<VEINTISIETE>

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Mientras mirabas por la ventana del tren al tiempo que te comías un dulce que Jin te había ofrecido (casi obligado a comer de hecho), seguías intentando calcular la magnitud del desastre que habías provocado.

Que Heejin, Namjoon y Jimin hubiesen cogido otro tren no te daba buena espina, porque cambiaron los billetes esa misma mañana, y empezabas a pensar que tu amiga lo hizo para no estar en el mismo sitio que tú. A lo mejor estabas siendo muy tremendista y Heejin no estaba tan enfada contigo como creías. Aunque no te pareció eso cuando se pasó el día anterior esquivándote cada vez que intentabas hablar con ella.

Miraste al asiento vacío frente a ti que debería estar ocupando Jungkook y apoyaste el bollito en el envoltorio que reposaba sobre tus piernas.

El crío había decidido volverse con su hermano a Seúl, en avión.

Pudiera ser que tu egocentrismo te estuviese jugando una mala pasada, y simplemente esos hechos fueran pequeñas casualidades aisladas que nada tenían que ver una con la otra... O puede que no y simplemente Hee y Jungkook no quisieran verte el pelo nunca más...

—Na, ¿no tienes más hambre? —preguntó Hoseok, mirándote preocupado. Al momento que negaste con la cabeza Jin también te miró.

—Oye, no sé qué os pasa conmigo, pero parad ya de una puta vez —murmuraste desganada—. Me haceis sentir como una mierda tan preocupados de repente...

—No les culpes Hana —contestó Taehyung, el cual parecía muy ocupado en dibujar hace unos segundos—. Eres tú la que está haciendo las cosas mal, como tus amigos, entenderás que nos preocupemos por ti.

—¿Qué yo estoy haciendo las cosas mal? —preguntaste ofendida. Taehyung asintió muy lentamente, dejando el cuaderno en el asiento de Jungkook.

—N-no es que estés haciendo nada mal, Na. Es solo que no entendemos qué te pasa últimamente...

—Y eso os ha dejado chocados, ¿verdad? —cuestionaste cada vez más enfadada—. Todos os creíais que me conocéis y ahora es cuando os dais cuenta de que no teneis ni puta idea de como soy.

Jin frunció el ceño y Hoseok abrió la boca, impactado. Ambas reacciones te daban a entender que les habían dolido tus palabras, y te encogiste sobre ti misma al comprenderlo.

—Hana, ya es hora de que lo digas... —susurró Taehyung con la voz más grave que jamás le hubieses escuchado usar.

—¿Decir el qué? —preguntó Jin pasando de tu rostro al de Tae sin parar.

Agachaste la cabeza, negando levemente y Hoseok agarró tu mano con delicadeza, acariciándola en un suave vaivén.

—¿Esto tiene que ver con que llorases en la estación el otro día? —preguntó el moreno.

—¿Estuviste llorando? —cuestionó Taehyung, inclinándose en el asiento. Asentiste débilmente—. Hana, esto es peor de lo que me temía...

—¿Qué? ¿Qué es peor? ¿Me va a contar alguien qué coño está pasando? —preguntó Jin cada vez más nervioso.

—Na... a pesar de lo que te dije, ¿lo hiciste, no? —preguntó Hoseok con suavidad.

En ese momento, la promesa que le hiciste a tu amigo de no acostarte con Jungkook si no sentías más que atracción por él, vino a tu mente... Si le hubieras hecho caso, si ese día no lo hubieras hecho con Jungkook, a lo mejor no estarías metida en este lío... y el pensamiento te hizo arrugar los labios controlando las ganas de llorar.

—Sí —musitaste.

Al contrario de lo que pensabas, Hoseok no parecía enfadado ni por la labor de echarte ninguna bronca, simplemente te abrazó mientras Jin preguntaba en bucle qué estaba pasando.

CrybabyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora