La noche de luna roja. Parte 36.

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Por más o menos un minuto, se dio un silencio sepulcral por todo el planeta. El sol se había puesto, pese a estar escondido, en lo más alto del firmamento. Todas las personas del planeta, se quedaron viendo ese intenso brillo que los hipnotizaba mientras el rinne-sharingan se reflejaba en los ojos de todos ellos. Algunos tardaron más, otros menos, pero al final todo el mundo fue cautivo del genjutsu. Bueno, todos excepto nuestro grupo de protagonistas, claro. Sasuke se cubrió son su Susanoo, bloqueando la luz rápidamente y el genjutsu, el grupo de shinobis, más atrás, tuvieron la suerte de tener a Itachi, el cual rápidamente comprendió la situación igual que su hermano y cubrió a todos los que estaban con él debajo de su Susanoo. Al cabo de unos segundos, la luz desapareció, pudiendo dejar de esconderse y ver que diantres pasó.

En todo el mundo shinobi el pánico perduró por unos segundos hasta llegar a una calma antinatural. El equipo Kurenai, el equipo Gai, sin su sensei, y los demás equipos y escuadrones que aún se encontraban por allí, también cayeron presos del genjutsu. Una chica peli-rosa en un lugar cercano, vio esto con extrañeza y sintió como algo intentaba controlarla. Suerte para ella, fue entrenada en el ki de forma muy eficiente, por lo que los genjutsus, por muy poderosos que sean, no podían hacerle nada. No era igual para los shinobis de todas las aldeas que venían cerca de lugar para presenciar que estaba pasando en Konoha. En el camino, vieron esa cegadora luz blanca que les extrañó en demasía, hasta caer presos de él sin siquiera saber que estaba pasando.

Zetsu/Madara: ¡Shin: Jukai Kōtan! (Dios: Nacimiento de un mundo arbóreo). -dijo en voz baja, con una voz mezclada entre la de Zetsu y Madara, mientras hacía las posiciones de manos-.

En ese momento, un gran árbol empezó a nacer y a extender sus raíces hacia todas las partes del mundo posible, atrapando entre una especie de papel blanco, a todas las personas presas en el genjutsu. Naruto y los demás, Itachi, Sasuke por su lado, Kakashi, Izuku y Tsunade, consiguieron salvarse, gracias a la acción de Itachi. Aunque algunos pudiesen aguantarlo por su cuenta.

Izuku: ¿Se puede saber que está pasando? -dijo visiblemente nervioso, viendo cómo las personas quietas a su alrededor estaban siendo envolvidas en ese extraño papel-.

Itachi: Han activado el Tsukuyomi. -dijo secamente-. El Tsukuyomi infinito, es algo que está escrito en la tabla de los Uchihas, que solo se puede leer con el sharingan y sus evoluciones.

Naruto: ¡Oh mierda, Karin y Hanare deben estar también..., debo ir a ayudarlas!

Kakashi: No podrás hacer nada, la única forma que tenemos es encontrar a Madara y vencerlo, después podremos deshacer el jutsu. "Seguramente esto es lo que quería, ¿pero cómo?", -se preguntaba a sí mismo-.

Sasuke: ¡Kakashi, Ni-san! -dijo llamándoles mientras volaba de nuevo hacia ellos-. Madara no estaba donde lo dejamos.

Tsunade: Hemos sido descuidados, debemos ir rápido a por él, vencerle y deshacer el Tsukuyomi. -ordenó ahora al único escuadrón shinobi "dinámico" que se encontraba en el planeta.

Ellos asistieron rápido y fueron a buscar al culpable. No duraron mucho, hasta que vieron a Madara volando dándoles la espalda. Se pudo ver como más de la mitad de su cuerpo esta recubierta por una especie de sombra negra, de la cual se podía reconocer una energía muy desagradable.

El sujeto giró para darles una sonrisa confiada. 

ZetsuN: Shinobis de Konoha, vuestro destino es inevitable. Toda la historia ninja no ha sido más que una creación mía para este momento.

Naruto: ¿Huh?

ZetsuN: La historia shinobi desde la creación de las aldeas, no ha sido más que una táctica para lograr mi objetivo. Yo modifiqué la tabla guardada por los Uchihas.

Rencor, Determinación y OstracismoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora