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Abbey caminó hacia su armario por la mañana, tomó unos jeans, una camiseta y una chaqueta, fue directamente a su baño a tomar una ducha para posteriormente vestirse y bajar al comedor.

—Buenos días Robert —el muchacho le sonrió a su hermana—.

—Buenos días, tonta —.

—¿Por qué tan agresivo? —.

—Sólo dormí dos horas, y ya, no he podido dormir más, y tengo que irme a Seattle en un par de horas.

—Tienes examen de coctelería, cierto.

—Exactamente, no sé si tomar café o leche, o qué carajos hacer con mi vida.

—Suele pasar, bienvenido al mundo del insomnio.

—Gracias.

El muchacho se sirvió una taza de café, para luego darle un sorbo.

—Adivina quién vino a recogerte hoy...  —la muchacha sonrió inconscientemente al recordar a Jasper— tu novio el híbrido.

—¿Ah? —.

—Choi vino a recogerte... Creí que te había dejado de gustar, tiene veinticuatro.

—¿Y? —.

—Yo tengo veintidós... Es raro.

—Jasper tenía más de un siglo que yo.

—Pero él se veía de mi edad al menos... Y era mucho más amable conmigo cuando venía a recogerte, Choi parece un fanfarrón en su auto.

—Lo dices porque no tienes uno —.

—No me da buena espina, sólo es eso, y espera a que Jay lo vea, él definitivamente no va a aprobar nada que venga de él.

—Ajá.

—Como sea, ¿Irán a una cita? —.

—Eso creo.

—Bueno, entonces... Te veo más tarde, supongo.

—Claro... —.











(...)











Alice dejó caer el jarrón con rosas que tenía entre sus manos, el rubio miel la miró preocupado.

—¿Qué sucede? —.

—Bella y Abbey... —.

—¿Qué? ¿Qué sucede? —.

—Están en peligro.












(...)











—He estado pensando en que podríamos hacer otra actividad hoy.

—¿Cómo qué? —.

—¿Te apetece un paseo por la reservación? —.

—Claro.











(...)











—¿Todavía recuerdas eso? —la castaña sonrió apenada—.

—Claro, si tuve que llevarte cargando hasta donde Billy porque te habías quedado dormida en la casa de campaña que Embry había armado.

—Siempre tuve la habilidad de poder dormir donde deseara.

—Lo sé.

La muchacha le miró con una sonrisa.

—Por cierto —mencionó el muchacho— he estado pensando... Uh, llevamos un par de semanas... Saliendo... En este plan... Y me gustaría preguntarte esto enserio.

La castaña se sentó en un tronco cerca del bosque.

—¿Te gustaría salir... En serio conmigo? —.

—¿En una relación? —la muchacha le miró—.

—Sí.

—Ah... Mira... —el muchacho se sentó a su lado.

La muchacha miró sus orbes negros.

—Sé que soy bastante mayor... Pero has salido con un fósil como el vampiro ese... ¿Eso es importante? —el muchacho se acercó peligrosamente a la joven—.

—No me refiero a eso... Quiero decir... —la muchacha se sintió intimidada— No sé... Si podría salir contigo... —.

—¿Por qué? ¿Qué tiene él que no tenga yo? —el muchacho tomó a la joven de la cintura sentándole en su regazo, la joven tragó saliva—.

—No, no lo sé... —.

—Yo puedo darte mucho más... Y lo has visto... —el muchacho se acercó apenas unos centímetros a los labios de la joven— Yo puedo ser ese chico que quieres... Puedo ser todo lo que quieras... —el joven rozó sus labios contra los de la muchacha, y los estampó finalmente en un beso desesperado—.

La joven se apartó rápidamente dándole una bofetada al muchacho.

—¡¿Qué te sucede?! —gritó el joven—.

—¿Qué carajos te sucede a ti? ¿Qué intentabas hacer? —la muchacha sonó asustada—.

—¿No es esto lo que querías? Cuando me dijiste que querías salir conmigo... ¡Me mentiste! —.

—Malinterpretaste las cosas... No quería llegar aquí, accedí a todo lo que me pediste, todas las salidas, incluso cuando besabas mi mejilla; creí que era correcto porque había aceptado tener citas contigo... —.

El muchacho se le acercó peligrosamente.

—Tú elegiste esto. —el joven le tomó de las muñecas—.

—¡Suéltame! —.

—Nadie va a escucharte —.

La joven se logró zafar del muchacho, entonces, sin pensarlo, comenzó a correr en dirección al bosque, esperaba perderse de la vista del joven, pero sólo escuchó el aullido retorcido de un lobo.

Abbey corrió con todas sus fuerzas, pero parecía inútil, él la alcanzaría pronto.

Entre la maleza logró escabullirse, aunque podía observar al lobo acechándole. Y aunque algunas espinas de las ramas le cortaron la piel, no se detuvo, el dolor no estaba comparado con la desesperación que sentía en ese momento.
Pareció olvidar lo demás que le rodeaba, simplemente estaba escapando probablemente de su propia muerte.
Tropezó con un tronco, y se levantó rápidamente sin conocer aquél milagro de la energía que le había poseído. Tal vez un milagro o la fe de salir viva de allí le habían hecho ganar fuerza en ese momento de desesperación.

La muchacha escuchó el gruñido del lobo a unos metros de donde estaba, hasta encontrarse con un acantilado, donde terminaba su camino.

Miró al lobo frente a ella, para luego acercarse peligrosamente.

Sólo había una decisión que tomar allí, miró una chaqueta y un teléfono celular allí y los reconoció al instante.
Sin pensarlo se lanzó al mar.
Abbey calló en las profundidades y tratando de guardar la calma, su sueño de la noche anterior se estaba haciendo realidad.

Trató de mirar al frente, el agua helada le estaba congelando los huesos; entonces se encontró con aquella cabellera escarlata.
Sintió el frío tacto pero no sintió ninguna mordida, sus ojos se cerraron con fuerza y el oxígeno comenzó a faltarle, simplemente fue arrastrada a la superficie, al menos lo suficiente para ser vista por el cambiaformas de apellido Black.























(...)


























“Me mirabas a través de la ventana, llevabas observándome por un rato; toma a tu dama por los pies, si ella grita, no la dejes ir. Tu madre dijo que eligieras a la mejor”.



































GHOSTIN - Jasper Hale.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora