Capítulo 41| Sentimientos. Parte 1

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Miré a través de la ventanilla, concentrada en las casas y árboles que pasabamos

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Miré a través de la ventanilla, concentrada en las casas y árboles que pasabamos.


Luego de pasar una larga semana en el hospital por fin me habían dado el alta. En todo el proceso mamá y papá estuvieron a mi lado, acompañandome y apoyandome con todo esto. Habían intentado que hablara con la policía, pero realmente no sabía como describir el infierno por el que había pasado en esas cuatro podridas paredes ¿Era necesario contar como me torturaban? ¿Cómo llenaban de heridas todo mi cuerpo? ¿Hacía falta que me hagan revivir todo eso?

No, claro que no.

En las noches de hospital tenía pesadillas y me despertaba a mitad de la noche, asustada y creyendo que todavía estaba encerrada en ese calvario. Sin embargo cada vez que abría los ojos, ahí estaba Dante. Con la cabeza gacha, sentado y durmiendo en esa incómoda silla, con sus dedos envolviendo los míos, sin soltarme en lo absoluto. Algunas veces estabamos solos, y otras veces también estaba alguno de mis padres, o alguno de los chicos.

Pero de Gael no volví a saber algo desde aquel día, y realmente no sabía si eso era algo bueno o malo.

Por otro lado estaba felíz de poder estar al fin al lado de Dante y aunque no sabía realmente si él también estaba tan enamorado como yo de él, me sentía segura a su lado.

O al menos eso me hacía sentir.

Salí de mis pensamientos al sentir la presión de su mano en mi muslo y giré la cabeza, viéndolo.

-Te veo muy pensativa pequeña ¿Vas a contarme en qué piensas tanto? -habló con los ojos fijos en el camino.

-En ti -solté viendo como sus cejas se alzaban con sorpresa, me miró por unos segundos con una sonrisa divertida y luego volvió a mirar el camino.

-Aunque tengo que admitir que me siento halagado por el cumplido, también quisiera que comiences a confiar en mi y a decirme que tanto piensas -habló dejando la sonrisa de lado y adoptando una postura neutra.

-Nunca me contaste como me rescataron ¿Por qué no me lo cuentas? -pregunté volviendo la vista a la ventanilla -Intenté preguntarle a los chicos, pero ninguno parece saber que pasó. Lo último que recuerdo fue que Maximus me durmió y después aparecí mágicamente en el hospital.

-Lo importante es que estás bien y estás a salvo. Los pequeños detalles no interesan -habló y hundí las cejas.

-Qué irónico -me burlé.

-¿El qué?

-Hablas de confianza y no quieres contarme como me rescataron ¿Estás seguro que conoces el concepto de confianza? Porque se me hace que tienes uno muy erróneo -dije girandome a verlo. Me crucé de brazos y lo miré, notando como dejaba de tocar mi muslo y llevaba la mano al volante, apretándolo hasta que sus nudillos se volvieron blancos. Movió el cuello hacia ambos lados y apretó la mandíbula.

¡Adoptemos al Diablo! [Terminada ✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora