|34: "Correr"|

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Iana Bennett.

Max y yo empezamos a mejor nuestra relación, hablamos más que antes y reímos mucho más que antes. Se comportaba de una manera tan linda, como cuando nuestro viaje en yate por europa.

- Son las cinco de la mañana, podríamos ir a correr.

Pasé mi mano por tu torso mientras él apretaba mis senos con fuerza. Estaba sentada en su regazo mientras él estaba en el sillón de la habitación, mientras vestía solo con una bata de seda que dejaba a la vista mis senos, y sus manos no paraban de jugar con ellos.

- No lo sé, la verdad es que no quiero.

Afirmé y el negó sonriendo. Tomó mis piernas y se levantó del sillón, pasé mis piernas por su cintura y sus manos tomaron mi culo, caminó tan tranquilo hacía el armario; para luego dejarme en el suelo.

- Iremos a correr.

Se metió entre mi ropa y sacó unos monos de licras muy ajustados de color negro, seguido de una camisa blanca de mangas cortas, y unas Adidas blancas. Luego se acercó a mí a paso lento y sus manos se posaron en mis piernas empezando a subir la bata, abrí mi piernas y rodeé su cuello con mis manos y atraje su rostro hacia el mío con desesperación.

- ¿Qué haces muñequita traviesa?

Abrí mi boca y Max tomó el borde de la bata y la saco por completo de mi cuerpo, hasta dejarme desnuda, mi pecho subía y bajaba y Max solo sonreía negando con su cabeza y empezó a besarme despacio mientras tocaba mi cuerpo con desesperación, pero luego se separó dejándome caliente y deseosa.

- Se lo que intentas. Estas provocándome para no ir a correr.

Soltó una carcajada. Y mis mejillas se tornaron rojas mientras rodaba los ojos molesta, era obvio que se daría cuenta, y yo pensando que iba a lograrlo. Me crucé de brazos y sus manos tomaron mi cintura empezando a repartir besos desde mi clavícula hasta mi pecho.

- Sabes que lo haría hasta el cansancio linda, pero vamos a correr un rato, así que o te vistes o te visto.

Abrí los ojos viendo su sonrisa pícara. Pero luego asentí y me vestí con lo que había elegido para mí, él por su parte se vistió igual que yo. Me hice una coleta con mi cabello, y me maquillé un poco, mientras hacía una mueca de disgusto. El cuerpo de Max se colocó detrás de mí y dejó un beso en mi mejilla.

- Será rápido linda, lo prometo.

Asentí y me giré viendo que tenía dos gorras blanca en su mano. Me colocó la mía y luego la suya.

»Espero que sea rápido porque odio correr.«

•••

Ya no puedo más, estoy tan cansada y siento que en cualquier momento me desmayaré. Esta era la razón por la que no me gusta correr, Max por su parte estaba tan energético y me sentí patética; a cada rato estaba parandome diciéndole que me esperara por las piernas no me daban para más.

- Está bien linda, lo dejaremos hasta aquí.

Asentí y el por su parte se quitó la camisa en pleno estacionamiento de un supermercado. Encarque una ceja, y su mirada conectó con la mía, me crucé de brazos y escuché unos gritos de unas chicas que salían del super mercado. Max empezó hablar por teléfono y me acerqué a él viendo de reojo que las chicas hormonales no dejaban de ver a mi novio. Él terminó de hablar por teléfono y me miró sonriendo.

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