Capítulo 16

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MI ESTÚPIDO HERMANASTRO.

Capítulo 16.

—Quiero que le levante el castigo a Álex y  le entregue las llaves de la moto. Por favor reconsidere la idea de enviarlo a la escuela militar.

—¿Por qué me pides eso Paola? —abrió sus ojos como platos, me miró muy sorprendido—, se supone que ustedes se odian, para ambos lo mejor sería estar alejados, no quiero más problemas y menos con tu madre.

—Eso lo tengo claro, pero Álex es su hijo y no es justo que lo cambie por el amor de una mujer. Además creo que es suficiente con el abandono de su madre para que usted haga lo mismo. Tal vez nunca nos hemos llevado bien, pero esta también es su casa, le debo la vida a su hijo, ¿lo olvidó? Si de cosas malas se trata ambos hemos hecho muchas cosas él a mí y yo a él, no lo envie lejos, se lo pido, créame que me estoy tragando mi orgullo para estar aquí parada frente a usted pidiéndole esto.

—Me dejas sin palabras Paola, no sé qué decirte.

—Tiene la oportunidad de darme gusto en algo, solo díganme que sí, o al menos que lo pensará.

—Eso quiere decir, ¿que no lo odias tanto como parece verdad? —me miró.

Ni yo tenía esa respuesta...

—No quiero que él se vaya. ¿Luego con quién peleo y discuto? No creo que ustedes me aguanten, si él amargado de Álex se va, a quién voy a fastidiar.

Soltó una risita, al igual que yo.

—Está bien Paola, esta vez te daré gusto.

—Muchas gracias Rodrigo.

Sonreí, estaba feliz. Ilógico, quise tantas veces esto y ahora me ponía feliz porque él se iba a quedar.

Me regaló una sonrisa. Regresé a mi habitación, pero antes pasé por la de mi madre y le platiqué lo mismo que a Rodrigo. Sobre lo que supuestamente me hizo Juan porque se le pasaron los tragos. Ya se imaginan la reacción de mi madre, me dijo que ella me lo advirtió, típico sermón de mamá.

—Ok mamá, ya aprendí la lección.

—Gracias al cielo Álex estaba ahí.

— Si gracias al cielo lo puso en ese momento en mi camino.

Me dio un beso en la frente. Regresé a mi habitación, dormiría tranquila, aunque sonaba loco feliz porque ese gruñón no se irá. Me levanté temprano, solté mi cabello y  maquillé mis labios, me puse unos Jean negros y un sueter azul. Bajé al comedor a desayunar, saludé, todos estaban ahí, Álex me miró, sonreí maliciosa, él estaba algo confundido tan serio como siempre.

—Álex, Paola ya nos contó lo que hiciste por ella te lo agradezco mucho —comentó mi madre.

Él abrió sus ojos muy sorprendido, no entendía nada, al instante hablé yo.

— Les conté que a Juan se le pasaron los tragos y me tomó a la fuerza, por eso las marcas en el cuello, pero tú estabas ahí y me ayudaste.

—De casualidad nos encontramos en la misma discoteca —entendió perfecto lo que tenía que decir—,pude ver que el tipo estaba borracho y quería pasarse.

—Gracias Álex por cuidar de Paola —agregó mamá.

—Me siento orgulloso de ti, te comportaste a la altura —habló Rodrigo.

—Solo hice lo que me parecía correcto.

—Cambiando de tema, hijo tengo algo para ti.

Le puso las llaves de la moto sobre la mesa, Álex miró muy sorprendido, pero podía ver la alegría en su rostro.

©MI ESTÚPIDO HERMANASTRO.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora