Capitulo 16

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Los días pasaron rápido, para México tal vez demasiado. Había acordado verse con la persona que le rompió el corazón de muchas maneras, lo hizo sentir inseguro por mucho tiempo y ahora de la nada lo busca. 

-AAAAAAGGGGGHHHHH ¿Por qué no puedo convertirme en chango y mandar a la fregada todo?- Dijo apoyando su cabeza en el volante. Estaba en el estacionamiento del aeropuerto, había ido a buscar a su amigo ruso, tenía algunos minutos antes de que el avión aterrizara y unos cuantos más en lo que Rusia llegaba a la sala de espera. -¡Bueno ya! Olvídate de eso, ahorita tienes que concentrarte en la junta y en tu invitado. Vamos México, tu puedes, tu puedes...-

-No puedo, no puedo, no puedo- Rusia estaba recogiendo su equipaje, en una llamada con Alemania. El pánico se apoderó de su ser en el último momento. Era una escena graciosa, un chico grande, fuerte y guapo, temblando de nervios como si estuviera a punto de entrar a juicio.

-Calmate Rusia ¿Qué pasó con todo eso de "Vamos a por ellos juntos" eh?- Dijo Alemania al otro lado de la línea.

-Es que no lo entiendes, esta cita podría ser el comienzo de una hermosa historia de amor o el final de un patético intento adolescente- Dijo Rusia.

-Por favor, eres Rusia, muchas naciones quisieran salir contigo- Dijo el alemán mientras compraba algunas flores.

-TODA SU FAMILIA TIENE AL MUNDO ENTERO TRAS DE ELLOS ¿COMO PUEDO COMPETIR CON ESO?... O no... ¿Qué tal si solo soy otro más de la lista y solo me citó para rechazarme en persona mientras hay otras 20 naciones ahí esperando?-

-¿Realmente crees que México sea capaz de hacerte algo así?- Preguntó Alemania con un claro fastidio, deteniendo su andar.

-Claro que no, solo no quiero que piense que soy como cualquier pretendiente que podría tener, quiero que me vea como la persona más importante en su vida así como él lo es en mi vida, quiero que se dé cuenta de que nadie lo va a querer y admirar como yo lo hago- Dijo Rusia reuniendo valor para acercarse a la puerta que lo separaba de la sala de espera, ahí lo vio a la distancia. México estaba esperándolo, con esa camisa con los primeros 2 botones sueltos dejando ver parte de su pecho, las mangas arriba, esos jeans que remarcaban esas fuertes piernas... Rusia comenzaría a babear si lo seguía viendo.

-Rusia estoy seguro de que México en el fondo te quiere como tu a el, solo necesita que tu se lo hagas notar, ahora sal ahí y conquista a ese mexicano para que Chile me ame...- Eso último Alemania lo dijo sin pensar.

-¿Qué?- 

-Que para que Chile no te lo quite...- Dijo nervioso Alemania.

-Gracias amigo, por cierto ¿En dónde estás?- Preguntó Rusia.

-En Santiago, Chile, he venido a por mi amor- Dijo Alemania tocando la puerta de la casa del chileno.

Obviamente Chile no esperaba visitas así que estaba en ropa interior limpiando su casa. Cuando abrió la puerta se encontró con un ramo de flores en su cara y un alemán con los ojos cerrados, rojo y muy nervioso, lo normal.

-¡ALE! ¿Qué te trae a mi territorio? ¿Tomaste el vuelo equivocado?- Preguntó el chileno tomando las flores y poniéndolas a un lado de la puerta junto con los otros ramos que envió el mismo country frente a él.

Alemania apretaba fuerte sus ojos y puños reuniendo valor para hablar.

-Chile he venido a decirte algo muy importante...-

-Claro ¿Qué pasa weon?- Dijo Chile recargándose en el marco de la puerta. 

Alemania abrió lentamente los ojos, gran error, notó la poca vestimenta que tenía el chileno, dejando ver su cuerpo delgado pero atlético, recargado en la puerta de lo que, según Alemania, sería su futuro hogar. El alemán perdió el color de su bandera, para ser reemplazado por un rojo intenso, nervioso comenzó a temblar y a voltear a cualquier lado, sin éxito, pues no podía dejar de ver a Chile.

-Weon ¿Estai bien?- Preguntó Chile algo preocupado por el alemán.

Alemania no lo soportó más y se desmayó con una sonrisa boba en su rostro. Podría vivir el resto de su vida en un desierto con el Chileno con tal de verlo siempre así. Por otro lado Rusia, que aún estaba en la línea solo escuchaba a un alterado chileno intentando revivir a su amigo. 

-Bueno, espero que intente respiración boca a boca- Dijo entre pequeñas risas el ruso, echó un último vistazo a México, era todo lo que había pedido por años, la oportunidad de estar a solas con él para enamorarlo y demostrarle todo lo que sentía -Aquí parado nunca voy a lograrlo- Se dijo para salir y encontrarse con México.

El mexicano estaba viendo su celular cuando escuchó que lo llamaban.

-México- Gritó Rusia llamando la atención del chico. México volteó y se quedó viendo unos momentos a Rusia. Generalmente usa un enorme abrigo, pantalones sueltos y botas. Pero ahora usaba un short playero, una camisa de tirantes y unos huaraches. Nunca había notado lo bien trabajado que estaba y lo guapo que lucía sin tanta tela encima. En eso recordó las palabras de sus hijos, Rusia encajaba muy bien en esa descripción, tal vez... NO, no Méx, no puedes dejar que te rompan el corazón tan fácil, no de nuevo... Además seguro a el ya le gusta alguien.

-¿México?- Rusia estaba frente a él y no había respondido a su primer llamado, quizás no lo escuchó-

-¡POSTE! Perdóname jeje me quedé en la lela. ¡Que gusto verte!- Dijo México abrazando a Rusia y dándole palmadas en la espalda como buenos amigos.

-A-a mi también me alegra verte México- Rusia se sonrojó por el abrazo- Te vez muy bien, siempre te vez bien pero siempre que te veo de nuevo pienso que te haces más lindo...- México se separó del abrazo y golpeó amistosamente el hombro de Rusia.

-Ay tan temprano y ya andas de joto ¿Verdad compa? JAJA Ya te extrañaba, pero vamos, te ayudo con las maletas- México tomó una de las maletas de Rusia y caminó rumbo al estacionamiento ocultando lo roja que se puso su cara con lo dicho por el ruso.

Por otro lado Rusia solo sonrío al ver a México con la pesada maleta, le gustaba que fuera fuerte, amable y muy penoso. Sí, si vio el sonrojo de México. Habían comenzado bien.

Por otro lado USA miraba la escena desde una tienda en el aeropuerto, le dio risa la reacción de México, siempre fue de esconder su vulnerabilidad de los demás, después de todo era uno de los países más conocidos en el mundo. Por otro lado, aunque no le gustaba la idea de que Rusia fuera quien ocupara su lugar, notó la mirada que el ruso tenía cuando miraba al mexicano. Expresaba todo el amor que él nunca pudo darle.

-Solo cuídalo quieres y nunca dudes de él- Dijo para sí mismo yéndose a su hotel.

Suficiente (Rusmex) TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora