©MI ESTÚPIDO HERMANASTRO.

Capítulo 30

MI ESTÚPIDO HERMANASTRO.

Capítulo 30.

Lo leía una y otra vez para saber si era real.

Chat.

En pocas palabras, tú me encantas, tú eres la única con cualidades que me vuelven loco, te juro que tu madre te hizo para mí, ¿QUIERES SER MI NOVIA? 🙈 no me respondas. Ahora cuando estemos solos lo haces, ahí tienes la respuesta a tu pregunta hermosa.

Sentí una alegría tan, pero tan grande, inexplicable, solo salían mis lágrimas, esto parecía un sueño.

—Paola no me asustes, ¿qué te llegó?

Me quitó el teléfono y empezó a gritar como loca, pero al instante le tapé la boca.

—¡Shhh, cállate, pareces loca!

—Amiga con razón lloras, se te hizo realidad, ves, ahí tienes la respuesta.

—Esto parece mentiras, un sueño —Sentí un pellizco —¡Agh!

Grité y ella sonrió.

—Es real, ves.

—Lo es —me acaricié el brazo —es tan real que siento miedo.

Me abrazó fuerte, en verdad sentí tantas emociones. Tal vez les parezca tonto, pero para mí era la primera vez en mi vida que sentía felicidad real, ¿cómo nos vuelve el amor verdad? Yo estaba perdidamente enamorada de Álex, en ese momento me sentí plena, porque compartía con alguien unas mismas ilusiones.

—No, llegó tu hora, los dos han sufrido por diferentes circunstancias, pero ahora les llegó la hora de ser felices.

Ella tenía razón, aunque tenía claro que nada era para siempre, lo viviré y disfrutaré al máximo el tiempo que dure. Terminamos de hacer las tareas, por último Katia sacó de su bolso unas bolsas y con una sonrisa malvada me dijo.

—Esto es tuyo, con toda para esa respuesta.

Recordé la sexy lencería que había comprado, ella no cambiaba.

—Ok, perfecto, que haría yo sin ti.

Escuchamos tres golpes en la puerta.

»Adelante —Hablé.

—¿Chicas terminaron? —preguntó Mateo.

—Sí, todo listo.

Mateo miró a Katia y le sonrió, juró que  hasta coqueto y ella se la devolvió.

—¿Te llevó, o te quedas? —le preguntó.

—Me llevas, ya bajo

Cerró la puerta y empezó a recoger sus cosas.

—¿Eso qué fue? —inquirí.

—Nada —abrió los ojos muy maliciosa —, no seas chismosa.

Quiso salir, pero la tomé de la mano.