|10: "¡Te Odio!"|

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Iana Bennett.


Lavé mi rostro con tanta agua fría que lo siento totalmente adormecido. Había tomado una ducha caliente que para nada quitó lo hinchado de mis ojos, así que probé con agua fría y funcionó. Usé maquillaje para corregir las ojeras que tenía bajo los ojos, no querían que se dieran cuando que no había dormido nada desde que llegamos.

Eran las cinco de la tarde y pronto sería la cena, Marce me había prestado uno de sus vestidos a lo que yo recibí gustosa, no quería salir de mi habitación para serles sincera, no quería ver a nadie, sentía que mi mente colapsaría en algún momento, quería dormir por horas y horas sin importar nada y descansar de tantos problemas.

Tomé una de las rosas que se encontraba en el florero de la mesita de noche y fuí hacia la terraza que estaba en mi habitación, me quedé observando los edificios mientras que sostenía la rosa.

- Es una linda tarde ¿No crees?

Me giré encontrándome con los ojos fríos de Max, esos que al verme tenían un brillo único e inexplicable, extrañaba verlo sonreír y disfrutar pero el recuerdo de lo que me causó durante todos estos años no se me iba a olvidar, ni mucho menos que me engañó con esa tal Mercedes, que no se quien coño es, pero me cae super mal.

- Si, pero no necesito compañía si es a lo que vienes.

- Solo vine a ver cómo estás.

- ¡En perfectas condiciones! ¡Super feliz de mi nueva libertad!

Exclamé con tanto sarcasmo viendo como se ponía más serio de lo normal. Me sabía a mierda lo que pensara, mi deber era ser libre no tener que salir de un encierro y volver a entrar en otro, no era lo que quería para mí.

- Iana... No estoy para tus sarcasmo.

- Y yo mucho menos para más de tus mentiras y engaños Max. Lo mío no es nada comparado con lo que tú me has hecho ¿Cierto?

Agachó su cabeza haciendo una mueca de molestia para luego mirarme fijamente.

- ¿Pensé que en el avión...?

- ¿En el avión? Estaba sumida en droga por tu culpa, ni creas que quise hacerlo, no era consiente de mis palabras. No sabes cuánto te odio Max, te odio, me destruiste, me metiste y me engañaste tanto que se me es imposible hablarte como un conocido. ¡Te odio!

Le lancé la rosa en su pecho y me acerqué golpeándolo en su pecho, estaba tan furiosa con solo verlo, estaba estresada y molesta por como se comportaba.

- ¡Cálmate por favor...!

- ¡Cálmate y una mierda Max! ¡Estoy cansada de ti!

Vi como mis palabras le dolieron, sus ojos lo delataron ya que empezaron a ponerse totalmente rojos y húmedos, mi corazón se oprimió, y con sus manos hecha puño caminó hasta la puerta pero antes de salir habló:

- Va a llegar un momento donde vas a tener que escucharme quieras o no Iana. Y cuando ese momento llegue, te vas a sentir como yo me estoy sintiendo en este momento. Gracias por reprocharme todo, así me doy cuenta de que lo que hago por ti, tú no lo valoras.

¿Qué mierda? ¿Ahora yo soy la culpable? Por mi se puede ir a la mierda si era posible. Salió de la habitación y furioso lancé todas las rosas que se encontraban en la mesita por la terraza. Esas asquerosas rosas, ¡Las odio! ¡Las odio! ¡Ya no puedo soportarlo más! Estoy cansada de cada persona a mi alrededor... Y aunque mi corazón me diga que estoy haciendo mal, mi mente me dice que estoy haciendo lo correcto.

No puedo volver a confiar en unas manos que ya me han soltado antes.

•••

No sé qué hora eran solo se que había despertado y que hacía mucho frío... Observé la habitación a mi alrededor esperando que alguna luz estuviera encendida pero no había nada, solo oscuridad y así se encontraba mi vida, oscura.

Salí de la cama mientras miraba una nueva pijama, tomé la liga de cabello que se encontraba en mi muñeca empezando hacer una coleta con mi largo cabello, me quite el vestido dejándole sobre el sillón de la habitación y me coloqué la pijama, había dormido mucho y lo sé porque en las calles no se escuchaba ni un auto. Mi estómago rugió; tenía hambre, y deseaba con urgencia algo de comida, sentía mi estómago tan vacío debido a que ni agua había bebido en la tarde. Solo se que después de pelear con Max me recosté en la cama y dormir hasta horita.

Salí de la habitación caminando con el pasillo hasta llegar a la cocina, en la despensa había cereal y en el frizzer había leche chocolatada. Tomé un bol y me serví casi que toda la raza y me senté en la sala a degustar del liviano pero delicioso cereal.

- No sabía que estabas despierta a esta hora, fuí a verte temprano pero estabas durmiendo, incluso quería decirte que Anxo quería hablar contigo.

Miré a Marce quien había entrado con una corta pijama que deseaba mucho, Marce era preciosa, se parecía mucho a Max y a su madre. Se sentó enfrente de mí y sirvió un vaso de leche empezando a beberlo.

- Dile a Anxo que se vaya a la mierda como tu hermano, no me apetece verlo ni mucho menos cruzar un hola con él.

- Eso fue muy fuerte. Pero se lo diré con gusto...

Termino de su lecho y cuando iba a regresar a su habitación se detuvo.

- ¿Iana?

Levante mi vista observándola, ella sonreía mientras llevaba un mechón de su cabello detrás de su oreja.

- Mañana voy a salir por unas cosas, no sé si te gustaría que te trajera algo.

Asentí sonriendo.

- La verdad no necesito nada Marce pero gracias. Lo único que quiero es empezar mi vida desde cero.

- Te entiendo... Que sigas descansando.

Se despidió con su mano y subiendo por las escaleras se fue, esto va a ser peor de lo que imaginaba, vivir en una casa donde solo una sola persona me hable va a ser incómodo.

Cómo quisiera que todo esto acabara de una buena vez por todas, me ahorraría mucho sufrimiento.

***

El capítulo estuvo aburrido lo sé, pero el próximo estará un poco tenso, eso creo ☺️💕

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