Rencor, Determinación y Ostracismo

Gaikokujin. Parte 30.

Bajo una guarida, en algún lugar, Dios sabe donde, se encontraba un sujeto con una máscara naranja de espiral junto con una mancha negra parlante. Ambos parecían cabreados y discutían sobre ciertos objetivos que aún no habían podido lograr.

Obito: No podremos hacer el proyecto Tsuki no Me, no hasta que tengamos al Kyubi. El jinchuriki del Kyubi no ha sido visto desde el ataque de Nagato. Los echaron de la aldea, y  no hay manera de encontrarlo.... -se enfurecía por la decisión de aldea porque le complicó las cosas a la hora de obtener el Bijuu-.

ZetsuN: Por lo menos te las apañastes para conseguir parte del chakra del Hachibi. También tenemos los demás bijuus.

Obito: Cierto, tuvimos suerte de que ese viejo Onoki no lo desintegrara por completo.

ZetsuN: Vamos a tener que iniciar el plan B. El cuerpo de Nagato no se ha podido encontrar, es como si se hubiese perdido de este mundo. Y el jinchuriki del Kyubi no parece que quiera dar la cara por el momento. 

Obito:¡Tsk! Esto se está poniendo muy molesto. Entonces, tendremos que hacer que se muestre...

¡Za Warudo!

En otro lugar, muy lejos del mundo shinobi, más específico, en la dimensión Z, se encontraban nuestra gran familia. Nagato e Itachi algo más avanzados en sus entrenamientos se encontraban peleando entre ellos, mientras Sasuke, Konan y Schnee miraban el encuentro. Goku y Mikoto pasaron los días conociéndose. Cada vez se atraían más, Goku se divertía mucho cuando estaba con ella, y esta, se sentía muy bien cerca de Goku. Poco a poco empezaron a hacerse cercanos, al punto de ya se llamaban con apodos cariñosos. Se encontraban sentados tranquilamente en una planície del planeta 7 mientras conversaban. Goku le contaba a Mikoto anécdotas de su vida antes de ser reconocido como Dios, y esta le contaba a éste su vida dentro de la aldea, y en relación con su clan. 

Mikoto: Cariño..., he estado pensando en algo -le decía sonriente-.

Goku: ¿De qué se trata?, -preguntaba mientras abrazaba a la sonriente matriarca Uchiha-.

Mikoto miró a Goku con una sonrisa angelical y le dijo.

Mikoto: ¿No te gustaría casarte de nuevo? -le preguntaba mientras jugaba con su dedo, dando vueltas en el pecho de Goku, el cual se puso algo colorado-.

Goku: Ehh, -pensaba mientras apartaba su avergonzada cara, pues no era estúpido-. No creo que esté mal, si es contigo claro, jejeje.

Mikoto solo sonrió y abrazó un poco más fuerte a Goku el cual se dejó abrazar encantado, estos momentos a solas que habían empezado a tener, eran mágicos para ambos. En ese momento, hacia ellos se dirigieron los hijos de Mikoto junto con los demás los cuales les miraron tumbados en ese lugar.

Schnee: Vaya señor, veo que se lo esté pasando bien con la señora Mikoto, -les decía con una sonrisa pícara-.

Goku: Por supuesto, jeje.

Sasuke: Madre, es hora de que vuelva. -le decía refiriéndose al planeta shinobi-.

Mikoto se levanto para hablar con su hijo.

Mikoto: Esta bien hijo, pero prométeme que te cuidarás mientras estés allí.

Sasuke: Claro madre, no te preocupes.

Mikoto: Y Itachi te acompañará.

Sasuke: ¿Enserio? No necesito que me acompañe, realmente.

Mikoto: ¡Itachi te acompañará, y es final! -mandaba la mujer pelinegra con una cara seria que le dio algo de miedo a Sasuke-.

Sasuke: E-está bien. - respondió nervioso-.

Cada uno se fue a donde le pertocaba. Itachi y Sasuke se despidieron de todos y se dirigieron a retirarse del lugar. Se despidieron de Goku y Schnee, los cuales mañana se irían del planeta para continuar con su trabajo tras la breve pausa; Quedándose Mikoto, Konan y Nagato en el planeta y, de paso, escondiéndose de sus problemas. Mikoto con la Hoja, y ambos jóvenes, con el uchiha "Madara", quien seguramente, no dejaría de perseguirlos para ir tras los ojos de Nagato.Estos tres se dirigieron a dentro del palacio del día. Por suerte, no se aburrirían demasiado.