Capítulo 20| Rompiendo Reglas

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Cuando solía vivir con mamá tenía algunas reglas que jamás me había atrevido a incumplir

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Cuando solía vivir con mamá tenía algunas reglas que jamás me había atrevido a incumplir.

La primera regla era simple y consisa, no podías no entenderla: Nada de drogas. Nisiquiera podías beberte el agua del florero sin haber pasado anteriormente por sus azules ojos y su gran sentido del olfato.

La segunda regla era un poco más difícil de cumplir, en especial para Bruno que parecía le tenía un cariño especial a las bebidas alcohólicas.

No volver borracha a casa.

En realidad mamá se había cansado de verme llegar borracha hasta las trancas, por lo que había puesto esa regla con la esperanza de que le hiciera caso ¡Y estaba más que claro que le haría caso si llamaba a papá cada vez que me veían entrar borracha a casa!

Y por último, la regla de oro. No tener sexo sin protección ¿De dónde venía esa regla? Pues enrealidad esa regla valía más para Tyrion que para todos nosotros. Luego de haber tenido sexo con una porrista, meses después la chica le dijo que creía estar embarazada de él. Aquella fue una etapa muy dura para Ty, no solo porque no podía hacerse a la idea de ser padre tan joven, sino que también se encontraba molesto consigo mismo por haber sido tan descuidado.

Pero para su suerte, había sido todo una falsa alarma.

-Entonces ¿Lo coges o no?

El cigarrillo seguía tendido en mi dirección, esperando para ser tomado por mi.

Explicaré un poco la situación.

Al final Daven me había traído a un bosque que desconocía su existencia. Estábamos prácticamente en la cima de un barranco, donde una caída desde aquí podría significar mi inminente muerte.

Aunque moriría con una excelente vista hacia el campus universitario.

El rubio se encontraba recostado en la moto con las piernas abiertas y conmigo entre ellas. Una de sus manos descansaba en mi espalda baja mientras que la otra tenía un cigarrillo armado por él mismo.

Y que extendía hacia mi, en una clara invitación a probarlo.

-No creo que deba -murmuré observando el extraño cigarrillo.

No era estúpida, al menos quería creer que no tanto. Sabía que esas cosas podrían hacerme mal, e incluso quemarme algunas cuantas neuronas más, pero realmente no estaba segura si...

Mi argumento se fue al carajo al ver como se colocaba el cigarro entre los labios, lo encendía y le daba una profunda calada, para luego extenderlo hacia mi.

-Vamos Eris -insistió y sus oscuros ojos brillaron.

No, no, no.

Pensé y observé como dejaba caer la cabeza hacia atrás y expulsaba una nube de humo, para luego volver a su posición anterior. Con la diferencia de que esta vez dirigió ambas manos a mi cadera y me pegó más a él, si es que eso era físicamente posible.

¡Adoptemos al Diablo! [Terminada ✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora