Capítulo 59

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Bolivia y China se encontraban atascados en medio del conducto se suponía debía llevarlos con Japón. Esto se debía a que China había utilizado sus estrellas navaja para sostenerse junto a su mejor amigo latino.

-¡CUANDO VEA A ITALIA LO VOY A MATAR!- Gritaba enojado el boliviano.

-Calma, estoy seguro de que tiene una buena explicación para esto- Intentó calmarlo el contrario -Italia no es capaz de matar una mosca, llora si las matas frente a él-

-¿ENTONCES QUE HAEMOS AQUÍ?-

-No lo sé, pero hay que buscar la forma de salir- China sacó otras dos estrellas navaja y se las dio al boliviano, tratarían de escalar de nuevo arriba.

Les tomó un buen rato, sobre todo por que China no estaba muy acostumbrado a este tipo de ejercicio. Finalmente Bolivia pudo sentir como el camino se les terminaba, habían llegado a la compuerta por la que habían caído. Entre los dos empujaron con fuerza la pesada madera y lograron salir. La habitación se encontraba a oscuras iluminada solo por la luz natural del atardecer que entraba por las ventanas. Estaban por salir de la casa del italiano, cuando una voz entre las sombras les hizo detenerse.

-Les tomó más tiempo del que esperaba- Dijo Japón encendiendo las luces de la habitación. Ambos amigos voltearon en su dirección, aunque el boliviano miraba con algo de preocupación a ambos orientales.

-TU- Exclamó con enojo China. Sin darle oportunidad a ninguno de contestar  sacó más estrellas navaja y se las lanzó al japonés, el cual en un rápido movimiento utilizó su katana para desviar las estrellas.

-China espera, estoy seguro de que...- Bolivia no pudo seguir hablando, pues las estrellas desviadas salían en todas direcciones y si no se movía podría salir lastimado.

-POR ESO ME LLAMARON AQUÍ- Gritaba fúrico el chino sin detener sus ataques y esquivando algunos que sin querer regresaban en su dirección -¿QUÉ PARTE DE NO TE QUIERO VOLVER A VER NO ENTIENDES?- Poco a poco se acercaba al japonés.

-Si.. me... dejas...hablar...yo...- China ya estaba muy cerca y Japón lo aprovechó para hacerlo caer deslizando su pierna chocando con sus pies, pero China fue más rápido y saltó antes de que pudiera tocarlo, intentó clavar una de sus estrellas en el hombro de Japón pero este se movía de un lado a otro esquivando el contacto, China trató de atacar con ambas manos, Japón bloqueó su ataque con su katana -OH VAMOS ¿EN SERIO QUIERES QUE SEA ASÍ?- forcejearon por unos segundos pero China hizo crecer las estrellas hasta que tomaron forma de abanico, Japón lo empujó con algo de fuerza y finalmente se separaron. China intentaba golpear al japonés confundiéndolo con el resplandor de sus abanicos pero este lo conocía bastante bien, sabía cada una de sus estrategias y no se dejaría engañar tan fácilmente -¿Te importaría mirarme por un segundo?- China dejó ver su rostro lleno de lágrimas al mismo tiempo que desplegaba agujas doradas que salían de su abanico.

-AUCH- Ambos orientales se detuvieron, ese grito no provenía de ninguno de los dos... Era Bolivia. Al momento China dejó caer ambos abanicos y se acercó rápidamente a auxiliar a su amigo. Igualmente Japón se apresuró a ayudar al latino. 

-¡¿Estás bien!? ¡¿Te duele algo!?- Preguntaba China con preocupación.

-Me clavaste una maldita aguja de oro ¿¡COMO CREES QUE ESTOY!?- 

-Traeré el botiquín...- Dijo China, pero fue detenido por Japón.

-No, debemos llevarlo a un hospital, lo puedo llevar si...-

-¿TU? NO... No te permitiré que...-

-Sabes que puedo llevarlo en unos segundos...-

-PERO...-

Suficiente (Rusmex) TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora