Suficiente (Rusmex) Terminada

Capítulo 58

-¡ITALIA! ¡PEDAZO DE CHUCHA!- Chile intentaba sujetarse de lo que fuera, pero seguía cansado por el viaje, por lo que sus brazos y piernas no aguantaban su peso en su totalidad. Finalmente dejó de caer, no le dolió nada, de hecho había caído en algo muy suave. Al levantarse, se dio cuenta de que había caído en una montaña de suaves almohadas. -Italia, etai funado po- Murmuró con molestia el chileno.

Miró a su alrededor, parecía estar en un estudio de pintura, una habitación muy espaciosa, con múltiples pinturas a medio terminar, cuadros vacíos, algunas esculturas, pinceles y cajas. Las paredes eran de un color carmín algo desgastado por el tiempo, con dos ventanas enormes. Al final de la habitación había un cuadro enorme cubierto por una manta. De alguna manera le llamó la atención al chileno, así que se acercó poco a poco extendiendo su mano con la intención de retirar la tela.

-ECHEN PAJA- Se escuchó un grito muy característico venir de afuera ¿Cómo rayos había subido? Unos cuantos pisos más abajo lograba ver un hermoso jardín, creyó escuchar la voz de México gritar en algún lugar del pequeño parque, intentó asomarse por el balcón pero su mano resbaló. Pudo haber caído de no ser por un abrazo protector que le devolvió al suelo.

-¡TEN CUIDADO POR FAVOR!- Exclamó con preocupación su salvador con un marcado acento que el chileno reconoció de inmediato. 

-¿Alemania?- Preguntó el americano quien se separó del abrazo quedando de frente con el sonrojado alemán. 

-Hola- Saludó de manera nerviosa y tímida el europeo. Vestía un pantalón negro formal, una camisa café militar y una corbata a juego con el pantalón, encima de todo eso un delantal manchado de pintura de diferentes colores. Por un momento, Chile se quedó admirando lo tierno que se veía el contrario, queriendo sonreír ocultando sus dientes con su mano, pero pronto regresó a la realidad.

-¿Qué etai...? Pero Italia...- 

-Me disculpo enormemente por el inconveniente- Se apresuró a decir Alemania -Lo ultimo que queremos es generar molestias, pero era la única manera de...- De nuevo se cubrió la boca al ver como Chile retrocedía, pensando que era por sus dientes afilados, pero Chile se alejaba por la creciente necesidad que tenía de abrazar a Alemania.

-Eh... yo... la dura... es decir... la verdad... Bueno es que... Po... Quiero decir, Ale... AGH- Si bien Chile era un country que siempre tenía algo que decir, en este momento las palabras simplemente no le salían, no quería confundir al chico con sus modismos, sus hermanos siempre lo molestaban con lo mismo y esto era demasiado importante como para echarlo a perder.

El alemán aún cubriendo su boca, le extendió su mano al chileno sin decir ni una sola palabra, esperando que el otro aceptara su ofrecimiento. Chile dejó de intentar formular oraciones en su mente, miró la mano frente a él recorriendo todo el brazo, llegando al hombro y terminando en la atenta y suplicante mirada de Alemania. 

Chile tomó la mano del europeo dejándose guiar dentro del estudio nuevamente, un tacto sencillo entre ambos pero con muchos sentimientos detrás. Alemania sostenía firmemente la mano del sudamericano disfrutando la sensación de suavidad entre sus dedos, sería capaz de saltar del último piso siempre y cuando ese sentimiento cálido le acompañara. Chile, por otro lado se había percatado del agarre del alemán, comenzaba a preguntarse  ¿Cuánto tiempo esperó para llegar hasta ese momento? No valía la pena, pensaba él. Alemania era un chico muy atractivo, caballeroso, educado y de buen corazón, se merecía a alguien igual o incluso mejor. No a un tercermundista que lo ignoró la mayor parte de su vida, que le hizo a un lado buscando el amor de otra persona, no a alguien tan roto como él, con tantos problemas, dudas e inseguridades que le hacen perder el control ante la más mínima señal de peligro... Nunca a alguien como él.