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La joven caminó hacia el establo de su padre, donde su joven corcel aguardaba cómodamente.

—¡Esmeralda! —dijo la joven con emoción— hoy saldremos a dar un paseo —la joven escuchó el relincho del caballo y con una sonrisa llegó hasta el corcel.

La joven le colocó la silla de montar e incluso cepilló un poco la melena del animal, cuando el sol comenzaba a ser más intenso la joven salió sujetando la cuerda del caballo encontrándose con el muchacho de cabellos dorados.

—¿Estás lista? —.

—Claro —la joven subió a su caballo sin mucho esfuerzo—.

—Entonces vamos —.

Ambos jóvenes avanzaron y dieron un extenso recorrido por el pueblo.








(...)








Los jóvenes pararon cerca de un río para poder descansar del sol y que los caballos debieran algo de agua.

La joven bajó del caballo, yéndose a sentar debajo del gran árbol que le brindaba sombra.

—Hace demasiado calor —la joven subió sus mangas—.

—Lo hace, estoy sudando demasiado —el joven limpió su frente con su mano—.

—Yo también —la muchacha se acercó al riachuelo y con sus manos se echó un poco de agua a la cara— por dios, necesitaba esto... —.

El joven repitió su acción, posteriormente le echaría un poco de agua a la joven.

—No creo que quieras jugar —la muchacha rió devolviéndole el gesto con un poco de agua—.

Ambos jugaron un poco con el agua hasta el muchacho le aventó agua dejándola empapada del frente de su vestido.

—Oh no —la joven aventó al muchacho al riachuelo, y el mismo fingió ahogarse— oh, por dios, Jasper, Jasper —la joven se lanzó al río a tratar de sacar al joven, hasta que el muchacho salió empapando totalmente a la joven— ¡Jasper! —.

El muchacho recibió un pequeño y suave golpe en el hombro por parte de la joven.

—No quise asustarte —el joven rió — lo siento—.

—Está bien —la muchacha miró al joven a los ojos—.

—Julieta... —el muchacho tomó de los hombros a la joven—.

Ambos se miraron en el silencio hasta que el muchacho estampó sus labios contra los de la joven, quien le siguió el beso al muchacho.

Al separarse la joven, con un leve sonrojo en sus mejillas sonrió dándole un suave golpe de nuevo al hombro del joven.

—Vayámonos ahora, mi madre me matará cuando se entere que me fui a montar con un mayor del ejército... —.

—Julieta... —el joven tomó el antebrazo de la joven— me gustas —.

—Jasper —la joven sonrió felizmente— hablemos de esto en el camino —.








(...)








—¿Qué edad tienes tú? —la muchacha miró al joven sujetando fuertemente la rienda del caballo— debes tener al menos los veinticinco.

—En realidad tengo veinte... Engañé al ejército sobre mi edad, me uní cuando tenía diecisiete... —.

—¿Así que básicamente eres cuatro años mayor que yo? —la muchacha miró al joven asentir—.

—Supongo que así es... —.

GHOSTIN - Jasper Hale.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora