Capítulo 56

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MI ESTÚPIDO HERMANASTRO.

CAPÍTULO 56.

—Los resultados nos indican que sí te puedes operar ya que la inflamación desapareció.

La alegría era demasiado grande, una hermosa sonrisa se dibujó en sus labios.

—Me imagino que hay un, pero, ¿verdad? —preguntó.

—¿Cuál es la mala noticia? —pregunté.

—Tendrá que viajar a los Ángeles para continuar el tratamiento, ya que allá hay uno de los  mejores cirujanos de ortopedia.

—Perfecto, si tenemos que ir al fin del mundo lo hacemos — comenté.

Álex sonrió, al igual que nuestros padres. Tenía miedo de preguntar, pero Álex se adelantó.

—¿Dígame, cuales son las probabilidades que la cirugía funcione?

—Un 50, 50.

El doctor nos dejó solos para que lo decidiéramos.

—Es un buen porcentaje —comenté.

—Demasiado bueno — soltó Álex.

—Son muy buenas esperanzas — comentó mamá.

—Hijo, todo saldrá bien.

—¿Te operas sí o no? —Lo tomé de las manos.

—Que sea lo que Dios quiera — esbozó una pequeña sonrisa.

Había algo de miedo en su mirada, apretó mi mano, unas lágrimas se escaparon de mis ojos, pero eran lágrimas de felicidad.

—Perfecto. Organizamos  todo y nos vamos a los Ángeles —sonreí.

—Nena, ¿eres consciente que esto va para largo? — Arqueó una ceja—,¿y la universidad?

—No importa el tiempo que dure, meses, años, siglos, yo estaré contigo. A la universidad iremos juntos cuando todo esto acabe.

Álex levantó la mirada hacía nuestros padres.

—Perfecto —comentó Rodrigo.

—Lo que decidan está bien, cuentan con nuestro apoyo —agregó mamá.

Eso sí que era hermoso, escuchar las palabras de nuestros padres  y el apoyo incondicional de ellos. Hablamos con el doctor y en tres días teníamos que viajar. Había que hacer más estudios para asegurar que todo estuviera bien. No pensaba  separarme de su lado nunca, con él hasta el final.

Cuando les contamos la noticia a Mateo y Katia la  felicidad fue muy grande, aunque  la nostalgia nos invadía porque íbamos a estar muy lejos y no sabíamos por cuánto tiempo. Quedamos en hablar todos los días por videollamada, nos dieron una gran noticia, por fin se decidieron, ya eran novios, eso fue demasiado hermoso.

  —Por fin te desististe — comentó Álex.

—Esta loca me robó el corazón —respondió Mateo.

—Como decirle que no, al dueño de mis suspiros — Katia sonrió —,bueno y de otras cosas.

Me encantaba verla feliz, soltamos una carcajada.

—Los perdimos —intervine.

—Se enamoraron los fastidiosos —Álex soltó una carcajada. 

—¿Mire quién lo dice? —dijeron en unísono mientras pusieron los ojos en blanco.

Sonreímos.

—De verdad que ustedes hacen una pareja muy bonita, se complementan. Nos alegra saber que, por fin, decidieron dar ese paso —comentó Álex.

©MI ESTÚPIDO HERMANASTRO.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora