La culpa siempre viste de negra. Parte 47.

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Familia Midoriya. Inko creció como una mujer concernada por la seguridad en su ciudad, al igual que la mayoría de gente del mundo. Habituada a la idea de los héroes, intentó que sus hijos lo fuesen de igual forma. Ella lo intentó en sus tiempo más jóvenes, y pese a lograr ser reconocida, no era de ni de lejos una de las mejores. Su marido tuvo la mala suerte de desfallecer, sin embargo, no estaba sola. Ya que, hacía un año y unos meses, había hecho nacer a una sana niña que llamo Izumi. No solo eso, estaba embarazada de oro bebé que más tarde se enteraría que sería un varón. Con el pensamiento de que llegarían a ser fuerte héroes los crió. 

Su hermana llegó a los cinco años y un médico diagnosticó que había despertado el quirk de telequinesis, igual que ella, lo que le puso muy contenta. Sin embargo, a los dos años, cuando Izuku llegó la hora, salió negativo. Así, sus ilusiones se volcaron en su hija mientras que a Izuku, solo lo mantenía, con cariño, como cualquier madre al fin y al cabo.  Los años fueron pasando, y el favoritismo de Inko por su hija mayor acabó por rozar el ridículo al punto de olvidar de su otro hijo. Solía llegar a casa tarde y magullado, sin embargo, esta ya ni siquiera le dirigía la mirada. Su hermana, acabó desarrollándose adoptando el pensamiento de su madre, un elitismo pro-quirk que no admite que una persona pueda ser feliz sin esos tipos de poderes. 

Un día, el hijo menor se puso muy pesado con que quería entrar a la prueba de admisión de héroes de la U.A, cosa que acabó por molestar a la madre, y echar de casa a Izuku por un rato. Hasta aquí este fue al parque y se encontró con sus abusadores, pasando lo que todos conocemos desde este punto.

Pasaron varios días en la residencia Midoriya y la ausencia de Izuku se hizo de notar. Con algo de preocupación Inko revisó por si acaso estuviese en su habitación si estaba, pero no vio nada. Llamó a alguna de sus amigas, que tenían hijos que conocían a Izuku, pero ninguna de estas supo nada. Al poco tiempo y bastante desperada, trató de hablar con la policía y los héroes para iniciar alguna misión de rescate, pero nada sucedió, había desaparecido.

Pronto, la culpa empezó a carcomer la consciencia de la madre, la cual empezó a estar cada vez más desarreglada, e incluso, descuidó su figura que antes le hacía una mujer muy atractiva. No pudo sosegar u ocultar el pensamiento de que su hijo había sido capturado por un villano, o muerto, o incluso a saber que cosas le podrían haber hecho, y que todo eso había sido por su culpa y por su ineptitud como madre. Los años pasaron y las esperanzas de Inko de volver a ver a su hijo se desvanecieron completamente. Se trató de enfocar, por su hija, pero era duro sobrellevar una vida cargada en la culpa. Podría haber tenido una vida plena y satisfactoria con sus dos hijos, pero su estupidez le cegó, y se reprochaba como una estúpida no haber hecho caso a su hijo cuando lo necesitaba. Su hija pudo observar el comportamiento de su madre. A ella también empezó a preocuparle más su hermano por ese entonces, y se prometió a sí misma que sería una heroïna y que conseguiría pistas sobre su hermano para encontrarlo.

A los 14, casi a los 15, entró al examen de la U.A., y consiguió ingresar en las pruebas, accediendo al curso de primero de los jóvenes héroes. Era una chica arrogante, casi a la altura de Bakugo, con el cual no se llevó demasiado bien desde el colegio elemental al ser ambos de la misma "naturaleza explosiva". Cuando llegó al curso se hizo con el respeto de toda la clase. Si bien, no dejaba de ser arrogante, se preocupaba por sus amigos, o, por lo menos, por el grupo de amigas con las que solía compartir clase, Momo, Tsuyu y en especial Jirou. Curiosamente, sin embargo, parece que se interesó en un chico pelirojo, del cual le gustaba mucho su forma de ser y hablaba de manera diferente a los demás. No había irritación o pesadez en sus palabras cuando le hablaba; cosa que no fue pasada por alto por las chismosas de la clase que siempre avasallaban a preguntas a la chica.

Su nombre de héroe se estableció oficialmente como "Psykos", siendo reconocida como heroïna, por primera vez, es el festival deportivo de la U.A, donde quedó en segunda posición, por debajo de Todoroki. 

Rencor, Determinación y OstracismoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora