Las experiencias de Izuku. Parte 25.

531 30 7
                                    

Izuku nació como el hijo menor de dos, junto con una hermana mayor llamada"Izumi". Sus primero cuatro años de vida no fueron más que los normales de un niño. Creció con la figura de All Might. Un héroe que siempre daba una sonrisa a la hora de combatir a los villanos. Realmente admiraba a ese sujeto y a llegar a ser como él. Un sueño bastante recurrente para los niños de esa época, sin embargo. La primera mola notícia fue recibir que jamás tendría un don gracias al cual ser un héroe, cosa que lo deprimió muchísimo. Su hermana, en cambio, logró despertar su quirk de telequinesia a los cuatro. La noticia alarmó a la familia. Izuku pasó sus años insistiendo en que no tener quirk no sería un impedimento para su sueño. Sin embargo su madre y su hermana, que sabían de que iba el mundo, alejaban a Izuku todo lo posible de ese camino. Pasaron los años y al final, acabaron repudiadas de la insistencia del niño. Un pequeño malestar se empezó a formar en la familia respecto a él. -¿No entiende que es imposible?- era lo que no dejaban de preguntarse las dos. Un día venía de la escuela cuando tuvo la mala suerte de que un villano con forma de lodo le atrapase para usarlo como su recipiente. Fue salvado por All Might y el mismo, le hizo la pregunta de si alguien como él podría llegar  a ser un héroe. Su respuesta fue desalentadora, mucho, y lo dejó con el ánimo por los suelos. De camino a casa, se encontró con la pandilla de abusadores que se ocupaba de amargarle la vida. Bakugo y sus dos lacayos.

El pequeño Izuku, dejó de ser tan pequeño, en el momento en que recibiese la paliza de su vida. Sin embargo, tuvo una suerte de conocer a un hombre que cambiaría su vida. Aquél que consideraría como su nuevo padre. Gracias a él, pudo de una vez, poder llegar a cumplir lo que siempre quiso. Se preocupó por él, y le dió una buena familia con la que vivir. Fue entrenado por Kaio-sama y su padre en el planeta del mismo, llegando a controlar y dominar la energía del ki. A partir de ahí, fue entrenado un tiempo más por su madre, cosa que le ayudó mucho a mejorar su condición física. También, en este punto sabía de varias técnicas que le enseñaron, teniendo un poder destructivo no muy elevado para nuestros estándares, pero, sin embargo, endemoniadamente fuerte para una persona normal de su mundo, incluso para un héroe.  Conoció a Naruto y su equipo de ninjas, los  cuales le causaron simpatía, gracia y admiración por poder ver a unos ninjas de verdad. Naruto especialmente, le cayó más simpático que los demás por su forma de ser. Un día estuvo solo su planeta mientras se entretenía así mismo, mientras su padre y su madre, entrenaban a los ninjas, que ahora serían casi como de la familia. Cuando salieron, Izuku se impresionó del poder que podía sentir de ellos, especialmente de Kakashi.

Estuvieron allí todos, en su dimensión y llegaron a compenetrarse muy bien. Izuku estaba realmente feliz de poder tener una nueva vida, y, además, menuda vida. Una vida normal y feliz no habría estado mal, incluso, mal para Izuku, pero esto era mucho mejor. Se enteró que sus padres debían irse un tiempo a trabajar, lo que lo desmotivó un poco, pero su padre le contó por que iría junto con Naruto, para que pudiese ver el mundo ninja y pudiese aprender de él. Esto emocionó en demasía a Izuku. Poder ver un mundo entero lleno de ninjas como algo ordinario. Era lo realmente interesante para él. Cuando llegó se quedó maravillado. Sobretodo por las construcciones, las cuales eran algo raras pero interesantes. Lo que más curiosidad le causó fue su cultura, sin embargo. Con una edad próxima a la adolescencia, Izuku era un niño sumamente curioso que se interesaba por lo desconocido. Ver como hacían su vida la gente normal, los shinobis, era algo que le gustaba. Se podía contar como un viaje con amigos. Además, estuvo siempre pegado a Naruto, el cual no dejaba de contarle cosas del mundo y satisfacía cada una de sus preguntas. Se divertía mucho con él. Veía en él, en el poco tiempo que estuvo, una figura de hermano mayor mucho más prominente que la de su hermana. LLegaron a la aldea de la arena y le sorprendió no poder ver más que eso. ¿Cómo vive la gente, aquí? Se preguntaba cuando veía a la gente por las calles de la ciudad de Suna.

