<VEINTICUATRO>

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El resto del tortuoso viaje, tanto la subida como la bajada, la pasaste controlando las ganas de apalizar a Jimin, el cual se te pegaba como una lapa a cada oportunidad.

Llevabas mucho compartiendo algo más allá de la amistad con el pelirrojo, pero en todo ese tiempo, jamás se había mostrado tan abiertamente cariñoso contigo frente a nadie, y comenzaste a sospechar de sus planes al ver a Jungkook cada vez más serio.

No sabías si la intención de Jimin era poner celoso a Jungkook, porque sabías de sobra que al moreno no podía importarle menos con quién te acostases. Pero Jimin estaba provocando algún tipo de reacción en el crío, y aunque no estuvieses cien por cien segura de que fueran celos, algo si que estaba pasándole, fuese lo que fuese... Y no tardó más de un par de minutos en mostrártelo cuando pusisteis los pies en tierra firme tras volver del viajecito.

Noona, vámonos por este camino —murmuró el chico sin mirarte, señalando con la cabeza un pequeño sendero a la izquierda de las taquillas.

Jimin y vuestro otro acompañante —al que no pensabas nombrar más si no era estrictamente necesario— se empezaban a acercar a vosotros mientras seguían hablando del teleférico, y al ver que no te decidías, Jungkook te agarró de la mano y comenzó a caminar de forma acelerada para conducirte al camino que había señalado.

—¿Qué coño haces? —preguntaste con cierta molestia, caminando a trompicones tras el moreno.

—Pues alejarte de Jimin.

Vale que su actitud estaba siendo infantil, estúpida e incluso posesiva si te parabas a pensarlo, pero el hecho de que sintiese aunque fuesen un poco de celos, te alegró internamente. Pusiste tu mejor cara de póker antes de contestar para no dar ninguna pista de lo que te pasaba y separaste tu mano de la del chico de manera brusca.

—¿Y porqué coño me ibas a alejar de Jimin?

—Porque no me gusta lo que está haciendo... —masculló pareciendo enfadado—. Si le has dicho que necesitas un tiempo para pensarlo no debería estar besándote y agarrándose a ti. Me parece mal que te presione de esa manera.

Abriste la boca de par en par, sintiéndote estúpida. Jungkook no estaba celoso, estaba preocupado... Al final resultaba que la que estaba siendo infantil de los dos eras tú, porque aquel razonamiento del chico era mucho más maduro que tu primer pensamiento de que sintiese celos...

—Jimin no me está presionando —murmuraste un poco decepcionada—. Eso solo que, bueno él cree que estoy lista para tener una relación, para t-tener novio y eso, y la verdad es que yo no estoy tan segura como él.

—¿Ves? Entonces te está presionando —repuso—. Si tú no te ves preparada, simplemente díselo, noona. No me gusta que le dejes hacer lo que le dé la gana contigo...

—¡Joder, Jungkook, que eso no es así! —exclamaste comenzando a perder la paciencia por no poder explicarte como querías—. ¡Sí que estoy lista, pero soy una cobarde! ¡¿Lo entiendes?! —Jungkook se alejó un poco de ti por aquel grito repentino y te miró sorprendido por tu reacción.

—¿Una cobarde? —Asentiste frustrada, alejándote a grandes zancadas del chico—. ¿Por qué una cobarde?

—Porque sí, no le des más vueltas... —suspiraste.

—¿Te da miedo tener novio, es eso?

—Supongo lo que me da miedo es volver a querer a alguien como le quise a él —te sinceraste sin querer, aminorando la marcha cuando te percataste de lo que acababas de soltar.

Jungkook se puso a tu lado rápidamente, mirandote con interés y, por supuesto —a pesar de que rezabas porque mágicamente no se hubiera enterado—, te preguntó por tu repentina confesión.

CrybabyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora