T2: O29 - Privada

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—Aseguremonos de qué tenemos todo.— Valeria sacó un papel. —¿Cuchillos? ¿Navajas? ¿Linternas?.—

—Todo listo, pero...¿Para qué los cuchillos y navajas?.— Alejandra miraba con miedo y dudosa a la rubia.

—Pues para defendermos, ¿O quieres ser mujer frita?.— Valeria miró con obviedad a la ojiazul.

—No, ya entendí.— Respondió rápidamente.

—Todos suban rápido al auto.— Ordenó seriamente, Daniel. —Julián,conduce rápido.—

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—¿Listo?.— Emiliano miró al menor con seriedad.

—No mucho, pero realmente quiero salir de este lugar lo más rápido posible.— Dijo mientras tomaba en sus manos una mochila. —El que no arriesga no gana.—

—Esa es la actitud, ¡Andando.— Emiliano empezó a caminar, Sebastián solo lo seguía pues debían escapar por lugares donde no fueran vigilados por trabajadores del padre del mayor.

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—¡Tahi!, Daniel y los demás no están en su casa.— Aristóteles ingresó alterado, al cuarto qur compartía con su esposo en el departamento que alquilaron durante su estadía en Colombia.

—¿Qué? ¿Estás seguro, tahi?.— Temo se levantó de la cama, de manera super rápido.

—Si, toqué la puerta de la casa de ellos y nadie me abrió, y todas las luces están apagadas.— Respondió el rizado.

—Tengo una copia de las llaves de la casa de ellos, vamos a revisar.— Temo sacó unas llaves de un cajón.

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—No hay nadie, la casa está sola.— Temo caminaba por toda la casa revisando cada rincón.

—Encontré el celular de Daniel en el cuarto.— Aristóteles le entregó el aparato a Temo.

—Por suerte Daniel no le pone ningún tipo de bloqueo a su celular.— Dijo Temo prendiendo el celular de su hijo mayor.

Temo empezó a revisar todo el celular del mayor, nada que les diera una pistadñ donde podría estar su hijo y amigos, no fue hasta que encontró lo que buscaba.

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—Hace mucho frío.— Se  quejaba el ojinegro mientras frotaba sus manos tratando de darse calor.

—Ten, ponte mi chamarra. No quiero que tu novio me maté por no cuidarte del frío.— Ambos chicos rieron por lo último dicho por el mayor.

Apenas llevaban 2 minutos camino en medio de la nada, solo era pura carretera y monté.

El caminó sería largo, pero era eso o arriesgar sus vidas y dejar que se los llevarán lejos encontra de su voluntad.

Ambos chicos caminaban por esa desierta carretera, ningún carro pasaba a esas horas, lo único que se escuchaba era el sonido de los grillos que en cierta parte era relajante, no fue hasta que el pito de un auto de la dirección contraria los hizo voltear.

—Son los autos de mi padre, nos vienen siguiendo, ¡Ah corren se dijo!.— Emiliano tomó la mano del menor y empezó a correr para escapar.

—Es inútil, estamos en medio de la nada, nos van a atrapar.— Reclamaba el menor con un notable miedo en su voz.

—¡Dije que te ayudaría a escapar y voy a cumplir con mi promesa!.— Gritó con cieeto enojó. —Aunque sea lo último qur haga...—

—¡USTEDES DOS, ALTO!.— Grito el padre de Emiliano, con una voz ronca.@

Los dos jóvenes solo se dedicaban a correr por un milagro de la vida.

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—Julián, ¿Puedes ir más rápido?.— Preguntó Valeria con el ceño fruncido.

—Es lo más rápido que puedo ir.— Respondió mientras seguía mirando al caminó.

—Chicos miren, ¿No son dos personas corriendo?.— Juliana señalo al otro lado de la carretera.

—Si, y parece que un auto los viene siguiendo.— Comentó Alejandra mirando tambien al otro lado de la carretera.

Juliana sacó su linterna y señaló a las dos personas que no se lograba ver bien sus rostros.

—Oh no, ¡JULIÁN PARA EL AUTO!.— Gritó Juliana.

Julián pisó el freno logrando que el auto se detenga en seco.

—¿Qué sucede Juliana?.— Pregunto Valeria.

—Todos saquen sus linternas y dirigan la luz a las dos personas que corren allá.— Ordenó Juliana con seriedad en su rostro.

Todos captaron la orden y señalaron donde pedía Juliana.

—¡No! ¡Es Sebastián!.— Valeria Salió rápido del auto y corrió al otro lado de la carretera, detrás de ella iban los demás.

El ojinegro volteó a la dirección donde escuchó su nombre.

—¡Chicos!.— Sebastián abrazó a Valeria quien fue la primera en abrazarlo.

Todos abrazarlo a Sebastián, el momento era hermoso que hasta se olvidaron que estaban escapando de los secuestradores.

—Más vale que no intenten correr.— Unos hombres señalaron a todos con unas pistolas en mano.

¿Este es el fín de todos?

CONTINUARÁ.....

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