Feel the moment all around you
And the quiet that surrounds you
The time you have is sacred
Don't wait around and waste it
They can't take that away from you
Everything is temporary
Even the sorrow that you carry
So tell me are you okay?
You say you are okay
I'm okay now I'm with you
Mientras escuchabas la canción, te separaste un par de pasos del lienzo para mirar la última pincelada blanca que habías añadido. Casi lo habías conseguido esta vez, incluso trabajando en esas condiciones...Giraste un poco más la ruleta del sonido, consiguiendo que incluso las ventanas del ático retumbasen por la guitarra, pero era misión imposible, porque por mucho que subieses el volumen, los berridos de la planta baja llegaban a tus oídos con total claridad. Estaba claro que, al menos por ese día, ya no ibas a pintar tranquila ni un segundo más.
Saliste de tu estudio y bajaste las escaleras hasta llegar al salón con la intención de buscar al responsable de aquellos gritos que no te dejaban trabajar, pero antes de que pudieses dar con él, unas pequeñas manos te agarraron las rodillas, parando tu caminar para mirarte con los ojos anegados en lágrimas.
—¡NOONA, HANA ES MALA! ¡ME ESTÁ PEGANDO! —gritó el pequeño, formando un mohín con los labios en un intento por no romper a llorar.
Te agachaste inmediatamente para alzarle entre tus brazos, intentando controlar la risa. Estabas un poco quemada con ese asunto a estas alturas, así que querías dejar claro el tema sin reírte por una vez.
—No me llames noona, Kookie. Soy mamá, ¿vale? O mami si lo prefieres... Pero noona no.
—Pero papi te llama así... —argumentó el pequeño, arrugando el ceño.
En ese momento, el culpable de que tu hijo hubiese adquirido la costumbre de llamarte con el honorífico de las narices, apareció desde el pasillo corriendo detrás de una pequeña figura a la que no lograba alcanzar por más que lo intentaba.
—¡Tú, Jungkook, esto es culpa tuya! —exclamaste enfadada. El moreno (que parecía a punto de desmayarse de un momento a otro por la carrera) te miró y se paró en seco en medio del salón, encorvándose y llevándose las manos a las costillas.
—¿Qué he hecho ahora?
—Tu hijo me llama noona —explicaste (otra vez), señalándole acusatoriamente con un dedo—. Llámame mami o algo así para que deje de llamarme noona de una vez.
—No te pienso llamar mami, me da mal rollo...
Tu hijo parecía encantado con la frase de su jodido padre, porque tras enganchar sus bracitos a tu cuello, soltó una risilla. Jungkook le miró y le guiñó un ojo antes de recibir un flechazo en la rodilla.
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Crybaby
FanfictionHace unos cinco años te lo hubieras creído: esa gilipollez de las campanas sonando en tu mente al mirar al amor de tu vida, las mariposas en el estómago, la certeza de que habías encontrado el otro extremo del hilo rojo que rodeaba tu dedo meñique...