Heejin parecía buscar las palabras dentro del vaso de papel al más puro estilo de una clase de adivinación de Harry potter. Esperabas que en cualquier momento musitase "el grimm" con tono dramático y la cara descompuesta, y casi te empiezas a reír tú sola ante el simple pensamiento. Te aclaraste la garganta, intentando recordar que el asunto era serio y Heejin suspiró, cerrando los ojos con fuerza.
De no ser porque los estudiantes del campus os veían juntas a todas horas, seguramente pensarían que estabas extorsionando a la pobre chica, que mantenía una postura encogida, visiblemente contrariada, y formaba un puchero con los labios mientras que tú estabas sentada con la postura propia de un vikingo que vuelve a su choza tras una pelea con los bretones: con un brazo sobre la silla, inclinada hacia atrás y las piernas abiertas —gesto que tu madre te recriminaba siempre que podía—.
—J-jungkookie me ha dicho que me quiere —confesó finalmente, con los labios temblorosos.
Intentaste parecer sorprendida y te dolió. Te dolió tener que mentir a tu amiga y hacer como que no sabías nada. Te sentiste culpable, y sabías que eso iba a pasar tarde o temprano, por eso no quisiste ayudar a Jungkook en un principio, pero lo habías hecho y ahora te tocaba tragar con la culpa.
—Jamás me lo hubiera imaginado, te lo juro. Yo solo creía que me quería igual que yo a él, ¿sabes? —preguntó con un hilo de voz. Diste una corta sacudida con la cabeza en respuesta—. No sé qué hacer, Na... Me da miedo perder a Jungkookie, pero no quiero tener nada de ese tipo con él... No estaría bien, ¿sabes? Sería raro que unos amigos de toda la vida saliesen juntos o se besasen o b-bueno esas cosas. ¿Qué diría la gente si...?
—Un momentito —la cortaste—. ¿No quieres tener nada con él porque no sientes lo mismo o solo porque piensas que sería incorrecto hacerlo? —cuestionaste inclinándote hacia ella. La chica abrió la boca pero no emitió sonido alguno, por lo que tu alma cayó de repente a tus pies—. La puta, Hee... El crío te gusta...
—No es eso —replicó con voz temblorosa—. Hace tiempo que... Bueno, no sé cómo decirlo —Heejin se sonrojó y te llevaste las manos a la cara. Por lo visto ya no necesitabas fingir que estabas sorprendida.
—Ay Hee... ¡El crío te pone! —exclamaste, ganándote miradas curiosas de las mesas a vuestro alrededor.
—No grites Hana, por lo que más quieras. Ya me da suficiente vergüenza sin que lo hagas.
—Lo siento —musitaste.
—Es que, sí, bueno, me siento un poco atraída por él, pero no llego a verle como... un n-novio ni nada de eso —concluyó, bebiendo del vaso de papel al momento.
—P-pero estás con Namjoon —razonaste, esperando que eso hiciese que tu amiga recobrase el sentido común.
—Hana, creía que tú justamente de entre todas las personas del mundo podrías entenderme... —susurró tu amiga, ligeramente dolida—. Ya me siento suficientemente mal por pensar estas cosas, pero no puedo evitarlo...
—Tienes razón, lo siento, Hee... Yo soy la última que debería juzgar nada.
—Tampoco te disculpes, tonta. Solo quiero que me entiendas —repuso con una sonrisa.
La rubia acercó sus manos a ti y envolvió las tuyas, pidiendo consejo silenciosamente. Sabías que debía estar verdaderamente jodida si hacía eso, ninguno de tus amigos te pedía consejo a ti a no ser que los demás puentes se hubiesen quemado, y no les culpabas, tus decisiones solían acabar en desastre...
—Hee, ¿tú quieres a Namjoon? —preguntaste con el corazón acelerado.
—Le quiero —susurró, frunciendo los labios.
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Crybaby
FanfictionHace unos cinco años te lo hubieras creído: esa gilipollez de las campanas sonando en tu mente al mirar al amor de tu vida, las mariposas en el estómago, la certeza de que habías encontrado el otro extremo del hilo rojo que rodeaba tu dedo meñique...