Luego de aproximadamente quince minutos de estar limpiando el lugar, Cuphead decidió volver con los otros para verificar que todo este bien.Ya en el marco de la puerta que da al lobby, se encuentra a Charlie ,Vaggie y Niffty en el sofa conversando, ningúna de las mencionadas notó su presencia; parecía que Charlie ya logró calmarse luego de todo lo sucedido en la fiesta, Cuphead se dirigió hacía ellas de forma silenciosa, se colocó detrás del sofa para poder escuchar sobre lo que estaban hablando.
¿Saben?, me hubiera gustado que la fiesta continuara - Habló Charlie en un tono triste, captando la atención de Vaggie y Niffty, quiénes la miraban de manera comprensiva - Digo, había muchas cosas que me hubiera gustado decir.
No te angusties Charlie, siempre habrá más oportunidades como estas - Dijo Vaggie con una pequeña sonrisa - Ahora deberíamos regresar a nuestras habitaciones, digo, realmente fue un día muy agotador, y creo que ahorrar energía para mañana nos vendría bien.
Cierto, vallan a descansar, yo todavía necesito encargarme de una última cosa - Dijo Charlie a las dos quiénes solo por esta vez hicieron caso, ya que en otras circunstancias no la habrían dejado sola.
Luego de que nadie se encontrara en el lobby, Cuphead se levantó desde donde estaba, viendo a Charlie quién tenía una expresión entre pensativa y desconfiada. Al parecer ella aún no lo a notado, por lo que solo se recargo sobre su brazo en el borde del sofa y se quedó ahí, esperando el momento en el que se diera cuenta de su presencia.
¿Será correcto aceptar estos sentimientos? - Preguntó al aire en un tono dudoso, como si este mísmo lo fuera a responder. Cuphead por su parte, solo pudo adornar su cara con una enorme sonrisa, alguién traía loca a su jefa, tanto como para que esta hablara sola y se preguntara así misma si es correcto aceptar sus sentimientos. Aúnque no quisiera apresurarse en sacar conclusiones y hechos, la forma en como lo dijo Charlie, le está dando razones de pensar en quién puede ser aquella personita especial para ella.
Tal vez si mañana lo invito a una cita y tenemos tiempo a solas, podría asegurarme de aclarar estos sentimientos - Bueno, al menos trata de no ir tan rápido y es algo precavida, pensó la taza.
Y si tengo la oportunidad, me le declararé, así sería mi novio; y en el futuro me llevaría a muchas citas, nuestras constantes salidas serán cada ves más perfectas, inclúso me ayudará a dirigir el hotel, tendríamos nuestra propia boda y muchos, muchos hijos - Fantaseaba Charlie en voz alta con un sonrojo en sus mejillas, como si de una adolescente se tratara, aunque tecnicamente lo sea.
Con todas sus fuerzas Cuphead se estaba aguantando las ganas de reír como un loco por todo lo que estaba escuchando, es que inclúso parecía irreal. Pero logró tranquilizarse a la vez que observaba como Charlie volvía a su expresión desconfiada y tímida.
Pero y si no me corresponde? Y si deja de ser mi amigo por el simple hecho de que no soportaría la incomodidad que sentiría al estar conmigo? No quiero que eso pase, o por mí papá, realmente no se que hacer. - Dijo Charlie en un tono desanimado, muchas dudas le surgían en su cabeza con todas las posibilidades de qué pasaría si la rechazaran, ella juntó sus rodillas con su cara ocultándose en su sufrimiento.
No lo pienses mucho - Escuchó Charlie, quién se puso alterada por recibir una respuesta, rápidamente alzó la cabeza para ver a Cuphead con una pequeña sonrisa.
¡¡Cuphead!! ¡¿Cuánto tiempo llevas escuchando?! - Preguntó Charlie sonrojada en un tono que demostraba que estaba bastante avergonzada de que alguién la haya escuchado decir todas esas cosas.
Lo suficiente como para ayudarte - Dijo mientras que se sentaba al lado de ella en el sofa para luego mirarla directamente.
¿Ayudarme? - Preguntó en un susurro, claramente nerviosa mientras que su sonrojo se volvía cada vez más fuerte.
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Hazbin Hotel x Cuphead
FanfictionSi estás aburrido, pues bienvenido. Este libro se sitúa mucho, recalco, MUCHO tiempo después de que los hermanos tazas salvaran a los habitantes de las islas inkwell y derrotaran al diablo. Un sin fin de sucesos llevan a nuestra taza roja favorita a...