—¿Chicas? ¿Dónde estáis? —preguntó Jungkook desde el salón mientras Heejin y tú controlabais la risa como podíais—. ¿Hola? Hana, ¿dónde estás? Deja de hacer la idiota.
—Shhh Hee, no hagas ruido —reprochaste a la rubia entre susurros.
—Lo siento, es que si me río mucho me entran ganas de hacer pis.
—Solo os digo que he traído una tarta de queso gigante y que como no salgáis de vuestro escondite me la pienso comer solo...
Las risas de tu amiga se cortaron en seco.
—Na... una tarta de queso... —murmuró la rubia con los ojos brillantes.
—Es un farol, Hee. Lo hace para que salgamos, no te lo creas...
—¡Joder, esta tarta está que te cagas! —exclamó Jungkook, sonando como si tuviese la boca llena—. Encima la mermelada es de arándanos, la favorita de Hana... qué lástima tener que comérmela yo solo.
—Naaaaa... —suplicó la rubia.
—Hee, es un conejo mezquino, no te rindas...
Pero tu amiga se había rendido hace tiempo, lo sabías perfectamente. A Heejin le había dado por el dulce en el embarazo, y por muchas broncas que le habían caído de su médico, no paraba de zampar galletas, bollitos, helados... todo lo que pillase.
La estrategia de Jungkook era rastrera como poco, pero efectiva, y no pudiste parar a la rubia cuando salió de vuestro escondite bajo el edredón para ir al salón. Para lo lenta que era por el embarazo no veas cómo corría cuando había comida en juego...
Te resignaste, soltando un bufido cuando escuchaste a Jungkook riendo victorioso a lo lejos.
—¡Na, que ha traído tarta de verdad! ¡Y se la estaba comiendo el muy sinvergüenza! —exclamó la rubia a grito pelado.
Te quedaste bajo el edredón, aceptando la derrota con los brazos cruzados. Sentiste un peso en el colchón e inmediatamente viste a Jungkook metiéndose bajo la manta. Su cabeza asomó de repente y te miró sonriendo con chulería.
—Te odio, eres un tramposo. Sabías que Hee iba a caer con eso...
Jungkook rió suavemente y se acercó más a ti hasta poner su cuerpo sobre el tuyo bajo la manta.
—¿No me vas a saludar, noona?
—No, hoy no te saludo. Quería darte un susto y no me has dejado.
—¿Pensabas que me iba a asustar cuando me asomase a la habitación y viese la figura de vuestros dos cuerpos escondidos debajo de la manta?
—P-puede... —murmuraste avergonzada por tu idea infantil.
—Ay, los morritos no... Mi corazón... —se quejó dramáticamente, llevándose una mano al pecho y poniendo una mueca de dolor falsa—. Me atacas con los morritos...
—Me alegro.
—¿Me quieres matar?
—No, pero quería asustarte.
—Vaaaaale —dijo pesadamente sin perder la sonrisa—. ¿Quieres que salga y vuelva a entrar?
—Ya sé que no te vas a asustar, ya no me vale...
—Venga pues dime otra cosa que me asuste, te juro que voy a fingir que estoy asustadí...
—Estoy embarazada —le cortaste completamente seria.
La expresión de Jungkook se congeló. No es que hubiera dejado de sonreír o que se hubiese puesto serio, es que literalmente parecía que se había quedado en pausa. Alzaste las cejas, con los ojos pegados a los suyos, y te cruzaste de brazos bajo su cuerpo.
ESTÁS LEYENDO
Crybaby
FanfictionHace unos cinco años te lo hubieras creído: esa gilipollez de las campanas sonando en tu mente al mirar al amor de tu vida, las mariposas en el estómago, la certeza de que habías encontrado el otro extremo del hilo rojo que rodeaba tu dedo meñique...