Cada vez que pudo, sacó tiempo para estudiar las cosas de ese mundo. Si quería ser un héroe, el mejor de todos, no podía desaprovechar la oportunidad de recibir el conocimiento de este mundo. No lo hizo, y compró cuando pudo, o cogió,  (sí, no es tan niño bueno en esta historia). Realmente, lo único que le interesaba era aprender las técnicas de este mundo. Las únicas dos cosas que quería para su futuro, era: volver a verse con sus padres, ; los cuales echaba ya algo de menos, y volver a su  mundo para poder hacer lo que siempre quiso. En su estancia con Naruto en Suna pudo estudiar del tema, además entrenar unas pocas veces. También conocer a Karin, con quien se llevó muy bien de inmediato.

Ahora mismo, los tres se encontraban en una pequeña aldea dentro del País de las Cascadas. Estaban de paso, solo pararon ya que tenían ganas de comer algo rico que los satisfaga después de su viaje. Gran parte del viaje lo hicieron a pie, ya que Karin no podía volar. Esta le reprendió que debía enseñarle a volar algún día. Se encontraban comiendo en un puesto de dangos mientras hablaban animadamente, con la máscara descubierta. Esa aldea estaba bastante al norte, por lo que quedaba libre de la trayectoria que los de Iwa usaban para ir a Kumo. Cuando acabaron, se dirigieron de nuevo, con las máscaras puestas, hacia Kumogakure para echar una mano en la guerra. Este pensamiento le ponía algo nervioso, ya que jamás había estado o visto una guerra. Pero Naruto insistía en que él no haría nada, ya que podía ser peligroso. Además de que si le pasase algo, y Goku se enterase, seguramente su madre Schnne le castraría, como mínimo, y no quería llegar a ese doloroso futuro.

Se pusieron a volar ambos, mientras Karin era llevada por Naruto y le hacía un puchero ya que estaba algo cansada de ser cargada siempre por él. Izuku estuvo pensando. ¿Cuando llegue a mi mundo, que pasará? -se preguntaba-. Tenía ganas de poner en práctica los  nuevos conocimientos que había adquirido. No pudo evitar pensar en su antigua familia. Pensó en su hermana y su madre, y un amargo regusto le subió por la garganta. No sabía como podría calmarse si alguna vez se llegasen a encontrar. Pero entonces escuchó a Naruto que le llamaba.

Naruto: ¡Izuku!, ¿me estás escuchando?

Izuku: ¿eh?, ah, no lo siento, estaba distraído, jeje.-decía con su mano en la nuca-.

Naruto: Que distraído... Bueno, decía que dentro de nada llegaremos  a la Kumogakure. Te veo raro, ¿pasa algo?

Izuku: No es nada, solo pensaba en cuando vuelva a mi mundo.

Naruto: Ya veo, no te preocupes. Si quieres cuando acabe esto, te acompaño a tu mundo. ¿Está bien?

Izuku: ¿¡Enserio?! -exclamaba emocionado-, que guay. No puedo esperar a ir.

Karin: A mi me gustaría visitarlo también, puede ser divertido. ¿Puedo ir Izuku? -le preguntaba la peliroja-. 

Izuku: Claro, claro, haz lo que quieras. -le contestó con una sonrisa-.

Izuku se emocionó. Claro, iría a su mundo y conseguiría ser un héroe. Lo mejor de todo, es que estaría con Naruto y Karin, quien sabe si también con sus padres, si su trabajo se lo permite. Podrán ver como llega a ser el número uno. Realmente, no podía esperar en volver de nuevo. Pero se reservó las ganas. Lo dejó como algo del futuro, y se concentró en lo que tenía en este momento. Al poco tiempo, a lo lejos, se pudo divisar un griterío. Esto, fue provocado por los dos bandos shinobis. Iwagakure con Onoki al mando, versus , Kumogakure, comandado por Darui. La guerra acababa de empezar.





Rencor, Determinación y OstracismoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora