pata, novia de Donald, no, hablo de la Deisy de la universidad.

Luego de aquella conversación donde yo había dicho una estúpidez, le dije a Pía que debíamos irnos. Se había levantado con mi ayuda y al cruzar la pequeña puerta nos habíamos dado de bruces con Deisy... y más atrás estaba Keisy.

La rubia tenía el ceño fruncido mientras observaba a Daven, el cual estaba siendo curado por la señora de bata blanca. Del lado de enfrente estaba Dante siendo curado por otra mujer de edad mucho más avanzada, la cual le estaba pasando un algodón con alcohol al muchacho mientras este observaba hacia todos lados y a su vez parecía no mirar a nadie en particular.

En el marco de la puerta Ted estaba hablando entre susurros con Keisy y Gael. Los cuales se veían demasiado ensimismados en su conversación como para prestar atención a lo demás.