Capitulo 20

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Dia uno.

En la pantalla se podía apreciar de fondo una habitación vacía, salvo solo por una silla desgastada que se encontraba en frente, mientras que alguién al parecer se encontraba acomodando la cámara con la cual se estaba grabando - Espero que el que haya dicho que los viajes en el tiempo no duelen, este bien muerto - se escuchó una voz grave pero a la vez un tanto familiar para los del Hazbin Hotel.

Luego de unos segundos un desconocido encapuchado tomó asiento en la silla, que por cierto con lo poco que se veía del lugar por la falta de iluminación, éste vestía con un abrigo abierto de color negro junto con una camiseta de color blanco y unos jeans marrones, éste solo se le quedó mirando directamente a la cámara por unos segundos antes de comenzar a hablar - Bueno...¿cómo mierda se supone que comience un vídeo en el que practicamente trato de darme animos y me despido de todos mis amigos, porque estoy a punto de morir? Pues simple - Dijo mientras tomaba entre sus manos un libro grande, de tapa color granate con símbolos extraños escritos en el de color dorado - Empezando por relatar desde el principio NUESTRA patética y desagradable vida. Como ya sabras enumerare los problemas que marcaron nuestra vida y nos llevaron a lo que somos ahora - sentenció mientras abría el libro en una pagina en específica - Bueno...el problema número uno empezó luego de derrotar al diablo en nuestra batalla final por ver quien obtendría las almas, al conseguirlo logramos liberar a los habitantes de las Islas Inkwells, para luego montar una fiesta bien merecida con quienes eran nuestros enemigos.

Todo hasta aquí parece ir bien, ¿verdad? - preguntó el encapuchado a la cámara, como si esta la fuera a responder - Pues dejame recordarte algo, ¡ese era apenas el comienzo de todos nuestros putos problemas!.

Habian pasado aproximadamente una semana luego de que derrotaramos al Diablo, era de noche y nos encontrábamos en nuestra habitación a punto de dormir...sin saber que ese sería el último día en el que volveríamos a saber sobre nuestros seres queridos, pero no nos apresuremos...

Al momento en el que la pequeña taza roja cerró los ojos, este instintivamente los volvió a abrir, solo para encontrarse en un lugar completamente desconocido para el, un lugar en el que no había absolutamente nada alrededor, un lugar en el que lo único que abundaba era el color blanco.

Sin embargo, la pequeña tácita ingenua creía que el lugar en donde se encontraba era producto de su mente, un sueño; nada más alejado de la verdad. De repente, una voz bien conocida se hizo presente en el lugar, "¿Cuphead?" se escuchó por todo el lugar, era la voz de su hermano y al parecer su tono de voz demostraba que estaba asustado. La tácita roja buscó por los alrededores mientras gritaba el nombre de su hermano, en ese momento se dió cuenta de que no se trataba de un simple sueño, y en ese instante, todo se oscureció.

De un momento a otro a su lado se encontraba su hermano, tan confundido como él, ambos estában preocupados y sobre todo confundidos, ellos observaban el nuevo entorno en el que se encontraban, para la taza roja la única diferencia a destacar de este sitio y el anterior era el color.

Los hermanos no pudieron seguir pensando en lo raro que les resultaba todo esto, pues una presencia imponente se hizo presente en el lugar, junto con una voz que heló a los hermanos tazas.

"Valla, valla, valla, miren a quiénes tenemos aquí, pero si son los pequeños mocosos que lograron vencerme" se escuchó a sus espaldas, rápidamente ambos voltearon solo para encontrarse con quién había tratado de quedarse con sus almas.

"¿¡Tú otra vez!?" Gritó Cuphead mientras apuntaba su dedo de forma amenazante al recién llegado, solo para darse cuenta con que sus poderes no funcionaban "Esto tiene que ser una broma...".

"Yo que tú cierro la boca, en este momento él está en camino para proponerles algo a ustedes dos, a pesar de que me opongo a ello, el piensa que es buena idea conservar algo de este lugar" Habló el diablo en un tono relajado mientras que los hermanos tazas solo se le quedaron mirando extrañados.

"¿Qu-quién?" fue lo que preguntó la taza azul en un tono temeroso, el diablo solo se le quedo mirando por unos segundos para luego negar con la cabeza, su expresión demostraba inconformidad y sobre todo duda.

No paso mucho para que alguién más se uniera a la extraña conversación "Disculpen la demora, realmente fue difícil escaparme por lo que no tenemos mucho tiempo".

De un momento a otro un hombre con la apariencia de la tercera edad se presentó en el lugar, éste vestía con una túnica blanca, al parecer hiba descalzo; tenía una larga barba de color gris adornada en su cara y una aureola sobre su cabeza.

"Bien...me alegro de que estén aquí" Habló en un tono serio el recién llegado mirando a los dos niños con una mirada que demostraba que lo que fuera que les valla a decir lo avergonzaba y entristecía.

PLAF.

Este libro es una miérda - comentó el encapuchado en un tono molesto, éste guardó el libro dentro de su abrigo para luego dirigir su mirada en la cámara - Bueno...supongo que tendré que contarlo todo desde mí perspectiva.

Por si no lo recuerdas, el sujeto que apareció de la nada era nadie más que Dios, tenía algo para ofrecernos en ese momento, claro al principio teníamos nuestras dudas y queríamos que fueran aclaradas, pero lo dejamos explicar el por qué de todo esto.

*Suspiro*.

Aún recuerdo lo que nos propuso allí mismo, para no hacerte el cuento largo, Dios nos explicó que los tres planos: terrenal, infernal y celestial se estaban viniendo abajo, en el plano celestial fue porque los angeles pensaban que el simple hecho de que unos simple mortales derrotaran a un semidiós era inaudito, basicamente tenían miedo; los demonios por otro lado, pensaban que si unos pequeños mocosos lograron derrotar al propio Diablo ¿por qué ellos no?, y para acabarla de joder; desde hace tiempo el cielo y el infierno ya se estaban amenazando con empezar una guerra.

Obviamente ni a Dios ni al Diablo les convenía en ese momento el iniciar una guerra que posiblemente se desataría en el plano terrenal, ósea en nuestro hogar, a uno porque practicamente le arruinamos la vida y posiblemente sea traicionado en medio del fuego, mientras que el otro simplemente quería tener el control sobre las cosas.

El plan que se llevó a cabo fue el siguiente, él junto con el Diablo borrarían todo, y repito, TODO lo que conocemos, dejando absolutamente nada, ya que a diferencia de ese mundo y del que estaban dispuesto a hacer, éste sería más "independiente" en el sentido en que los ángeles y demonios no tendrían tantas libertades en visitar el plano terrenal, así cada quién hace lo que quiere sin intervenir en los asuntos del otro, también trazando un tratado de paz en el que evitarían la guerra entre ellos mismos.

Y la razón del por qué nos llamaron fue porque Dios quería conservar algo de ese mundo, y que mejor que quiénes fueron los que lo condenaron, ¿no?; aparte de que fuímos, literalmente, parte del contrato, nos usaron como un puto recipiente.

*Suspiro*

Para serte franco, aún recuerdo el rostro que puso Mugman al enterarse de todo esto, creo que nunca lo olvidaré, también recuerdo que estaba asustado; no podía creer que todo lo que conociamos sería practicamente história; nuestros amigos, las personas que salvamos, familiares...Elder Kettle...terminaron muriendo por nuestra culpa...mi culpa...

*Suspiro*

*Plip*

Día dos.

Hazbin Hotel x CupheadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora