Capítulo 20

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Los días de fiesta siempre son especiales, llenos de energía y felicidad por todos lados. Pero para México, estos dos días con Rusia han sido muy especiales. Cuando presenta alguna tradición al resto del mundo lo más común es que las naciones sean espectadoras de la fiesta, pues generalmente tienen que mantener un estatus, pero para Rusia eso no parecía importarle. Durante su estancia participó activamente en los eventos y actividades, la gente le agarró rápidamente confianza y lo invitaba a ser parte de los preparativos siempre que podían. Ayudó a los niños de la escuela a organizar sus bailables para la fiesta, fue de gran ayuda para armar el "castillo" de fuegos artificiales y el escenario tenía muchas cosas pesadas que para México y Rusia fueron la perfecta excusa para ver quien de los dos era más fuerte, terminaron en empate, por que México puede ser más pequeño que Rusia, pero es de las naciones más capaces del mundo. 

Pero no todo en su estadía fue preparar la fiesta (Aunque si su parte favorita) pues México también lo llevaba a explorar algunos lugares de la CDMX y del Edo. Méx, hasta ahora solo habían visitado el museo Sumaya, el CCMB en Texcoco y el Zócalo. Rusia aprovechaba cada oportunidad que tenía para coquetear con México, cosa que hacía que el mexicano se pusiera nervioso y le siguiera el "joteo" con algo de humor. No quería admitirlo, pero Rusia le comenzaba a despertar ese bonito sentimiento de amor en el. Pero nadie se enamora tan rápido ¿No es así? Solo han pasado unos cuantos días. 

Sin embargo no podía evitar sentirse feliz junto a Rusia, cuando lo veía divertirse o convivir con su gente sus hermosos ojos tenían un brillo que lo hacían ver más lindo de lo que ya era. Ni siquiera sabía que eso era posible. Recordando las palabras de sus hijos, si bien el podía valerse por si mismo, no estaría mal tener a alguien con quien compartir los momentos buenos y malos de la vida... No estaría mal compartir con Rusia su vida.

De vuelta a la fiesta, es bien sabido que Rusia es un país altamente católico y adornar la iglesia le pareció algo muy especial, por lo cual se ofreció sin dudar para colaborar con ello igual.

-¡No manches pinche rusky! ¿Eres mil usos o qué chingados? Sigue así y no vas a tener energía para el jaripeo y el baile de al rato eh- Dijo México terminando de amarrar las flores en el portón de la iglesia.

-Creeme taquito, tengo energía de sobra para disfrutar contigo de la fiesta- Respondió Rusia.

-Jaja más te vale... Espera ¿Taquito?- Preguntó divertido.

-Si, es pequeño y delicioso como tu- Dijo con simpleza Rusia, pero pronto se dio cuenta de lo que dijo cuando vio el sonrojo de México -Qui-quiero decir que suena lindo y pues... pues tu me dices apodos y yo-yo pensé que podría darte uno también-

-Jaja no te preocupes Rusia, pero déjame decirte que no eres el primero en decirme así ¿sabes? USA solía decirme así por que me burlaba mucho de su compañía Taco Bell ¿Los has probado?- 

-No- Respondió con seriedad el ruso, no le agradaba mucho que un recuerdo con USA le generara nostalgia a México.

-Nunca lo hagas, esas cosas son...- México paró en seco mirando el collar que usaba el ruso -Rusia...¿De dónde sacaste eso?- Dijo señalando el collar que la mujer le dio a Rusia, este bajó de la escalera en la que estaba subido y se quitó el collar.

-Oh ¿Esto? Me lo dio aquella mujer anciana que visitamos el primer día que estuve aquí, me pidió cuidarlo bien y cuidarte a ti- Dijo Rusia con una sonrisa en su rostro.

-¿Te lo dio ella?- México tenía los ojos cristalizados y se acercó poco a poco al collar.

-S-si ¿Porqué? ¿Es tuyo? ¿Quieres que yo te lo...?- Rusia se puso algo nervioso por la cercanía pero México lo interrumpió.

-No, no es eso, es que... Ven, acompáñame- México tomó de la mano a Rusia y lo llevó a un costado de la iglesia donde habían unas escaleras angostas de piedra que conducían al techo de la iglesia. Una vez arriba México soltó el agarre del ruso.

Rusia estaba atónito, la vista desde la iglesia era hermosa, al ser un pueblo fuera de la ciudad no había edificios que pudieran tapar el hermoso paisaje, podía inclusive ver los cerros verdes forrados de árboles, el cielo azul lleno de nubes blancas y sentir el aire en su rostro cual caricias amorosas. Escuchaba el bullicio de la gente y de la feria, aún así era un ruido sordo pacífico, como si el viento mezclara todos esos sonidos para crear una sinfonía reconfortante que te hacía sentir paz.

