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—Buenos días, Robert —Abbey saludó a su hermano cuando entró a la cocina—.

—Buenos días, alguien vino por ti —al muchacho tomó de un sorbo toda su tasa de café— te están esperando, ve —.

—Ah, claro —.

Abbey tomó su mochila.

—Nos vemos más tarde entonces —.

—Claro —.








(...)








—¿Jasper? —Abbey miró expectante al rubio miel—.

—Bueno, pensé un poco en si debería venir, pero ya que lo mencionó ayer la bruja que nos encontramos en el bosque, comencemos a salir —el rubio miró a la muchacha desde su motocicleta—.

—De acuerdo —.

Abbey subió a la motocicleta junto al rubio, quien le sonrió.

—No seas tímida —el rubio miel posó las manos de la castaña alrededor de su cintura— voy a ir muy rápido, no creo que quieras salir volando —.

—Como sea, vamos —.








(...)








Los alumnos de la preparatoria miraron con gran curiosidad llegar a Abbey y a Jasper en la motocicleta del muchacho.

Cuando ambos bajaron, el rubio miel tomó la mano de la muchacha con una sonrisa en los labios.

—Igualmente nos vamos a ir al infierno —dijo Abbey caminando junto al Hale—.

Los Cullen miraron atónitos aquella acción y aquellas palabras de la castaña.
Tendrían una charla muy larga cuando regresarán a casa.








(...)








Ambos jóvenes estaban sentados en los jardines de la escuela, donde muy pocos estudiantes se encontraban por el clima frío.

—¿Por qué salir de repente? —.

—Me gustas —se sinceró el vampiro— creo que esa razón es suficiente, ¿No? —.

—No lo sé, nunca he estado en una relación, me he enamorado, pero no he estado al menos en esta vida... En una relación así —.

—Ya veo... —.

—Pero creo que es así... —Abbey tembló un poco por el frío— maldita sea, debí traer otra chaqueta —.

El vampiro se quitó su chamarra  y se la colocó a la castaña, quien lo miró con un leve rubor en las mejillas.

—Gracias, pero ¿Tú no te vas a congelar también? —.

—No realmente, si lo notaste mi temperatura es más baja que la de cualquier humano, resisto bien el frío —.

—Bueno, aún así, gracias... Me siento más calientita —la castaña sonrió dándole un abrazo al vampiro, quien sonrió inconscientemente—.

El sonido de la campana los interrumpió.

—Bueno, vamos, se nos va a hacer tarde —Abbey se puso de pie con la ayuda del rubio miel—.

—Espera —dijo el muchacho cuando la castaña empezó a caminar—.

—¿Sucede algo? —.

El rubio miel se acercó un poco a la joven quien con el corazón latiendo a mil supo lo que iba a pasar; el rubio miel juntó sus labios con los de la castaña suavemente en un casto beso.

GHOSTIN - Jasper Hale.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora