Los orbes escarlatas de Andrómeda observaron el bosque cubierto de una gruesa capa de nieve, corriendo junto al híbrido y los vampiros, sintió miedo de enfrentarse a los Vulturi. Finalmente había decidido acompañarlos a luchar, si al final tenía que redimirse, pelear por una niña que compartía una parte de su condición era lo mejor que hubiera podido hacer. A lo largo de su vida pocas personas le habían considerado una buena persona, sí, había cometido errores, había hecho cosas que nadie debería perdonar, pero al final del día, era una sobreviviente.
En su cabeza, reprodujo su conversación con los vampiros y el híbrido durante su camino a Forks.
—¿Realmente quieres ayudar a estos vampiros? —Nahuel le cuestionó.
—Su causa es muy noble, la más noble que he visto. Es de valientes pelear y velar por tu familia, aún cuando eso te pueda llevar a la muerte. —ella respondió.
—Probablemente porque tú jamás lo has hecho. —el híbrido replicó.
—No soy esa clase de persona a la que todos consideran como buena.
Jasper pudo sentir el resentimiento y tristeza emanar de la híbrida.
—Nací en una familia de seis hijos, yo era la número seis. Mi familia era prestigiosa, me obligaron a ser como ellos, ¿cómo aprendes y conoces el amor cuando vives y creces en un lugar que carece de ello? —el moreno se quedó callado—. Tenía tres hermanas, dos hermanos, y yo finalmente. Una de mis hermanas se volvió loca, la otra se casó a la fuerza y la otra desapareció. Uno de mis hermanos fue quemado en la hoguera y el menor fue asesinado, yo terminé siendo yo.
—Eso no justifica tus crímenes. —Nahuel replicó.
—Por supuesto que no. —miró de reojo a Jasper— Sí, soy un monstruo, cometí errores, maté a inocentes, me manché las manos de sangre que no lo merecía, hago cosas horribles todos los días, pero al final del día, Nahuel, tú sigues siendo tú, jamás podrías soportar un día en mi condición, no sin tener que ser vigilado.
El silencio reinó y finalmente dejaron aquél tema por la paz.
Andrómeda volvió a su realidad, finalmente aparecieron en el enorme claro cubierto de nieve, un montón de virtuosos vampiros se protegían a sí mismos en sus pensamientos de aquellos vampiros de capas negras.
—¡Alice! ¡Mi querida Alice! —el primer rey de los vampiros exclamó entusiasmado.
Andrómeda cayó en cuenta, aquella batalla, un clan entero incluso con licántropos y demás testigos, dispuestos a morir por una sola vida, ella quiso lanzar un comentario sobre aquello, pero se contuvo.
—Tengo evidencia de que la niña no será ningún peligro. —la duendecilla exclamó.
Andrómeda conocía perfectamente a cada uno de los vampiros que yacían en aquella guardia vampírica. Había pertenecido alguna vez a ella, sedienta de poder pero sin encontrar lo que buscaba. Ningún Vulturi desearía enfrentarse a la pobre criatura extraña que era ella, pues, si bien un vampiro no sería peligroso, una bruja, podría terminar con todos ellos sin siquiera pensarlo. Claro que ella no tenía intenciones de luchar contra aquellos vampiros por algo sin sentido.
Aro tomó la mano de Alice, visualizando aquellas contundentes pruebas por fin. Hasta que la dejó ir.
—Ese es tu destino. —Alice anunció.
Andrómeda entendió el don de aquella vampira, la premonición.
—Hermanos míos, aquí no hay nada malo, no habrá pelea hoy.
Aro anunció, hasta que el tercer rey, Caius, exclamó.
—No es posible.
—Hay más testigos. —Alice replicó.
—Ya hay suficientes testigos —Caius fue callado por Aro.
Y finalmente, Nahuel, su tía y Andrómeda pasaron frente a los vampiros.
—Andrómeda... Es un placer encontrarte aquí —Aro exclamó observando ansioso a la híbrida.
—Me gustaría decir lo mismo, Aro, pero me es imposible. —los testigos del clan olímpico no pudieron entender cómo es que los Vulturi conocían a esa extraña mujer— creo que conoces mi condición y que es cuando menos, poco peligrosa sin mis dones, por ello es que el siguiente testigo, un híbrido de vampiro y humano te explicará todo lo que quieras saber.
Nahuel respondió todas las preguntas del primer rey, sentenciando la inocencia de aquella criatura.
—Aún así, nuestro secreto podría quedar al descubierto. —intervino Caius.
—Hay una forma de que eso no suceda —Andrómeda abogó— considero correcto dejar que las cosas en cuanto a la niña tomen su propio curso, siempre y cuando, su familia no la exponga.
—¿Y cómo ellos podrían asegurar eso? —Aro replicó—.
—Según tengo entendido su estilo de vida no es tan distinto al de cualquiera de la especie vampírica, yendo de un lado a otro, será difícil que descubran a nuestra raza. —Andrómeda replicó con firmeza— Aro, creo que sabes perfectamente que aquí no hay peligro, lo mejor sería que dejes al clan en paz y en libertad.
Aro miró temeroso las escarlatas de la híbrida, asintiendo, respondió.
—Estás en lo correcto, Andrómeda. Entonces, hermanos míos, lo mejor será retirarnos, no habrá pelea hoy.
Ordenó, la guardia poco a poco desapareció, marcando la victoria evidente del clan olímpico.
Andrómeda pudo ver a lo lejos, entre los árboles, a una joven de cabellos castaños y piel pálida sonriente. En un abrir y cerrar de ojos desapareció.
La híbrida se dio la vuelta, encontrándose a Jasper y a Alice.
—Gracias por ayudarnos, no sabíamos que conocías a los Vulturi.
La dulce voz de Alice llenó de calidez el muerto corazón de Andrómeda.
—Olvidé mencionarlo supongo.
Algo la hizo voltear de nuevo al bosque, volvió a mirar a la misma chica.
—Jasper. —Andrómeda pronunció— ¿Conocías a una bruja?
El rubio miel tragó duro.
—¿Por qué?
Andrómeda miró al vampiro con amabilidad.
—Creo que alguien te espera entre los árboles.
Jasper observó al inicio del bosque, allí, entre el montón de árboles, observó a Abbey, esperándolo.

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GHOSTIN - Jasper Hale.
Fanfiction"Cada lágrima es un desfile de lluvia del infierno, has sido tan comprensivo, has sido tan bueno". . . . . . . . . . . . . . . Historia hecha sólo por diversión. Historia mía, basada en la Saga novelística y cinematográfica: "Twilight" y/o "Crepúscu...