-Es hermoso ¿No?- Dijo el mexicano apreciando la vista al igual que Rusia -La primera vez que subía aquí fue cuando estaba en plena Revolución... Ninguna guerra es buena, lo sabes... Siempre saca lo peor de las personas... Cuando los soldados llegaron a este lugar comenzaron a saquear todo lo que pudieran, violaron a muchas mujeres y mataron a muchos hombres... Yo ayudaba a la gente a esconderse, me llevaba a las niñas y muchachas lejos para que no les hicieran nada... Pero hubo una chica que no quería irse, se negó a seguirme y se quedó aquí para cuidar a sus abuelos... Luego de que los soldados se fueran, regresé para ayudar en lo que pudiera, pero no podía encontrar a esa mujer, ni a sus abuelos, temí lo peor y comencé a buscarlos como loco. Cuando creí que jamás los volvería a ver miré al cielo y le rogué a Dios que terminara con toda esta masacre, le rogué que iluminara a mi gente para que dejara de lado las guerras y las disputas... Me quedé esperando, como si alguien fuera a responderme... Entonces la vi, esa chica se había ocultado con sus abuelos en el campanario de la iglesia durante días, bajaba por alimentos y cobijas durante el día y por la noche cuidaba que nadie los encontrara. Volé hasta a ella esperando verla asustada, rota o por lo menos nerviosa... Pero puedo jurarte que estaba aún más hermosa que cuando se negó a ir conmigo... En su rostro no había miedo, podía ver todo el valor de mi nación en ella, una mujer que no se dejó intimidar por nadie, ni siquiera por mi...- Los ojos del tricolor se cristalizaron y Rusia escuchaba atento aquella historia- Pasaron los años y la Revolución terminó, pero los líos políticos nunca terminan. Tenía mucho trabajo MUY pesado que hacer, pero siempre podía venir aquí cada tarde donde ella me esperaba con una cesta de comida y me contaba como había estado su día, donde podía dejar de ser un country y podía ser una persona, como cualquiera que ríe y llora con su amiga... Una persona que se enamora con el tiempo...- Rusia miró con sorpresa a México quien sacó de entre su ropa un collar parecido al que usaba -Ella era maravillosa y con el tiempo terminé perdidamente enamorado de ella... Pero mi trabajo y mi posición no me permitían llegar más allá de una amistad con ella... A veces yo llegaba realmente mal, mi gobierno desde siempre ha sido controvercial y eso me generaba muchos altibajos, ella hizo estos collares y me dijo que cuando me sintiera mal, mirara ese escudo y recordara lo que significa. Un águila devorando una serpiente, posada sobre un nopal en medio de un lago... Para mi y mi gente significó la venida de algo mejor, la señal que nos daría abundancia y nos pondría por encima de todo lo que se nos venga, es reflejo de todo por lo que mi pueblo lucha día con día por alcanzar... Luego veo este espejo y me veo a mi mismo, recuerdo que yo soy ahora quien porta esta señal divina y que soy ahora la señal de esperanza para mi pueblo, recuerdo que soy el gran México, el más chingón de todos- México dijo esto ultimo mirándose al espejo y con un gran orgullo en su pecho haciendo alzar esas hermosas alas de águila que guardaba. Rusia estaba conmovido, la historia y el significado del collar eran hermosos, pero había algo que no entendía.

-¿Qué pasó con la chica?- Se atrevió a preguntar, México lo miró y su expresión cambió a una sonrisa triste.

-Un día llegué aquí esperando verla, como siempre hermosa, pero esta vez sus sonrisa no era por mi... Ella se había enamorado de un joven doctor que recién había llegado al pueblo y al parecer era recíproco pues le pidió matrimonio esa misma tarde... Ya te imaginarás, yo estaba molesto, triste... Estaba que me llevaba la chingada ¿Cómo puede enamorarse de alguien que acaba de conocer? No lo entendía... El día de su boda yo estaba ahí fuera de la iglesia esperando solo verla, felicitarla y largarme... Pero en cuanto la vi llegar, con ese hermoso vestido de novia y la sonrisa que mostró al ver a su novio, entendía que ella era realmente feliz, mucho más feliz de lo que yo nunca pude haberla hecho sentir... Comprendí que ese chico era suficiente para hacerla la mujer más feliz del mundo... Entendí que si la amaba de verdad, no podía enojarme por su felicidad, confiaba lo suficiente en ella para confiar en él y lo fue...Fue muy feliz...-A este punto los ojos de México tenían algunas lágrimas -Esa mujer anciana que te dio ese collar, es su hija y si ella te lo confió, entonces yo confío en que lo vas a cuidar- 

-Lo voy a cuidar con mi vida- Dijo Rusia -Gracias por contarme esto, no debió ser fácil recordarlo- Dijo abrazando a México y este correspondió el abrazo. 

Suficiente (Rusmex) TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora