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—¿Supiste que Edward Cullen se encontró con Bella en Port Ángeles? Jessica está que se la lleva... —.

—¿De verdad? Supongo que debe ser suerte... Él andaba muy entretenido con ello —.

Pero es que eso no es lo único, creo que la iba a llevar a casa, eso me dijo Jessica cuando le pregunté más detalles —.

—Bella tiene suerte —.

—La tiene.









(...)









—¿Por qué estás tan temprano en casa, papá? —la castaña miró a su padre entrar a la sala de estar—.

—Estuve con el doctor Cullen haciendo una autopsia... Asesinaron a un amigo de Charlie, el Sheriff.

—¿El señor agradable de los botes? —.

—Sí, él... —.

—Oh —.

—Espero que tengas cuidado cuando conduzcas sola... Hay más animales salvajes de lo común... Rondando por el bosque y por la carretera... —.

—Tendré cuidado... —.

—¿Tu hermano ya llegó? —.

—Sí, pero fue a jugar videojuegos con el hermano de Ángela —.

—Ya veo... —.









(...)









El teléfono de Abbey sonó con gran insistencia, y cuando esta contestó, la voz de Isabella Swan le sacó de sus quinto sueño.

—Abbey, lamento despertarte, pero tengo que decirte esto, estuve investigando... Y creo... Que los Cullen son vampiros —la castaña se quedó en silencio, no sabía cómo los había descubierto— ¿Abbey? ¿Estás allí? —.

—Ah, sí, sí, lamento no responder, estoy un poco dormida... ¿Cómo llegaste a ese resultado? —.

—¿Recuerdas lo del accidente de la camioneta? No sé cómo es que Edward llegó tan rápido... —.

—¿Qué? —.

—Sí, tampoco me lo explico, además, si piel es fría... Y ¿Cómo detuvo la camioneta? Tiene una fuerza inexplicable... Es muy pálido, como si estuviese muerto... Es extremadamente... Atractivo al igual que todos sus hermanos... Y me dijo... Que puede leer las mentes. —.

Abbey estampó la palma de su mano contra su frente.

—Hablemos de esto mañana, Bella —.

















(...)

















—¿Le dijiste que lees mentes? —.

—Tal vez lo hice —Edward lucía apenado con la castaña—.

—Es que hay que ser... Bien, escucha, ándate de novio o lo que sea, pero hazte responsable... Y si le haces algo que la dañe, no físicamente... Si le rompes el corazón, voy a matarte, ¿De acuerdo Edward Cullen? —.

—Como digas...—el cobrizo rodó los ojos—.

—Bien, ahora ve y enfrenta las consecuencias como una persona responsable.

—Ajá... —.

Abbey miró a Edward irse junto a Bella en la vieja pickup de la humana.

—¿Nos toca llevarnos el maravilloso Volvo plateado de Edward? —.

—Supongo —Jasper subió al auto junto a Abbey, quien estaba algo ansiosa por su deseo—.

"¿Qué te tiene ansiosa? —preguntó Jasper con curiosidad—.

—Tengo una pregunta... ¿Qué crees que suceda si pedimos un deseo con los collares que tenemos o con el collar que te dió la bruja? —.

—No lo sé, pero no sé si sea bueno...  ¿Por qué? ¿Pasa algo? —.

—No realmente, sólo tenía esa duda.

—De acuerdo... —.

Abbey se dedicó a pensar las posibles formas de evitar ir hacia el bosque a buscar de nuevo el lugar de los fantasmas.

—Por cierto, me preguntaba... cuándo podríamos... —.

—¿Ir a buscar de nuevo el lugar de los fantasmas? —.

—No precisamente —un suspiro de alivio salió de los labios de la castaña—.

—¿Entonces? —.

—A conocer a mis padres... adoptivos —la castaña se atragantó con su propia saliva haciendo que el rubio parara a la orilla de la carretera— ¿estás bien? —Abbey asintió golpeando su pecho con su mano izquierda— Supongo que no debí decirlo tan apresurado... —.

—Está bien... Sólo que me tomaste por sorpresa —.

—¿Entonces iremos? —.

—Sí, iremos cuando quieras, no tengo, honestamente, nada mejor que hacer... Y conocer a tus padres... Es... Humm... —.

—Serio, ¿eso quieres decir? —.

—No como tal, simplemente que es otro nivel, ¿entiendes? nunca me ha pasado eso... —.

—Ah —.

—Vayamos este fin de semana, ¿de acuerdo? ese día nadie va a estar en casa, así que estará bien —.

—De acuerdo—.















(...)

















Abbey abrazó al rubio miel fuertemente.

—¿Seguirás queriendo que me quede todas las noches contigo? —.

—Sí —dijo con la voz calmada—.

—Espero que pronto todo sea como antes... —.

—¿A qué te refieres? —.

—Como cuando no teníamos que preocuparnos por esto... Cuando podíamos ser felices sin necesidad de buscar día y noche ese lugar para salvar tu alma... Por un error que yo cometí —.

—Supongo que es así... —.

—Abbey —el rubio miel acarició la mejilla de la castaña—.

—¿Si? —.

—Cuando estés a salvo... Casémonos... —.

—¿Qué? —.

—Quiero casarme contigo... —.

—Lo pensaremos después... No podemos... Asegurar... Cuándo exactamente esté a salvo —.

Un extraño sentimiento de lejanía inundó al rubio miel, desconoció aquello, ¿Qué sucedió con la Julieta que conocía? ¿Realmente es ella? ¿Realmente es la persona de la que me enamoré?; pensó.

—De acuerdo —aquella voz sonó confundida—.

—Lamento si no es la respuesta que querías escuchar... Pero debes entenderme... —.

—Lo hago —interrumpió— no estamos seguros de nada —.

—Está bien... —Abbey simplemente decidió voltearse hacia la pared— buenas noches... supongo... —.

—Buenas noches... —dijo el rubio miel—.

La castaña dejó caer sus lágrimas silenciosamente, sin ningún chillido, con su respiración tranquila, pero con el corazón rompiéndose; ¿Realmente tengo que sufrir para amar? ¡Este era el precio de enamorarme de él? ¿De verdad me ama a mí?; se cuestionó toda la noche hasta quedarse dormida, ambos pensaron en sus sentimientos, en si de verdad estaban siendo honestos con ellos mismos y con el contrario.























"creo que necesito un minuto
Para descubrir qué es".

GHOSTIN - Jasper Hale.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora