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El chillido de un bebé resonó por toda la residencia Cullen, varios asuntos mantenían totalmente ocupada a la mente de Edward, su esposa, su hija, los licántropos de la reservación, y Abbey. Esta última no había vuelto a aparecer desde que había hablado con él, comenzaba a creer que había alucinado totalmente. Hasta que después de todo, escuchó a los lobos acercarse.

—Son demasiados —escuchó decir  a Jasper.

—No vamos a poder con ellos —Alice observó a Edward.

—Tendremos que hacer algo.

—Luchar es la única opción —Jasper mencionó.

Entonces, se lanzaron a luchar, pronto los demás miembros del clan aparecieron para defender a su aquelarre, pero parecía que perderían, eran demasiados.

De pronto, los lobos cayeron sobre sus patas soltando un horrible chillido, entonces, frente a los ojos de los vampiros, la imagen de Abbey apareció,  tenía los ojos negros y nubes grises salían de sus manos para terminar en las cabezas de los lobos.

Jasper sintió que podría desmayarse —si eso fuera posible estaría inconsciente seguramente—, pero una luz de esperanza lo invadió.

Abbey se detuvo cuando Jacob apareció en su forma de lobo para confrontar a los demás. Y finalmente,  la sentencia que confirmó la imprimación de Jacob en Renesmee, llevó a los lobos a retirarse de aquél territorio.

—Abbey —Edward quedó frente al fantasma de la bruja.

—He traído información... Aunque supongo que también le debemos una explicación a los demás.

Los ojos de la bruja se cruzaron con los de Jasper, pero el vampiro no pudo sentir ninguna emoción emanar de la bruja. Y más tarde, Abbey se encontraba de nuevo en la residencia de los Cullen.

—Todo está justo como lo recuerdo... —la bruja se paseaba de un lado a otro.

—¿Cómo es posible? —Esme preguntó.

—No puedo verte en mis visiones —Alice replicó.

—No, no puedes —Abbey apareció al lado de la vampiresa— porque estoy muerta, ustedes no, ustedes están en un estado medio, no están ni totalmente vivos, ni totalmente muertos, yo sólo soy un fantasma.

Jasper sintió una vez más aquella tristeza que lo había rodeado por meses.

—La razón por la que pueden verme, es porque me permitieron alertarlos, darles información que a todos les servirá.

—¿Te permitieron? —Emmett preguntó.

—El otro lado, un lugar en donde criaturas como brujas, vampiros y demás se encuentran sin poder encontrar la paz... Yo no encontraré la paz hasta que cumpla alguna misión que me quedó pendiente...

—Pero Edward podía verte. —Jasper se atrevió a decir.

—Sí, porque yo lo hice mi ancla, el me vio y yo lo miré a los ojos.

Abbey quedó al lado de Edward.

—Como lector de mentes él podría ser mi mayor ayudante en esta misión.

—¿Eso significa que no te quedarás? —Rosalie miró a Abbey con ansiedad.

—No, no puedo.

—Vamos,  debe haber alguna manera... —Emmett quiso alegar, pero fue interrumpido.

—No es posible,  y aunque lo fuera, traer a un fantasma de regreso implicaría un peligro significativo para todos, nadie querría de vuelta a sus enemigos, si el velo que separa al otro lado y a esta realidad se cae, todos estarían perdidos, no puedes matar a un fantasma.

Emmett se quedó en silencio.

—De todas formas, la información que encontré sobre la niña,  es curiosa, logré contactar a una mujer que dio a luz al hijo de un vampiro, no me dio muchos detalles,  pero las demás respuestas podrían estar en las tierras Tikuna de Brasil.

—Eso significa que hay alguien más como Renesmee. —afirmó Carlisle.

—Cuatro o cinco más, mitad vampiro mitad humano. —Abbey replicó— busqué información con brujas, vampiros y demás,  una bruja mencionó ese dato, dijo que una leyenda de su tribu lo mencionaba.

—Entonces, ¿esto es todo? —Alice cuestionó.

—No lo sé,  tal vez, cuando salga de esa puerta, encuentre la paz,  o tal vez no.

Abbey miró a los Cullen.

—Deben prometer que no intentarán nada para devolverme a la vida.

Todos asintieron, excepto Jasper.

—Es peligroso para cualquiera, y sólo una bruja o hechicero poderoso podría arreglarlo. Además, no tengo intenciones de seguir en este mundo, me he resignado a encontrar la paz y aceptar mi condición. Ustedes también deberían hacerlo.

Finalmente, los vampiros decidieron dejar solos a Abbey y a Jasper, sabiendo que probablemente sería la ultima vez que se verían.

—Abbey...

—Jasper, no. —la bruja apareció frente a él— Sé lo que sientes, me he visto obligada a verte todos los días sufriendo por mi culpa.

Jasper sintió un nudo en su pecho, y juró que si pudiera llorar, estaría hecho un río de lágrimas.

—Abbey, te amo como jamás he amado a alguien... ¿Cómo podría ser indiferente a esto?

—Porque es lo que debes hacer, yo no estaba destinada a ti... —la bruja replicó— todo esto... Desde antes... Estábamos destinados a encontrarnos por ser lo que somos.

》Sí, lo recuerdo, la primera vez que te vi... Sentí que eras para mí,  sentí eso que dicen es el amor a primera vista, pero no era real.

—¿Cómo puedes decir eso? Todo lo que pasamos... ¿No fue real?

—Jasper, te amé,  te quise, pero yo no soy lo que necesitas... No te condenes a una eternidad de dolor por mi culpa, no necesitas nada de ese dolor.

Un escalofrío recorrió el cuerpo del vampiro cuando vio la mano traslúcida de Abbey posarse sobre su pecho.

—El dolor no es bueno para el corazón ni para el alma... —ella mencionó— Un día todo esto pasará,  pero debes ser feliz... No soy lo que necesitas, dolor tampoco es lo que deberías tener en tu corazón.

》Cuando la gente muere, no deberíamos recordar a esas personas con dolor... Deberíamos recordar con alegría,  porque incluso sin estar a nuestro lado, siempre estarán con nosotros, en nuestro corazón... Cuidándonos.

Jasper miró a Abbey, él pudo jurar sentir una lágrima caer por su mejilla.

—Por favor, sé feliz... Por mí,  por quién desees, pero no mantengas en tu corazón el dolor...

—¿Cómo se supone que seré feliz sin ti?

—De la misma forma en la que pudiste ser feliz sin mi la primera vez.

Jasper hubiera dado todo por haberla tenido de nuevo a su lado, pero ella no parecía estar dispuesta, parecía estar convencida de su propia verdad,  pero él no. Él no podía entenderlo, ¿Cómo podría dejarlo con tanta facilidad?

—Por favor, no te vayas.

—Lo siento Jasper... Es... Todo... Sólo... Dile a los demás que me fui... Me siento peor en las despedidas.

—¿Y tu familia? —el cuestionó por última vez.

—Son brujos,  en los sueños podré visitarlos... Tal vez.

Abbey se acercó a Jasper, y lo rodeó en un abrazó,  Jasper pudo sentir el calor de la bruja, el toque de la misma,  hasta que se separaron.

—Me iré entonces, te amo Jasper... No deseo que sufras por mí... Recuerda que siempre estaré aquí. —ella señaló el corazón.

—¿Algún día volveremos a vernos? —.

—Tal vez.

Ella le sonrió por última vez antes de alejarse y cruzar la puerta.

GHOSTIN - Jasper Hale.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora