- ¿Sabes lo mal que están tus notas? ¿Te importa, siquiera? - pregunta la mujer tras el escritorio con voz dura, el peliblanco la mira, encogiéndose de hombros. - Joven Doblas, sus estudios están por colapsar a este paso.
El joven chico mira por la ventana, sus compañeros charlan y caminan en el patio, mientras él estaba ahí: apoyado contra una banca escuchando el mismo sermón que siempre le recitaban.
Volvió a mirar a la mujer que seguía hablando sobre lo importante que sería para su futuro comprometerse con sus estudios, pero Rubén no la estaba escuchando en realidad.
- ¿Puedo irme ya? - interrumpió, con tono cansino, la psicóloga abrió la boca, indignada, el chico pensó en que parecía un pez fuera del agua. - No quiero perderme el viaje al laboratorio.
- ¿Te interesa la química entonces? - insistió la morena. - ¿O la biología?
Rubén tuvo que entornar los ojos, antes de mirar el reloj en la pared, sino se apresuraba seguramente se quedaría afuera.
- Se nos acabaron los cuarenta minutos, y ya me voy. - cortó el peliblanco, tomó la mochila a sus pies y se la colgó del hombro.
La mujer no tuvo otra opción que dejarlo marcharse, lo haría aunque ella se opusiese. Rubén salió del salón en el que estaba, tarareando una canción en voz baja.
Los pasillos estaban vacíos, a excepción de un grupo de estudiantes que estaban caminando alrededor mirando algo en la pared del pasillo.
Era el comité de estudiantes, hablando en voz baja sobre algo que Rubén no oía, ni le interesaba oír. Miró al chico que iba en frente de todos, con un tablero en las manos, tenía los ojos morados.
El peliblanco recordaba su apellido porque era el mejor apellido de la historia: De Luque.
Todos se giraron en su dirección al oírlo, todos ahí sabían quién era, ¿cómo no saberlo?
- ¿Qué haces fuera de clases, Rubius? - Alex se abrió paso entre los demás, mirándolo con el ceño fruncido. De su grupo de amigos, él era el más responsable, el que se había ofrecido para tener un puesto en el consejo estudiantil.
- Hoy es jueves. - respondió con tono indiferente, encogiéndose de hombros.
- Ya... - soltó el más bajo. - ¿qué tal fue la...?
No muchas personas sabían que Rubén Doblas iba con la psicóloga escolar desde los últimos dos años, y no muchos tenían que saberlo.
- Bien. - respondió. - Tengo que irme, - murmuró, forzando una sonrisa despreocupada. - o van a dejarme fuera de clases.
Continuó su camino, con todas las miradas sobre él, giró levemente la cabeza encontrando los ojos morados del que los dirigía.
- De Luque... - terminó susurrando Rubén, solo para saber como aquel apellido se sentía en sus labios.
( *** )
- Dios, no sé cómo puedes ser amigo de ese inadaptado, Alex. - se burló una chica en voz baja, los demás rieron también, a excepción de Alex y Samuel.
- Inadaptada tu madre; y cuidadito que con mis amigos no te metes. - amenazó, pero las risas no se detuvieron, porque -siendo sinceros- el pequeño no infundaba mucho miedo.
- Basta ya. - cortó Samuel con tono serio. - Tenemos un trabajo que hacer, y más vale que sea rápido.
Las risas se cortaron entonces, los ojos morados del chico se dirigieron hasta la puerta por la que el peliblanco había entrado.
¿Un inadaptado? ¿Justo como él mismo lo era?
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Highschool cliché • Rubegetta • (HSC)
FanfictionRubén Doblas era un desastre, siempre lo había sido. Un caso imposible para absolutamente todos los maestros y estudiantes que convivían con él. Así que le asignaron un tutor para que fuese capaz de ayudarlo.