|40: "El sobre"|

2.8K 141 3
                                    

Iana Bennett.

Acaricié el pecho de Max mientras yo estaba sobre su regazo completamente desnuda. Me gusta estar así para Max, tener esa sensación de tranquilidad y felicidad. Hace varias horas que llegamos a casa y nos encontrábamos despiertos, estaba ebria y el sueño buscaba apoderarse de mi cuerpo pero las manos de Max acariciándome por completa no me dejaba. Su sonrisa con ese tono de picardía era preciosa e incitadora, recogí mi cabello en un moño desordenado y Max tenía sus ojos rojos a causa de todo lo que habia bebido.

- Ha sido una noche muy excitante.

Susurró Max con sus ojos achinados mientras mostraba sus dientes, puse mis manos en sus hombros y tomé su labio entre mis dientes para luego chuparlo. Max acaricio mi culo y me presionó contra su miembro.

- Gracias por esta noche, ha sido el mejor cumpleaños de mi vida.

Recalqué sonriendo y Max me abrazó guiñándome un ojo. Lo habíamos hecho tantas veces esta noche que no recordaba la cantidad de dinero que había bebido. ¿Por qué? Por el hecho de que estaba tan cachonda. Reí negando y Max me sonrió de lado.

- ¿De que te ríes tonta?

- Del alcohol, que me vuelve cachonda. Además de todo lo que hemos hecho esta noche.

- Jum... ¿No te gustaría tener una noche así una vez a la semana, pero en nuestra cabaña?

- ¿De verdad piensas construir una cabaña?

- ¿Por qué no? Será nuestro lugar secreto, y haremos lo que queramos. Claro con seguridad, porque no pienso dejarte sola.

Me levanté a causa del frío y tomé una de las camisas de Max que habia dejado hace unas horas sobre la mesa, Max se levantó y se colocó unos pantalones de chándal junto con una camiseta gris. Me acerqué al barandal de la terraza y vi los destellos del amanecer asomándose por el horizonte, estaba pensativa, no sabía el porqué pero lo estaba, sentía como la necesidad se pensar y por eso cerré los ojos y inhalé para luego exhalar. ¿Qué me pasaba? Tenía ansías, y estaba nerviosa. No obstante sentí sus manos en mi cintura y cerré los ojos con fuerza soltando un gran suspiro. Me estaba abrazando, mientras mirábamos el cielo con destellos rojos y azules.

- Estuvo bien que Nicholas Parks relatara Diario de una pasión. Porque puede que no se parezca a nuestra historia en este momento, pero recuerdo cuando te conocí, y si me es inevitable no sonreír con eso... Eres mi Alice, y así peleemos a cada rato yo te seguiré amando.

Sonreí como tonta, apenas h auer estábamos así disfrutando del atardecer y hoy estabamos observando el amanecer de un nuevo día y de nuevas cosas e ideas. No podía negar que Max era muy romántico pero sabía ocultarlo por completo »creo ebrio si sabía serlo« me gustaba escucharlo decir cosas así, porque me hacía sentir la chica enamorada e ilusa por él, su respiración chocaba con mi cuello y se me fue inevitable no dejar que un escalofrío me recorriera por completo. Lo amo, de eso estoy más que segura.

- Me encanta que seas así Max, en serio adoro que seas tan atento conmigo, se que pasamos por cosas horribles éstos años, pero no sé que sería de mí si algo así volviera a pasar.

- No pasará linda... Tú eres mi prometida, mi mujer, lo eres todo. Tu seguridad es lo primordial en mi mente, te juro que no volveré a dejarte ir Iana.

Más Que Atracción ✓2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora