Capítulo 58

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MI ESTÚPIDO HERMANASTRO.

CAPÍTULO 58...

Después de varias horas de vuelo por fin llegamos a la playa de Benagil, Portugal. Ahora sí íbamos a disfrutar ese lugar.  Nos instalamos en el hotel, Álex y yo compartimos habitación, digamos que era una luna de miel también para nosotros.  Nos cambiamos de ropa, elegí un traje de baño negro de dos piezas.

Álex llevaba una bermuda del mismo color, ¡oh por Dios se veía divino saliendo del agua, las gotas de agua recorriendo su torso desnudo, su cabello desordenado y esa hermosa sonrisa, moría de amor.

Sin darme tiempo de nada me tomó en brazos y salió corriendo conmigo llevándome  al agua, envolví mis caderas alrededor de su cintura y me aferré a su cuello con fuerza. Grité y él empezó a burlarse de mí. Sentí sus labios en un movimiento rápido y sensual que me  hacía perder la razón, murmuró.

—Eres una flojita —soltó en ellos.

—Te juro que me muero de nervios, sabes que no sé nadar —lo apreté con más fuerza.

—¿Confías en mí? —preguntó.

Me sostenía con fuerza pegándome a su cuerpo. 

—Con los ojos cerrados —sonreí.

—Entonces yo te enseñaré a nadar.

Regresó  a la orilla y me deslizó por su cuerpo. Empezamos a caminar tomados de la mano, jugamos como niños, él corría tras de mí, o yo tras él, terminábamos en el suelo riendo a carcajadas, eso era  realmente felicidad y lo disfrutábamos al máximo.

Más tarde  nos reunimos con nuestros padres y visitamos muchos lugares turísticos de la zona, restaurantes, comidas, lugares.

En la noche... 

El mundo es tan grande y al mismo tiempo tan pequeño. Estábamos en la playa disfrutando de la música cuando alguien me tocó el hombro, Álex al instante frunció el ceño.

—¿Hola, te acuerdas de mí? —preguntó con una sonrisa.

Hay tantos lugares en el mundo y tenerlo que encontrar justo ahí. Álex miró con un gesto de confusión. Traté de hacerme la loca e ignorarlo, pero él agregó. 

»En el centro comercial, ¿recuerdas?

—Sí, ya lo recuerdo —respondí lo más seca posible.

—Que casualidad —me miró con una sonrisa que podía iluminar incluso la noche más oscura—,desde ese día me quedé con curiosidad de saber cómo estabas, vaya que fue hace mucho.

Miré a Álex y lo tomé de la mano.

—¡Él es Sergio, el hijo de Aníbal! —solté.

Álex abrió los ojos como platos, con la mirada me preguntó si todo estaba bien, solo inhalé. Traté de dejar el pasado atrás y al parecer me perseguía. Sergio tendió su mano, se presentó y Álex correspondió el saludo.

»Él es mi novio —añadí.

—Mucho gusto —Sergio hizo una pequeña reverencia.

—Igualmente —respondió Álex sin ningún tipo de expresión.

—¿Cómo es que me reconoces después de tanto tiempo? —inquirí con curiosidad.

—La verdad no entiendo, pero tu rostro se me quedó grabado en la cabeza —miró a Álex—,lo digo con mucho respeto.

»Además estabas afectada por algo, Incluso confundiste a mi papá. 

—Sí, pero todo fue una confusión, un gusto verte.

©MI ESTÚPIDO HERMANASTRO.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora