|23: "Te Mereces Eso, Y Mucho Más"|

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Max Davis.

Iana dormida en mi pecho con total tranquilidad y se sentía bien, pense que este momento nunca iba a llegar, había creado miles de ideas sobre rehusarme a que no podiamos estar juntos pero mi impulsividad era mucho más grande y hiciera lo que hiciera, ella volvería a mi justo como yo vuelvo a ella. Sonreía y empecé acariciar su cabello... Algo que siempre habia amado de ella es su manera de dormir y no sentir nada, podía besarla y acariciarla sin problema.

Tomé mi móvil de la mesita de noche y me fijé en la hora, 6:30am me levanté con cuidado dejando a Iana en la cama, caminé al baño cepille mis dientes y lave mi cara. Luego bajé hacia la cocina y empecé a preparar el desayuno... Sandwich de pollo, algunos pasteles de vainilla, café, zumo de naranja y la comida favorita de Iana... Fresas con Nutella. Cociné tranquilo hasta que la puerta del recibidor me alarmó y termine caminando hacia allá. Sonreí de lado viendo a mi madre caminar junto con Anxo, quienes hablaban muy cómodamente.

— Hola Max...

Mi madre se acercó dejando dos besos en mis mejillas y luego un corto abrazo, Anxo me saludó y caminamos hasta la cocina, me extrañaba que mi madre y Anxos estuvieran juntos, por la simple razón de que tienes grandes diferencias. Cuando se sentaron en la isla deje dos tazas de café.

— Huele delicioso... ¿Iana está aquí? Porque solo así cocinas.

— Si mamá esta durmiendo...

Ella empezó a beber de su café y Anxo empezó hablar.

— Hice todo lo que me pediste, gaste una gran suma de dinero para que ningun empresario contratara a Iana... Ahora no se que piensas hacer Max.

Mi madre mi miró y luego a Anxo, dejó su café en la isla y frunció su ceño.

— ¿Le estas quitando la oportunidad a Iana para que no empiece desde cero Max? Eres mi hijo, pero eso es muy egoísta de tu parte.

— Yo solo quiere que trabaje conmigo mamá, y no es egoísta, mi esposa no necesita de otro trabajo cuando yo puedo darselo.

— Pero tiene derecho de creer clmo persona Max.

— Y crecerá conmigo a su lado mamá.

Rodó sus ojos y volvió a beber de su cafe. Anxo por su parte solo comía una que otra fresa de la nevera, y cuando terminé de cocinar, empecé arreglar toda la cocina.

— ¿Al menos piensas decirle la verdad?

La pregunta de mi madre me bloqueó, me tensé y fruncí mi ceño al igual que mis labios, me giré para plantarle cara y ella se encontraba con su ceja alzada esperando mi respuesta.

— ¿De qué hablas?

— De lo que nosotros sabes hijo... Si trabajará contigo debe de saberlo, porque sino se lo dices sera un problema para todos Max.

— Se lo diré, pero a su tiempo, no ahora mamá.

Tome la bandeja con la comida y empecé a caminar hacia la planta alta dejando a mi madre y a Anxo en la cocina. Cuando llegué a la habitación note que seguía durmiendo y que ya eran pasada de la ocho de la mañana, no sabia que el tiempo me habia pasado tan rápido. Deje la bandeja sobre la mesita de noche y me acerqué hasta empezar acariciar su brazo y seguido de dejar un beso en su frente. Sus ojos se abrieron lentamente y una sonrisa adornó su rostro, era tan hermosa incluso cuando despertaba... Me acerque y deje un beso en sus labios, ella tomó mi cuello y me atrajo a su cuerpo en un abrazo.

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