Capítulo 13.

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MI ESTÚPIDO HERMANASTRO.

Capítulo 13.

Los días pasaban y el ambiente en mi casa cada vez era más tenso. Álex me fulminaba con la mirada, me ignoraba más de lo habitual. Mamá pensaba hacerme una fiesta de cumpleaños para celebrar mis 17 años, pero le dije que no quería nada, me costó mucho convencerla, pero al fin logré que me dejara salir a festejar con mi novio y mis amigos, Katia me ayudó a convencerla y por fin me dio el permiso.

Obviamente iría con Juan a la tan mentada fiesta de Raúl, luego íbamos a pasar la noche juntos. Álex llegaba borracho todos los fines de semana, estaba más amargado de lo normal. Así pasaron 15 días infernales, mi casa parecía un campo de guerra.

Al día siguiente era   mi cumpleaños. El viernes bajamos al comedor y cuando Álex pasó por mi lado sentí un estrujón.

—¡Eh qué te pasa, estás ciego! —exclamé molesta. 

—¡Entonces no estorbes, eres tan insignificante que no te vi! —escupió.

—¡Quién te crees, estúpido! — Lo empujé.

—No creas que se me olvida que por tu culpa en dos semanas estaré en una escuela militar.

Me tomó del brazo con fuerza y me sacudió,  traté de soltarme, chille por la fuerza que ejercía en mí.

—¡Aaaaaaah, me lastimas! —Chillé.

—¡Esta me las pagas, lo juro! —masculló.

—Me vale —Halé mi brazo con una mirada retadora—,¡no te tengo miedo estúpido!

Como siempre, terminamos discutiendo y  llamando la atención de nuestros padres.

—¿Qué pasa aquí? —preguntó Rodrigo.

—¿Por qué  discuten? —comentó mi madre.

—¡Este estúpido que no deja de fastidiar! —escupí.

—¡Estúpida tú mocosa insoportable! —objetó.

Seguimos discutiendo, diciéndonos palabras hirientes, hasta que Rodrigo nos interrumpió con un grito, guardamos silencio al instante.

— ¡Basta ya! ¡Se callan los dos!

Al instante lo fulminamos con la mirada.

—Saben, hay algo que no logro entender, ¿cómo es que no pueden llevarse bien?

Respondimos al mismo tiempo.

—Jamás.

—Jamás.

—¿Acaso no lo ven? ustedes son tan iguales, aunque no tienen la misma sangre tienen tanto en común —Lo miramos confundidos y molestos—,no me miren así, es verdad, los dos son insolentes, rebeldes, groseros, insoportables, amargados, prepotentes, si quieren  puedo continuar la lista toda la noche, ¿por qué no pueden entenderlo? son tan iguales, no entiendo porque se odian si son tal para cual.

—No me compares con esta —gritó Álex.

—De acuerdo con esté, no me vuelva a comparar nunca.

—Chicos lo que dice Rodrigo es cierto, son tan iguales —agregó mamá.

Cruzamos miradas de odio, casi al instante cada quien se fue a su cuarto, Rodrigo y mamá soltaron una estúpida sonrisa. Quienes se creían para compararnos, que tal, no tenía nada en común con ese estúpido, estaba furiosa. El maldito ese por molestar puso música a todo volumen, le gritaba, pero el estúpido no me hacía caso, salí  y toqué su puerta con fuerza, solo sentí que abrió la puerta y seguido sentí una descarga de agua encima de mí, él estúpido me tiró un balde lleno de agua fría.

©MI ESTÚPIDO HERMANASTRO.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora