Capítulo 11

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Ya era de noche, México preparaba su maleta para regresar a sus tierras, hasta que escuchó sonar su teléfono.

-¿Bueno? - Contestó el mexicano.

-APAAAAAA DÍGALE A NUEVO LEÓN QUE ME DEVUELVA MI CREMA REJUVENECEDORA-

A Mexico ya se le hacía raro que sus hijos no le llamaran por algún desastre, al escuchar esa discusión solo pudo reír.

-Qué rejuvenecedora ni qué ocho cuartos, esa porquería casi me saca urticaria- Dijo Nuevo León a Colima.

-¿Será por que es para piel fina? No como la tuya de nopal- Le respondió Colima.

-Bueno bueno ya, Colima sé compartida con tus hermanos y tu Nuevo León ¿Pa que quieres esa chingadera?- Preguntó México.

-Esteeee...-

-Es que se va a ver con Lombardía y- 

-TU CALLATE AGUAS CALIENTES- Gritó Nuevo León notoriamente avergonzado.

-AH Lombardía más duro- Se burló Chiapas.

-¿Tu también Chiapas?- Nuevo León comenzó a perseguir a sus hermanos mientras México del otro lado de la línea no paraba de reír.

-APAAA DIGALE ALGO- Suplicó Nuevo León.

-Ah si Lombardía así- Gimió México al teléfono. Los otros 31 estados comenzaron a reír a más no poder, a Nuevo León también le dió risa pero nunca lo admitiría.

-VAYANSE MUCHO A LA CHINGADA PINCHES GACHOS- Gritó Nuevo León dirigiéndose a su habitación tratando de ocultar sus ganas de reír.

-Oiga apa ¿Cuándo regresa?- Preguntó Oaxaca levantando el teléfono.

-Ya en unas horas mi niña, aparte de Nuevo León ¿Cómo están los demás?- 

-Aquí andamos jefe, llevandola pa que no nos lleve a nosotros- Respondió Edo.Mex.

-¿Ora no lo molestó el gringo jijo de su qué barbaridad?- Preguntó Querétaro.

-¡Sisierto que ese wey está por allá!- Exclamó CDMX.

-Si le hizo algo a mi jefesito yo si me no navajeo- Dijo Edo Méx.

-Tu pinche navaja no sirve pa na'a, un plomazo en los huevos es lo que se merece- Dijo Sinaloa.

-Tranquilos, mijos, tranquilos, el gordis no me hizo nada, estoy bien, además ¿Qué no me puedo cuidar solo o qué? Si yo les enseñé todo lo que saben...Excepto a tí Edo. Mex... a tí quien sabe quien te enseñó a ratear- Nuevamente risas se escucharon a través del telefono.

-Jejeje ya ni a mi me desconoce tan feo hermano- Dijo Tlaxcala.

-¿Tu quién eres?- Dijeron todos al unisono.

México adoraba a su familia, no importa que tan mal estén las cosas ellos siempre se mantenían firmes, nadie podía quitarles esa sonrisa de sus rostros. Además, no lo demuestran muy seguido, pero son capaces de dar hasta la vida por defenderse entre ellos. Méx está orgulloso de ellos y ellos están orgullosos de ser parte de él. La discusión seguía y seguía hasta que México escuchó que alguien tocó la puerta.

Rusia había llegado una pocas horas antes de lo acordado, esperaba poder pasar un rato más junto al mexicano, estaba por tocar la puerta hasta que escuchó risas al otro lado, se acercó para escuchar mejor. Efectivamente, México estaba riendo junto con sus estados, se molestaban entre ellos y contaban chistes de su día. El ambiente se sentía tan agradable que no quiso interrumpir, solo se quedó recargado en la puerta escuchando la conversación tan divertida. Si bien él tenía una buena relación con sus estados, nunca podría compararse a  la que tiene esa familia. Tampoco con sus hermanos, ellos desde pequeños fueron educados para seguir estrictas reglas de formalidad, lo cual nunca les permitió estrechar lazos, no se quejaba, después de todo nunca les faltó nada, URRS siempre procuró que tuvieran lo mejor de lo mejor, aún así le gustaría poder llegar con cualquiera de sus familiares y contarles como estuvo su día, sin necesidad de negocios de por medio.

Suficiente (Rusmex) TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora