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—¿Qué es eso que te tiene tan concentrado en tus pensamientos? —la bruja se había percatado de que Jasper sólo miraba hacia el techo.

—Tú.

Abbey no pudo evitar sentir su cuerpo estallar en un extraño sentimiento de alegría.

—¿Por qué?

—Porque estoy deseándote... Cuando esa noche me dijiste que querías probarme... Algo en mí se dio cuenta de que quería lo mismo.

El rubio no se molestó ni un segundo en pensarlo dos veces, directamente se atrevió a besar los labios de la bruja, quien rápidamente correspondió.
Sus labios se encontraron en un vaivén totalmente exquisito para la pareja, las manos de la castaña fueron a parar a la cabellera miel del vampiro, en donde se enredaron sujetándose suavemente; mientras que las palmas del rubio terminaron envueltas en la cintura de la muchacha, sacándole un escalofrío a la misma debido al frío toque.
Cuando ambos decidieron separándose, el vampiro terminó paseando sus labios por el cuello de la bruja, quien no pudo evitar estremecerse entre los brazos del rubio ante el gélido pero placentero toque.

La castaña dejó caer sus manos hasta las sábanas, justo cuando las frías manos recorrieron suavemente las caderas de la joven, hasta que el toque cálido de la muchacha decidieron subir hasta el pecho del rubio, desabotonando sin prisa cada uno de los pequeños botones de la camisa del vampiro.
El rubio miel le tomó entonces de la cintura dejándole sobre él en un abrir y cerrar de ojos.

Abbey no se molestó ni un momento en cuestionarse nada, quitándose su camiseta y dejándola en algún lugar del suelo, para luego volver a besar al vampiro, sus caderas blancas sintieron el frío tacto del rubio miel.
No obstante, la puerta de la bruja sonó de repente, alarmando a la pareja, Jasper rápidamente se escondió entre las sombras de la habitación mientras que Abbey se cubría rápidamente con sus cobijas.

—Oye Abbey... Papá trajo comida china para cenar... —el muchacho abrió la puerta, deteniéndose un segundo, la bruja y el vampiro pudieron observar como el muchacho arrugaba la nariz un momento— ¿Huele a colonia de hombre? —.

—¿Qué?

—Abbey, te he dicho que ya le regreses las chamarras y eso a tu novio, tu cuarto se está apestando a colonia de hombre, ya no sé si es el cuarto de mi hermana o el cuarto del novio de mi hermana —el muchacho encendió la luz de la habitación, haciendo que Jasper se ocultara detrás de la puerta.

—De acuerdo...

—Como sea, te espero abajo, no tardes, de otra forma me comeré todo el cerdo agridulce.

—Sí, sí, ya voy...

—Bien, y por último, dile a tu novio el come Bambi que deje de ocultarse detrás de la puerta, no soy tonto.

Abbey palideció de repente, sintiendo la sangre subir a sus mejillas.

—Bueno, me voy, y tendrás que llegar antes que yo para evitar que le diga a papá... —el muchacho cerró la puerta alejándose de la habitación.












[…]












—¿Has vuelto con el hijo del doctor Cullen? —el padre de Abbey le miró mientras se echaba un trozo de cerdo agridulce a la boca—.

—Sí.

—No entiendo a los adolescentes de hoy en día, en mis tiempos una vez que terminabas con tu pareja nunca más siquiera se veían ni en pintura.

—Bueno, con razón, ya estás viejo —se burló el muchacho—.

—Robert...

—Bien, me callo, pero sólo digo que es algo que totalmente me resulta algo ridículo... No voy a negar que Casper o como se llame ya no me cae tan bien como antes.

—Jasper.

—Eso —el muchacho le dio un sorbo a su vaso de refresco.

—De todos modos debemos respetar la decisión de tu hermana, supongo —el hombre le restó importancia al asunto, estaba seguro de que su hija sabía lo que hacía, siempre le había resultado mucho más acertiva que su hijo.

—Bueno, si lo planteas de esa manera es obvio.

—No sé de qué te quejas, si hace unos días hasta se te caía la saliva de la boca cuando viste a Alice. —el muchacho le miró con cierto recelo—.

—No es cierto.

—Sí es cierto.

—Papá.

—No sé, a mí no me vean.

—Te gusta, yo lo sé, todos lo sabemos.

—¿Qué? No... Creo.

El teléfono del joven sonó indicando  un nuevo mensaje de texto en la bandeja de mensajería.

—¿Quién es? —Abbey tomó rápidamente el teléfono de su hermano— ay, es un mensaje de Alice.

—Léelo en voz alta —su padre se estaba aguantando la risa—.

—Nos vemos entonces mañana, te quiero —padre e hija se echaron a reír a carcajadas—.

—¿Ah sí? ¿Pues qué crees, papá? Hace unos momentos —.

—No, cállate Robert —Abbey entró en pánico.

—¿Qué sucede?

—Jasper estaba —Abbey le tapó la boca a su hermano, quien no dudó ni un segundo en pasar su lengua por la palma de la bruja logrando que la quitara en seguida— ¡Jasper estaba oculto detrás de la puerta en la habitación de Abbey!

—¿Qué? —el semblante del mayor pasó de ser uno divertido a uno serio.

—¡No es cierto! ¡Lo que te diga no es cierto!

—¡Claro que sí!

—¿Por qué le dijiste?

—Te lo advertí.

—Como sea, ambos, dejen de discutir... —ambos hermanos callaron en seguida— ¿Qué carajos hacía tu novio aquí?

—En mi defensa tenemos un vampiro rondando por el pueblo y probablemente quiera asesinarnos.

Abbey habló demasiado rápido, aunque su padre pudo entenderlo perfectamente.

—¿Qué?

—Jay te lo advirtió.

—Deja de meter a Jay en esto, ni siquiera está aquí ahora.

—¿Disculpa? —Jay apareció sentado al lado del patriarca—.

—No me jodas.

—Como sea, si tienen un vampiro asesino rondando por aquí será mejor que lo erradiquen antes de que alguien más venga a arreglarlo.

—A veces me cuestiono si de verdad son mis hijos...

—Pero así nos amas.

—¿Tengo otra opción?

—Buen punto.

—Como sea, hagan lo que tengan que hacer... Pero a la primera vez que alguno de ustedes salga lastimado, se acabó, me están ofreciendo trabajo en Virginia, así que eso significa que si algo les sucede nos iremos allá sin excusas.

—¿Qué?

—He dicho. —el hombre se levantó de su asiento— lava los platos cuando terminen, Robert —el hombre se alejó entonces para subir las escaleras y encerrarse en su habitación.















(…)














“Cariño, no eres bueno para mí, pero te quiero”.













GHOSTIN - Jasper Hale.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora