Al día siguiente.
Narra Cuphead.
Maldita sea... - Solté por lo bajo mientras sentía mi cuerpo adolorido de una forma inhumana, el dolor era tal que ni siquiera me permitía el abrir los ojos con facilidad, inclúso el simple hecho de estar recostado en la cama me causaba un inmenso dolor, el cuál era comparable con lo que sentía antes al entrenar mis habilidades para perfeccionarlas. Todo esto era señal de que ahora me encontraba vulnerable, como todos los días en los que desafortunadamente llegaba lo que él llamaba "Día opuesto", un día necesario en los que sus poderes se drenaban de su cuerpo para que éstos mismos no lo terminen por matar, más sin embargo, lo peor del día opuesto era que aparte de drenar la mayoría de sus poderes, adoptaba una apariencia que a sus ojos era muy vergonzoso, ya que no tenía control sobre esta misma.
Cuphead, con pesar, se tuvo que levantar despacio mientras aguantaba las ganas de gritar por el dolor que le causaba el tener que moverse, dejando expuesto una apariencia... un tanto... ¿femenina?...
Odio el día opuesto - Me quejé con el tono de voz cambiado, ahora éste un poco más agudo, dándome la voz de una mujer. Puesto que era lógico, ya que lo era.
Me dirigí al espejo de cuerpo completo mientras maldecía en voz baja, no tenía caso pensar mucho en ello pero quería asegurarme de que lo que me pasaba era causa del condenado día opuesto y no obra de una maldición de cualquier otro demonio que nisiquiera su nombre sabría.
Pero ya al estar frente a dicho objeto, me impresioné al ver que, efectivamente, era el día opuesto. Ya que las pupilas de mis ojos eran un poco más grandes que de costumbres, dejando expuesto aún más mis ojos color rubí, mi cara era a simple vista mucho más delicada junto a unos pequeños rasgos femeninos, debajo de donde debería estar mi cuello se encontraban dos pechos que sobresalían un poco sobre mi camiseta color blanca, a la vez que mis brazos se veían menos atléticos junto a mi figura, que se veía envuelta con más curvas que las que me hubieran gustado, y para terminar, un trasero que sin duda dejaría con la boca abierta a cualquiera que la mire en ese estado.
Solté un suspiro cansado mientras invocaba el bastón que mi yo del futuro me obsequio, para apoyarme en este y dirigirme con pesar al baño, donde decidí darme una ducha con agua caliente para relajar mis musculos.
Ya cuando la tina se llenó con el agua caliente, empezé a quitarme las prendas con sumo cuidado, necesitaba urgentemente que mi cuerpo se acostumbrara al cambio que éste presentaba, o sino podría lamentarlo más adelante. Ya estando desnuda... desnuda... desnuda...
Ni se te ocurra - Pensé para mí misma con los ojos cerrados, solo para ignorarme y dirigir mi mirada hacia mi entrepierna y notar que, obviamente, ya no tenía al hipotecado pegado allí, lo que solo me hizo pensar en una cosa - Si alguién llegara a enterarse... ¡Eso no ocurrirá!.
Y con ese pensamiento, me metí en la tina mientras relajaba el cuerpo todo lo que podía, sin duda alguna sería un largo día. Pero no después de mucho me vino un nombre a la cabeza - Mugman... - Solo para que hundiera la cabeza en la tina a modo de cansancio, esperaba que su hermano estuviera bien con lo que estaba ocurriendo.
Narra Narrador.
Varios minutos después.
En el hotel se estaban llevando a cabo las cosas como siempre, al ser de mañana los demonios en rehabilitación junto con el staff se encontrarían desayunando para que después empezaran con los metodos para rehabilitar junto a los demás quehaceres dentro del mismo.
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Hazbin Hotel x Cuphead
FanfictionSi estás aburrido, pues bienvenido. Este libro se sitúa mucho, recalco, MUCHO tiempo después de que los hermanos tazas salvaran a los habitantes de las islas inkwell y derrotaran al diablo. Un sin fin de sucesos llevan a nuestra taza roja favorita a...