Iana Bennett.
Un bebé, un niño, un pequeño niño, no puede ser cierto...
— ¡Max!
Grité cuando Max salió disparado de aquella habitación, busqué a Mariella con la mirada pero está se empeñó en seguir a su hijo el cuál minutos antes, abrazándome me habia dicho que necesitaba aire, y salió muy agitado fuera de la habitación. Cerré mis ojos y intenté levantarme, solloce en silencio pensando en una palabra e imaginándome a un pequeño entre mis brazos. Me sentí extrañada y sola, necesitaba decir algo, hablar o buscar alguna explicación, sentía molestia y culpa. A los minutos una enfermera llegó con mi alta y me dijo que solo debia firmarla, y lo hice, luego con la ropa de Mariella había traido me ayudó a cambiar y dijo que dentro de unos minutos vendría alguien a buscarme.
Pero mi cabeza daba vueltas y solo lo necesito a él para estar bien.
No me resistí, y aún a sabiendas que todo acto traería consecuencias, me levanté de la cama y despacio comencé a caminar hacía la puerta sintiendo un pequeño puntazo en mi vientre haciendo que doliera, pero no me importaba.
— Max...
Comencé a llamar viendo como algunas personas susurraban algunas cosas asombrados pero no le presté atención. Seguí caminando lento por los pasillos pero no veía a nadie, busqué con la mirada su cabello castaño oscuro pero no lo conseguía, mi vista se fijó en el reloj de la pared, eran las nueve de la noche, luego todo empezó a darme vueltas, y estaba apunto de desmayarme, todo me daba vueltas, el techo y la luz se veía borroso y poco a poco sentía que perdía la consciencia. Pero en ese momento unas manos envolvieron mi cintura, su aliento llegó hasta mi oído y seguido de éste unos murmullos:
— Respira profundo... Y luego exhalas el aire.
Lo hice, y mi vista fue viéndose mas clara.
— ¿Como es que acabas de salir por tu aborto y vas detrás de ese imbécil Iana Bennett?
No dije nada, y mi respiración comenzó a agitarse despacio.
— No vas a decir nada Iana, te quedarás en silencio y iremos de regreso a la habitación. Ahora.
La gente no le prestaba ni la más mínima atención a lo que estaba sucediendo, y cuando sus manos soltaron mi cintura pude girar mi cuerpo despacio y con expresión de angustia pude mirar su rostro intimidante y serio. Me hizo una seña con la cabeza y lo seguí con las manos temblorosas.
De regreso a la habitación, pude notar que cada vez el espacio se reducía y me empezaba a sofocar. La presencia de Omar hacia todo peor de lo que ya estaba, y sentía y poco a poco me jodía por completo. Me senté la cama y lo observé, cerró la puerta con seguro y luego fijó su vista en mí.
— ¿Sabes porque estoy aquí no?
Asentí con los labios temblorosos.
— Bien... Te lo advertí Iana, muchas veces, Lily, Igor, tu asqueroso padre... ¿Creías que dejaría todo así ¿no? ¡Respóndeme!
Cerré los ojos con fuerza. Sus pasos resonaban en la habitación, el caminar se volvía tenso y yo solo ahogaba gemidos de miedo para que nadie lograra escuchar lo que ocurría dentro de esta habitación. Estoy aterrada, con jesus en la boca.
— ¿Porque no viniste conmigo Iana? ¿¡Qué tiene él que no tenga yo!? ¡Él es una desgraciado mal nacido! Al menos yo no lo soy...
— Hay solo una diferencia Omar... Yo a Max lo amo, ¡Lo amo! Y tú, solo me das asco, hijo de puta!
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Más Que Atracción ✓2
Romance"Mentiras" Era la única palabra que su mente decía cuando recordaba aquel último día que lo vio. "Amor" Era lo que el pensaba cada que leía aquel certificado de matrimonio. Ambos estaban atrapados en una red de mentiras y amor. Estaban destinados...