El pijama gris, con conejitos rosas estampados, no era precisamente el conjunto perfecto para que Jungkook mantuviese la mezcla de respeto y miedo con la que solía mirarte siempre, pero Heejin no te había avisado de que esa tarde habría más gente en el piso, por lo que ahí estabas, sentada en el sofá mirando la tele en medio de Jimin y Jungkook, mientras estos esperaban a que la chica volviese de dónde quiera que estaba.
—¿Te ha dicho por casualidad cuánto iba a tardar? —indagó Jimin, pareciendo demasiado aburrido por el documental de tiburones blancos que estaban echando en la tele.
—Para que te hagas una idea, lo único que sé es que está con Namjoon; ni dónde, ni cómo... Así que depende el aguante que tenga tu cuñado, pueden ser de diez minutos a cuatro horas.
—Eso es asqueroso... —se quejó el pelirrojo mirándote con reproche.
—Que sea tu hermana melliza no quiere decir que no pueda disfrutar un poco de la vida, Jiminie.
—No si la vida a la que te refieres se basa en acostarse con tios... —aseguró con cara de haber chupado un limón—. Por cierto, ¿tienes algo que hacer esta tarde?
—¿Eso va con segundas? —preguntaste con una sonrisa, volviendo la vista al chico.
—Depende de cuánto tarde mi hermana puede que sí —contestó, dejando ver su mejor mueca seductora.
Jimin extendio su brazo izquierdo para ponerlo sobre tus hombros lentamente; las bromitas de ese tipo siempre se os iban de las manos y estabas a punto de contestar con alguna ocurrencia que dejase claro que estabas abierta (quizás literalmente) a cualquier plan que se le ocurriese, hasta que Jungkook se revolvió en el sofá a tu lado cortando tus intenciones sin ser consciente.
Miraste al moreno y te diste cuenta de la incomodidad que lo embargaba mientras miraba la pantalla de la tele sin parpadear y tensión evidente en el rostro. Apartaste la mano de Jimin de tu hombro y el pelirrojo sonrió, dándose cuenta de lo que pasaba por tu mente.
—Te lo preguntaba por si te apetecía venir con nosotros al cine —explicó Jimin.
—Por mucho que me apeteciera ver una de las pelis pastelosas que os gustan a tu hermana y a ti, creo que no voy a poder. He quedado en ir de compras con Tae.
—Lástima —dejó escapar el pelirrojo en un suspiro—. Pensaba que te gustaría más la idea de estar conmigo a solas en una sala completamente oscura que ir a probarte trapitos con Tae —susurró, volviendo al acercamiento de minutos atrás.
—Hyung —le llamó Jungkook, enfocando la atención de Jimin en él—, ¿por qué no la llamas a ver cuánto le queda?
—Porque no contesta al teléfono, Kookie, te lo he dicho antes.
—Ah, es verdad.
El timbre de la puerta sonó y te levantaste al instante para abrir la puerta, encontrándote con Tae vestido a medio camino entre un explorador al más puro estilo de Indiana jones y una estrella del rock de los ochenta; con un sombrero de ala ancha color crema, camisa negra con los primeros botones sin abrochar, pantalones de pinza blancos y unos náuticos sin calcetines; todo aderezado por una chaqueta de cuero motera que no acababas de entender.
—¿Te has puesto todo lo que tenías en el armario o qué? —preguntaste sin poder parar de mirar su estrafalario atuendo.
—Ni puta idea tienes —refunfuñó entrando a la estancia inmediatamente—. ¿Tú piensas ir en pijama a comprar?
—Es que me he entretenido por las visitas, ya sabes: preparando té, pastas, bombones y frutos secos, esas cosas.
—¡Pues a mi no me vendrían mal unas pastas de esas de las que hablas! —exclamó Jimin desde el salón—. ¿Qué? ¿Piensas ir a por las pastas o era un farol? —cuestionó, con evidente intención de pincharte, al momento que volvías al salón.
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Crybaby
FanfictionHace unos cinco años te lo hubieras creído: esa gilipollez de las campanas sonando en tu mente al mirar al amor de tu vida, las mariposas en el estómago, la certeza de que habías encontrado el otro extremo del hilo rojo que rodeaba tu dedo meñique...