|48: "Juntos"|

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Max Davis.

- ¿Qué tal les parece la fiesta?

Pregunté cuando llegué al lado de el señor Dalvik Fallas, es un ruso, aunque no lo aparenta, Fallas estaba junto con Mccartney, ellos son unos de los más grades que estan en el negocio, son los que más dinero invierten y los que más ganacias llevan. El camarero nos dejó tres copas de champán y luego se retiró.

- Muy buena fiesta Max, para ser tu casa pequeña es perfecta.

Mccartney sonrió y bebió de su copa.

- Fué una excelente subasta.

- El dinero recaudado será invertido en algunos hospitales y casas de recogida. Necesito no levantar sospechas y dejar de meter tanto dinero a la empresa.

Respondí tomando de la copa y comenzando a ver alrededor de todo el jardín en busca de Iana pero no la conseguía, se había perdido de mi vista y empezaba a preocuparme.

- Es una buena idea, ¿Pero como harías para seguí invirtiendo dinero?

Fallas preguntó mirándome.

- El dinero será invertido en partes, claro todo el dinero será enviado completo.

Confirme y luego alcé mi copa y propuse un brindis mientras buscaba con la mirada a Iana pero no aparecía, estaba comenzando a perder la cabeza al no verla. Sonreí falsamente viendo a los inversionistas mayoritarios.

- ¿Sabés? Cuando te ví con esa chica no pude notar lo hermosa que es, ¿Cuanto quieres por ella?

Mccartney sonrió y Fallas prosiguió.

- Sabemos que siempre que estás rodeado de chicas con una belleza muy pero muy extravagante. Pero ella es la más hermosa entre todas las que has vendido.

Los miré sin decir absolutamente nada. Sentía mi pecho acelerarse, la furia se acumulaba en mi pecho, mis manos se volvieron puños en la copa y en un abrir y cerrar de ojos se habia roto, algunos trozos de vidrio quedaron encrustrados en mi mano, el líquido había caído por el suelo y los hombres enfrente de mí me observaron asombrados.

- ¿Cuánto nos darás por ella Davis?

Fallas preguntó. Mordí mi labio y respiré profundo, debía controlarme.

- ¿Porque te pones así? Es solo una chica.

Respondió Mccartney y sonreí mirándolos.

- Lo que sucede es que no es cualquier chica... Y si me pongo así es porque esa chica...

Me acerqué a ellos viendo sus asquerosas caras, juro que van a pagar por ésto. Se van arrepentir.

- ¡Es mi prometida no es ni ningún objeto para verder! ¡Y les advierto, ella es mía, es mi mujer, asi que vayan quitándose la idea de que haré algo así! Que en el pasado lo haya hecho no significa que con mi mujer lo haré. Con permiso.

Me di media vuelta y caminé entre las personas buscando a Iana pero no la conseguía, y me estaba preocupando, yo solo quería tenerla a mi lado. Y con la molestia que cargaba encima solo la necesitaba a ella. Vi a una chica de servicio y le pregunté por ella.

Más Que Atracción ✓2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora