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T2: O35 - Privada

-¿Familiares de Julián García y Valeria Ordóñez?.- El doctor llegó a la sala de espera donde los padres de los anteriormente menciondos, junto con los amigos de los chicos, esperaban.

-Nosotros somos los padres de Julián.

-Y nosotros los de Valeria.

-Doctor, ¿Cómo está mi hermana y cuñado?.- Juliana miró al doctor preocupada por lo que podría decir.

-El joven García no sufrió mucho, solo algunos moretones y cortadas por el vidrio de las ventanas, pero...- El doctor miró a todos. -La joven Ordóñez cayó en estado dr coma.-

"Estado de coma" Esas fueron las palabras que faltaban para que todos los presentes sintieran como el mundo se venía encima de ellos.

-Nuestra niña, en estado de coma...- Sebastián no aguanto más lágrimas empezaron a caer por sus mejillas. Abrazó fuertemente a Daniel, escondiendo su rostro en el pecho del mayor.

-Doctor, ¿Y Julián podrá irse pronto del hospital?.- La madre del menor miró al doctor con esperanza.

-Debemos hacerle algunos estudios para asegurarnos que tenga fracturas o algún otro daño.- Informó el doctor para luego retirarse.

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Daniel y Sebastián decidieron regresar a casa, pues estar en el hospital los ponía mal, claro que estar en la casa no ayudaba para mucho.

Sebastián al ingresar a la casa corrió al patio y sento en el césped.

Daniel siguió a Sebastián, sentándose al lado de él.

-¿Por qué? ¿Por qué tanto sufrimiento?.- Pregunto el ojinegro mientras miraba al cielo como si fuera lo más interesante del mundo. -¿Hasta cuando?.-

-No lo sé mi niño, pero debemos ser fuertes por ellos.- Daniel hizo que Sebastián te costará su cabeza en su hombro mientras él le hacía piojitos. -Recuerda que todos somos un equipo.-

Luego un silencio se apoderó del lugar, pero no un silencio incomodl, más bien uno tranquilo y relajante. Pero aquél silencio fue interrumpido por la calidad voz de Sebastián quién empezaba a cantar una canción que para ellos era especial, pues con esa canción los dos se dieron cuenta de su pasión hacía la música.

-Te vas amor, ssi así lo quieres
Que le voy a hacer tu vanidad no te deja entender que en la pobreza se sabe querer.- La dulce voz del menor cantando aquélla canción, era simplenten relajante.

- Quiero llorar y me destroza que pienses así y mas que ahora me quede sin ti me duele lo que tu vas a sufrir.- Ahora fue Daniel que con una suave voz, continuó la canción.

-Pero recuerda, nadie es perfecto
y tú lo veras, tal vez mil cosas mejores tendrás, pero un cariño sincero jamas. Vete olvidando de esto que hoy dejas y que cambiaras por la aventura que tu ya veras, sera tu cárcel y nunca saldrás.- Las voces de ambos chicos se combinaron haciendo una perfecta combinación de voces.

Ambos se miraron perdiéndose en la mirada del otro, esas miradas reflejaban miles de emociones.

—¿Tú crees que Valeria despierte pronto?.— Preguntó el ojinegro mientras se qcostaba en el césped y te costaba su cabeza en las piernas de Daniel.

—Esperemos que si, aparte, como ella misma dice "Primero le gana ella a la muerte, que la muerte a ella".—  Contestó a la pregunta de su novio mientras le acaricuaba el cabello.

—Valeria es única, es nuestra pequeña troll.— Río un poco al recordar algunos momentos con la rubia, recordó una conversación que había tenido hace tiempo con las hermanas Ordóñez. —Amor, ¿Te puedo hacer una pregunta?.—

—Claro, gatito.

Sebastián permaneció callado lo unos segundos mientras buscaba las palabras correctas...

—¿Te vez en un futuro conmigo?.