|07: "El Engaño"|

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Hola gente bella💕

IANA BENNETT.

Despues de haberme dado una ducha me vestí con un short tiro alto con una camisa que marcaba a la perfección mi busto, junto con unas pequeñas sandalias bajas. Me admiré en el espejo y ni estaba nada mal, al igual que estaré en casa todo el día, pero como mi mente me hace siempre malas jugadas el recuerdo de la noche anterior me inundó por completo.

¿Cómo era posible que me había engañado de esta forma tan pervesa?

Me sentí prostituta sin serlo, estaba cansada de tantas mentiras y de falsas promesas juntada con palabras de confianza. Amaba a Max pero me había roto el corazón, las ilusiones, las ganas de triunfar, vivir, etcétera. Aunque me decía a mi misma nunca volver a creer en alguien que no conocía más me aferraba a pensarlo. Conocía su manera de ser y sé que su mirada era de total arrepentimiento.

El corazón nunca va a olvidar el lugar donde dejó sus mejores latidos... Y yo jamás podré olvidarlo por mucho que mi mente se aferré hacerlo, mi corazón jamás podrá olvidarlo. Se clavó en el como una flecha, traspasandolo por completo hasta dejarme totalmente noqueada. Ahora entiendo a la perfección el dicho de "El que se enamora pierde" Me lo sabía de pies a cabeza.

— ¿Va a querer el almuerzo?

Negué viendo a la chica de servicio la cual acaba de llegar a mi lado, asintió sonriente y se fué. Empecé a caminar hacia los jardines de la grande casa o prisión en la que vivía. La verdad necesitaba aire fresco, respirar y pensar sobre lo sucedido de la noche anterior, y sobre lo que haré con mi putísima vida.

— ¡Hola!

Me giré viendo a Anxo llegar con una cerveza en su mano, le devolví la sonrisa mientras el pasaba su mano por mis hombros llevando de regreso a la casa.

— Anxo no quiero entrar Omar debe estar por llegar y no quiero verlo.

— Omar llega mañana Iana, vamos a disfrutar de la tarde ¿que te parece?

— Hay que decirle a Omar.

— Omar, Omar, Omar. Olvídate de Omar, tú naciste sola Iana.

Sonreí y empezamos a correr hacia la salida de la casa, subimos a una moto y arrancó viendo a los guardias correr detrás de nosotros.

— ¡Omar nos va a matar!

No respondió más siguió manejando más fuerte, me agarré de su cintura. Inconsiente el recuerdo de Max llegó a mi mente... Recordé como ese día en el que viajabamos en su moto el como la brisa revoloteaba mi cabello, cuando mis manos bajaban por su torso sintiendo aquellos musculos formados, mordí mi labio al recuerdo de esa tarde. Habían cosas de Max la cuales no había olvidado del todo, todavía recuerdo nuestra pelea en Suiza y sobre todo Grecia, Grecia había sido para mí el viaje más encantador de mi vida.

Pensé que me encontraría a mi misma estado años y me daría cuenta de lo mucho que deben de pagar todos lo que tanto daño me hicieron, pero no tenía el corazón ni mucho menos la sangre para hacerlo. Estaba feliz de haber conocido a Anxo estos años, ya que él ha sido una gran amigo, y compañero de charlas nocturnas después de las torturas de Omar. Liberé mis brazos de la cintura de Anxo levantándolos hacia el aire, la brisa en mi rostro se sentía pura y tranquila. Pero él seguía en mi mente.

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