Capítulo 29| Sangre por sangre.

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El pequeño silencio en el que nos sumimos fue roto por la presencia de Marilyn, que venía con una bandeja que contenían dos batidos de color azul y algunas cosas más que no pude identificar

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El pequeño silencio en el que nos sumimos fue roto por la presencia de Marilyn, que venía con una bandeja que contenían dos batidos de color azul y algunas cosas más que no pude identificar. Los dejó en nuestra mesa y le agradecimos, se retiró y al instante tomé el batido en mi mano, llevé el sorbete a mis labios y bebí el contenido azul sintiendo el dulzor inundar mis papilas gustativas.

Esto estaba delicioso.

-¿Y vas a decirme qué te hizo Dante para que salgas llorando?

Casi me atraganto con el batido, alcé la vista de golpe y fui presa de la intensidad de su mirada.

-¿Cómo sabes...?

-Daven los vió y vino avisarme -concluyó.

En ese momento entendí que haberme chocado con él no fue ninguna casualidad, si no que al parecer Gael iba a entrar en escena de una forma u otra.

-¿Entonces? ¿No piensas decirme? -volvió a presionar y desvié la mirada hacia las servilletas con caritas de Lilo.

-Bueno... -murmuré con algo de duda -Nos besamos -confesé sin siquiera mirarlo a la cara -Pero no fue como yo quería que fuese -expliqué sacando una servilleta y jugueteé con esta -Creí que me había besado porque yo le gustaba -negué con una débil sonrisa -Pero enrealidad me besó porque estaba drogado -terminé de hablar sintiendo como mi corazón se quebraba en dos.

Esperé unos segundos a que me dijera algo, que me insultara, que me dijera lo estúpida que soy o incluso que me dijera que no estaba a la altura de Dante. No tenía idea.

Levanté la vista hacia Gael y noté que no me estaba mirando, si no que si vista estaba puesta en la ventana a nuestro lado, parecía perdido en sus pensamientos, casi diría que estaba en otro mundo.

Pareció sentir mi mirada, porque volteó el rostro y noté como la luz del sol iluminaba parte de su rostro. Observé, hipnotizada, como uno de sus ojos adquiría un color más claro, casi rozando el gris, y me pareció lo más fascinante que vi en mi puta vida.

-Dante siempre fue un chico muy impulsivo -habló y luego frunció el ceño, sacudió la cabeza y volvió hablar -Es un idiota sin remedio -concluyó.

-¿Por qué lo odias tanto? -curioseé.

-¿Por qué mejor no te callas y comes? -contraatacó, apretando la mandíbula.

Bajé la cabeza posando la vista en el trozo de tarta, pinché un trozo y me lo llevé a la boca. Comí distraídamente mientras mis ojos se posaban en la ventana que estaba a nuestro lado, intentando pensar en la razón por la que Dante y Gael se habían separado. Pensé en muchas posibilidades, pero a todas las descarté, suponía que tampoco valdría la pena intentar preguntarle a Ted o Daven sobre esto, pues sabía que tampoco me lo responderían.

-No lo odio.

Salí de mis pensamientos al escuchar su voz, moví la cabeza hacia su dirección y lo miré sin entender de que me hablaba.

¡Adoptemos al Diablo! [Terminada ✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora