©MI ESTÚPIDO HERMANASTRO.

Capítulo 47

MI ESTÚPIDO HERMANASTRO.

CAPÍTULO 47...

Se supone que debería ser el día más feliz de nuestras vidas porque culminamos una meta más, aunque era un logro que estábamos cumpliendo juntos nos invadía una tristeza muy grande al saber que después  empezaba la cuenta regresiva para separarnos. 

La ceremonia era a las seis de la tarde, luego la recepción que  era en un salón de eventos adecuado para la ocasión. La fiesta era para todos los alumnos, padres y profesores. 

Estaba sentada frente al espejo recordando lo que dijo Álex, solo por esa vez  olvidáramos todo y   nos enfocáramos en disfrutar y ser felices. Eso haré, disfrutaré de esta noche   al máximo. Me puse mi vestido negro de dos piezas, me quedaba perfecto, maquillé mis ojos y mis labios, organicé mi cabello y me puse unos tacones altos.

 Mi madre y Rodrigo también estaban muy guapos, salimos para la ceremonia de grados, de camino recogimos a Álex, ¡Oh por Dios! estaba espectacular, llevaba un traje blanco con corbatín y su cabello impecable, mi gruñón sexy. Se subió a mi lado, ellos observaban nuestro comportamiento. Con la mirada me decía tantas cosas, aunque moríamos por besarnos no lo hicimos, me saludó con un beso en la mejilla.

—Estas muy hermosa Paola. 

—Muchas gracias Álex, igual tú, te ves muy guapo. 

Sonreímos y seguimos como si nada. Nuestros padres respiraron aliviados, ellos veían lo que nosotros queríamos que vieran, pensaron  que el capricho se nos había pasado. De vez en cuando cruzábamos miradas, llegamos al colegio, Katia lucía tan hermosa con su vestido, al Igual que Mateo que traía un traje azul. Álex tenía una sonrisa malvada, lo conocía perfectamente y sabía que planeaba algo. Nos pusieron las togas e ingresamos a un salón grande, él estaba a mi lado, murmuré. 

—¿Planeas algo verdad? —pregunté con curiosidad. 

—¿Por qué lo dices nena? —levantó una ceja.  

—Será porque te conozco perfectamente, desde que te recogimos traes una sonrisa malvada.

—Tienes razón, me conoces muy bien —Sonrió. 

Sonreí, sabía que algo planeaba, me imaginé que era algo muy loco, más viniendo de él. Nos organizaron en nuestros  lugares, luego empezó la misa de grados, todo estuvo muy bonito. Luego pasamos a la ceremonia oficial, el rector nos llamó a uno por uno para entregarnos el diploma  de bachiller. Llegó mi turno, mi madre estaba muy orgullosa de mí, me gradué con muy buenas notas, ¿podían creerlo? Luego era el turno de Álex que también se graduó con honores, Rodrigo se le escaparon unas lágrimas de felicidad, él  discurso de despedida lo hizo Katia.

—Gracias a todos los profesores, padres, amigos, compañeros, por acompañarnos en este proceso tan bonito, hoy cumplimos una meta más, pero esto apenas es el comienzo. Nos espera  un nuevo camino, un mundo por descubrir. Los echaré mucho de menos ya que aquí nacen amistades que se quedan en el alma, pero siempre los llevaré en mi corazón, ustedes serán una de las etapas más bonitas de nuestras vidas. 

Todos aplaudieron. Luego llegó la hora de la foto grupal de todos los compañeros, luego con los profesores y después con la familia. Pasamos al salón principal, todo estaba perfectamente organizado, globos, flores y un pastel enorme. Cada mesa estaba designada para una familia, nosotros nos sentamos en la más grande con los padres de Mateo y Katia, por supuesto los nuestros. La comida estuvo deliciosa, igual que el postre. El ambiente empezaba a cambiar, todos empezaron a bailar, Álex seguía con esa maldad en sus ojos, moría por saber qué se traía entre manos, se posicionó  frente a mí y  tendió la mano.