Capítulo 38| Eris y Rebecca

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-¡Mamá! ¡Rebecca me pegó! -chilló la niña mientras corría hacia los brazos de su madre

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-¡Mamá! ¡Rebecca me pegó! -chilló la niña mientras corría hacia los brazos de su madre.

-¡Eso no es cierto! ¡Está mintiendo! -gritó la otra niña persiguiendo a la pequeña, pero una mano masculina en el hombro la detuvo.

-Becca ya hablamos de este tipo de comportamiento -dijo el hombre de la casa y la niña agachó la cabeza en señal de vergüenza.

-Lo siento -susurró.

-Ven, vamos a otro sitio para hablar mejor.

El hombre la llevó hacia el despacho, tomó asiento del otro lado y la niña se sentó frente a él, alzó las rodillas hasta su pecho y observó con ojos tristes al hombre del otro lado, que la veía con pesar.

-Rebecca, desde que te rescaté y te traje aquí te has estado comportando de manera agresiva con Eris ¿Hay algo de lo que quieras hablarme?

La niña desvió la mirada hacia la alfombra del despacho, pensando en su respuesta ¿Qué le sucedía? Ni ella misma lo sabía realmente... O quizás si.

Tenía sed, una incontrolable sed de venganza hacia las personas que consideraba sus amigos. Luego de descubrir que el accidente había sido por causa de la familia Rindwood, sentía una intensa e insana necesidad de venganza.

Quería justicia.

-Solamente quiero justicia por la muerte de mis padres, señor Cole -susurró la pequeña, alzando la vista y mirando al hombre.

-Y la tendrás Becca, pero no golpeando a Eris o despreciandola. Ella no tiene nada que ver en esto ¿Entiendes? -dijo enderezandose en la silla. La niña asintió -Puedo enseñarte a controlar tú ira si eso es lo que quieres.

Al instante la niña lo miró con un brillo anhelante en los ojos.

-Si, por favor. Ayúdeme -suplicó e Ian asintió, cansado.

-Bien, comenzaremos mañana temprano.

《《《...》》》

La pelinegra observó a la pequeña ardilla comer al lado del árbol. La miró fijo durante unos segundos, pensando y calculando como podría llegar atraparla, hasta que su hermana la sorprendió por detrás, saltando a su espalda.

-¡Bu! -chilló envolviendo los brazos alrededor del cuello de la ojigris.

Rebecca puso los ojos en blanco al ver como la ardilla salía huyendo a causa del grito de su hermanita.

-¿Qué haces Eris? -preguntó desviando la vista hacia el suelo y empezó arrancar varios trozos de pasto.

-Creí que te asustarías -susurró la rubia, apenada y soltando el cuello de su hermana mayor.

¡Adoptemos al Diablo! [Terminada ✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora