Capítulo 2

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MI ESTÚPIDO HERMANASTRO.

CAPÍTULO 2

Me levanté temprano para ir al colegio, estaba sirviendo mi cereal, cuando alguien me empujó.

—¿Qué rayos te pasa? —¡Estúpido! —grité.

—¡Que pena querida hermana, eres tan insignificante que no te vi! —hizo una mueca de fastidio.

—¡Hermana tuya por favor! —respiré mirándolo fijamente a los ojos con profundo odio igual que él a mí—,ni muerta, usted y yo no somos nada.

Pasó por mi lado e hizo que me derramara el cereal encima, gruñí y le grité.

»¡TE ODIO!

Giró sobre su propio eje y  mordió su manzana.

—¡El cariño es mutuo querida!

Siguió su camino. Como lo detestaba, no entendía cómo lo soportaba la novia, como escuchan, tenía una novia, aunque él cambiaba de novias como cambiaba de zapatos. La verdad no sabía que le veían,  si nunca sonreía siempre traía el ceño fruncido, parecía con un limón en la boca en todo momento. Aunque Katia decía que él era  guapísimo. Era alto, tenía una  apariencia atlética, tenía un físico bien definido y musculoso que era  resultado de su dedicación al fitness, su rostro  era simétrico con rasgos marcados, incluyendo una mandíbula fuerte y pómulos altos lo que contrastaba con su cabello castaño oscuro, que generalmente llevaba corto. Su piel era clara; tenía algunos lunares en su cuerpo, sus ojos eran de color marrón.  solía lucir un estilo elegante. Su gesto siempre era serio, nunca se le veía sonreír. Hacía mucho deporte, todas morían por él, hasta mis amigas, pero a mí me parecía horrible.

Por supuesto también estaba  saliendo con alguien, formalmente era mi primer novio. Antes solo eran amigos, a lo más que llegábamos era a un beso. Puede que sea el primero, sí, aún era  señorita, pero Juan me gustaba mucho. Con él quería todo, pero en su debido momento, aunque a mi madre y a Rodrigo no le simpatizaba  mucho, pero a mí no me importaba su opinión.

Juan era guapísimo, alto, cabello negro desorganizado y una sonrisa hermosa, además era muy detallista conmigo. Mi mamá trabajaba con Rodrigo en la constructora, ellos pasaban casi todo el tiempo juntos.

Me cambié de ropa, me maquillé, amaba el rojo en mis labios, todos los colores vivos, los hacían ver más provocativos. Rodrigo nos dejó en el colegio, Oriana estaba esperando a Álex, así se llamaba la chica con la que salía, una pelirroja sin gracia, aunque tenía un buen cuerpo. Mateo era el mejor amigo de Álex, eran íntimos compañeros de fiestas  y borracheras, porque casi todos los fines de semana se la pasaban de bar en bar. Mi hermanastro casi a diario llegaba borracho, era un alcohólico.


—Hola Pao, ¿Y esa cara? —me saludó Katia.

—Cada día lo soporto menos, es tan  arrogante, lo odio —escupí.

—No hagas corajes, te arrugaras antes de tiempo. Amiga es que tú no ves lo que las demás sí.

Se quedó mirándolo a lo lejos, mientras mordía su labio inferior, le di un pequeño empujón.

—¿De qué hablas? —fruncí el ceño.  

—Amiga tu hermano está divino, te imaginas ese cuerpo sin ropa, ha de ser espectacular —se relamió los labios.

—¿Qué? —puse los ojos en blanco— ¡Ese estúpido no es mi hermano!

—Ok, no te enojes, tu hermanastro pues.

Soltó una risita, yo solo resoplé por la nariz. 

Seguí mi camino, ella tras de mí.

»Paola —me llamó—,  dime. ¿Qué tal es sin camisa? Para hacer tanto ejercicio debe estar bien marcado.

©MI ESTÚPIDO HERMANASTRO.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora