MI ESTÚPIDO HERMANASTRO.
Capítulo 29.
El tiempo pasó tan rápido que ni nos dimos cuenta que era tardísimo. Ese día no fuimos a clases, teníamos que buscar una buena excusa.
—No puedo creerlo, ya es muy tarde —miré el reloj.
—Ni modo, tendrás que quedarte todo el día conmigo —me miró.
—Eso suena perfecto —Le di un beso.
Nos interrumpió el sonido del celular, que casualidad a él Mateo y a mí Katia, le di un beso y me fui a mi habitación.
—Paola me tienes preocupada, ¿qué pasó contigo? ¿Por qué no llegaste a clases? ¿Estás bien? ¿Cómo sigues?
—Calma, son muchas preguntas al tiempo, estoy bien, yo diría que de maravilla. No llegué a clases porque se nos pasó el tiempo, ayúdame con el profesor.
—Aaaaah —escuché un grito —.¡Espera, calma! ¿Cómo es qué se les pasó el tiempo? ¿A quienes? cuéntamelo todo
Le conté todo lo que pasó, ya se imaginan los gritos de felicidad de Katia. Nos despedimos porque tenía que entrar a clases, pero me dijo que en la tarde pasaba a traerme los apuntes y para que le contara todo. Me vestí, me puse una blusa blanca, unos short cortos de jeans, solté mi cabello, me puse mis lentes y regresé a su habitación, toqué su puerta.
—Adelante.
La abrí y me recargué en el marco de la puerta, subió su mirada desde mis pies hasta mi rostro.
—Que hermosa estas, esos lentes te hacen ver más sexy.
Sonreí, él estaba sin camisa con una sudadera.
—Igual que tú, cuando estás así te ves tan sexy.
Me acerqué al televisor y lo prendí, conecté la consola. Él me miró muy atento, tomé unos cojines y los lancé al suelo.
—¿Jugamos? —pregunté.
—Con una condición —me miró.
—¿Cuál? —Inquirí con curiosidad.
—Apostamos.
Con su mirada me dijo todo, entendí perfecto el juego.
—Perfecto —respondí.
Él se sentó primero, luego yo me senté en medio de sus piernas recargada en su pecho. Empezamos a jugar, primero fútbol obviamente me ganó, por cada juego perdido una verdad o se atreve o una penitencia, ya se imaginan de qué se trataba. En fútbol me ganó ya se imaginan el montón de retos que me puso.
—¿Verdad o reto? —Tenía una sonrisa malvada, sabía que algo bueno no me pondría.
—Reto —respondí.
—Ok, quiero que me hagas un baile muy sexy mientras te quitas la ropa.
Me levanté y puse música de fondo. Nunca había hecho algo así, pero siempre había una primera vez para todo. Bailé lo más sensual que pude, me quité la ropa y me quedé en ropa interior. Él me miró fijamente, podía ver lo que yo despertaba en él, me acerqué y dejé un beso húmedo en sus labios.
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©MI ESTÚPIDO HERMANASTRO.
RomanceMI ESTÚPIDO HERMANASTRO. Sinopsis. Mi vida era perfecta hasta que mis padres decidieron divorciarse. Un día entró otro tipo a mi casa usurpando el lugar que era de mi padre, lo peor era que tenía un hijo, o sea, tendría un padrastro y un estúpido he...