¿Nunca se han preguntado cuánto tiempo tenemos de vida realmente?Me parecía increíble como de un segundo para otro podrías estar cruzando la calle mientras piensas en las cosas que harás, y de pronto podía venir cualquier otra persona y arrebatarte la vida en un parpadeo.
La vida era algo tan frágil, y la mayoría de las personas ignoran eso. Ignoran que de un día para el otro podrían simplemente morir, ignoran que algo malo podría pasarles.
Pero siempre estaba ahí, la muerte siempre rondaba entre nosotros. De hecho me atrevería a decir que caminaba las mismas calles que pisabamos e iba a los mismos lugares que íbamos. Podría hablar de la muerte y de sus retorcidos gustos todo el día.
Pero no tenía todo el día. Y Gael tampoco.
Por alguna razón se me ocurrió mirarlo para comprobar que estaba intacto, y sentí que mientras lo observaba había estado reteniendo el aliento y que solamente me permití repirar con normalidad al darme cuenta que no tenía nada, a escepción de algunos rasguños y aquel golpe que con el tiempo se volvería morado.
Cuando sus ojos conectaron con los míos fui consciente de como estos subían y bajaban por mi anatomía, seguramente en busca de alguna herida. Finalmente hizo un pequeño movimiento de cabeza conforme consigo mismo y se giró.
-Debe haber otra salida por aquí, ponte a buscar -ordenó girandose hacia un lado de la habitación.
-¿Quién era ese tipo y qué quería? -pregunté en un susurro mientras revisaba mi lado de la habitación.
-No tengo idea, pero estoy seguro que lo enviaron para matarnos -masculló, pude notar el tono seco en su voz y simplemente me quedé callada sin nada más que agregar ¿Qué podía decir?
Un sentimiento de miedo comenzó a inundarme y mi cabeza trabajó para recrear los peores escenarios, y en todos el final era el mismo: ambos moríamos. De improvisto las manos comenzaron a tiritarme y sentí mis ojos cristalizarse ¡Dios! ¿Por qué me pasaba esto ahora? Casi sin darme cuenta un sollozo salió de mi boca y me llevé las manos a esta, intentando ocultarlo.
Pero ya era tarde, Gael me había oído.
Se giró sobre su eje y avanzó a grandes zancadas hacia mi, se acercó a mi, sujetó mis brazos y los bajó suavemente hasta que estos quedaron descansando a los costados de mi cuerpo, luego tomó mis mejillas entre sus manos, pegandome a su torso y me miró con un sentimiento que no supe decifrar.
-Mírame Eris -susurró y sentí uno de sus pulgares acariciar mis mejillas -Te prometo que nada va a pasarte ¿Si? Yo te protegeré, como siempre -aquello último lo dijo tan bajito que creí habermelo imaginado.
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¡Adoptemos al Diablo! [Terminada ✓]
Teen FictionSEGUNDO LIBRO DE LA TRILOGÍA: ADOPTEMOS. *No hace falta leer el primer libro para entender este. Diablo: Nombre que recibe Lucifer o Satanás, que en la religión cristiana representa al príncipe de todos los demonios. Bueno, enrealidad este Diablo er...