|60: "El Abuelo"|

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Iana Bennett.

— Iana has estado todo el camino en silencio.

Comentó Lily. Habíamos llegado juntas, Connor se había ido para una reunión y solo estábamos sola caminando hacía en el interior del hotel. Estaba agotada y solo quería comer tranquila para irme a la cama.

— Estoy bien Lily, iré a comer... ¿Vienes?

— Ire con Anxo. Cuídate mucho.

— Tú también.

Me despidí y camine junto al guardaespaldas hasta el restaurante donde estaba lleno de gente, caminé entre las mesas buscando una pero estaban repletas, hasta que vi la cabellera oscura de Marce, y comencé a caminar para sentarme junto a ella. Cuando llegué pude darme cuenta de que estaba acompañada y me dio vergüenza interrumpir.

— Lo siento Marce, solo vi que estas aquí y con el hambre que tengo pensé en sentarme. Pero mejor pediré servicio a la habitación.

Comenté sonriendo pero ella negó emocionada.

— ¡No Iana, siéntate con nosotros!

Miré a su acompañante y era un hombre de mas de 60 años, vestía un traje muy caro y se le notaba a lenguas el ego y la superioridad que se cargaba, su rostro reflejaba cierta molestia hacía mi persona, y me sentí intimidada.

— No Marce tranquila, de verdad no quiero molestarlos.

Ella no respondió al contrario con una sonrisa miró señor...

— Abuelo, ella es Iana Bennett, la prometida de mi hermano.

¿El abuelo de Max? No podía creer que era un hombre tan firme y seguro, y menos que era su abuelo, aunque viendolo bien, debi de suponerlo desde un principio... El señor Davis se levantó y me dedicó una sonrisa que me sorprendió, me tendió su mano y la acepte.

— Es un gusto conocerla Iana...

— El placer es mío señor Davis.

— Nada de señor Davis, para tí soy Mariano o el abuelo.

Marce quedó boquiabierta, el abuelo estaba muy contento de verme, y su molestia hace minutos habia desaparecido... ¿Acaso era bipolar? Retiro la silla para que me sentara y agradecí el gesto, no era como Max lo describía, pero en cierto modo me entraba una curiosidad de saber porque lo catalogaban de esa manera.

— Abuelo, hace unos minutos me estabas regañando, y ahora estas sonriente... ¿De verdad estas bien? ¿No quieres que llame a tu doctor?

Mariano la observó molesto.

— Marce hija mía, la ironía no se te da a la perfección, deberías mejorarla un poco.

Marce soltó una carcajada.

— Y ese si es mi abuelo.

Mariano me dedicó una sonrisa...

— Prepárate Iana porque aquí empieza el interrogatorio.

Comentó Marce y su abuelo la fulminó con la mirada para que se callara y lo hizo sonriendo para luego empezar a revisar su móvil.

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